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Ānanda, ese pequeño delincuente

Foto del escritor: Tomás Morales y DuránTomás Morales y Durán

Quizás el bhikkhu más conocido de los que seguían al Buddha era Ānanda, su asistente personal. Fue protagonista indirecto de muchos de los pasajes de los suttas donde aparece dialogando con el Bendito. Resultaba un tipo muy popular, debido a la cercanía con el Maestro, pero era un figura de cuidado.  Si quieres saber más del “amigo” Ānanda, aquí tienes unas breves referencias de sus andanzas:

Ānanda era un bhikkhu, perteneciente al clan Sakya, que era conocido por su avaricia en la obtención de enseres. En el Vinaya se mencionan varios incidentes relacionados con él.

Una vez se comprometió a pasar la temporada de lluvias con Pasenadi Kosala, pero en el camino vio dos alojamientos donde las túnicas eran abundantes y allí pasó las lluvias en aquellos alojamientos en su lugar. Pasenadi estaba muy molesto y cuando, en su momento, el asunto llegó a oídos de Buddha, Ānanda fue reprendido y se aprobó un conjunto de reglas con respecto a las promesas hechas acerca de la época de lluvias. Vin.i.153

En otra ocasión Ānanda pasó la temporada lluviosa en Savatthi, pero cuando llegó el momento en que los bhikkhus se reúnen y se dividen las ropas que les habían sido dadas, se fue de pueblo en pueblo, tomando su parte de las túnicas de todas partes. El Buddha, que lo había enviado, lo reprendió en presencia de la Orden, pero el reproche no tuvo ningún efecto evidente, ya que lo encontramos de nuevo pasando las lluvias sólo en dos residencias, con la idea de obtener muchas túnicas. El Buddha, sin embargo, ordenó que sólo una parte se le diera a él. Vin.i.300

Su avidez, no se limita a las túnicas. Una vez fue invitado a una comida por un funcionario, un seguidor de los Ājīvakas. Llegó tarde, y al no encontrar espacio a la izquierda para él, hizo que un joven bhikkhu se levantara y le cediera su asiento. Hubo un gran alboroto, pero Ānanda se salió con la suya. Vin.ii.165

En otro pasaje se le acusa de haberse apropiado de dos alojamientos para sí mismo al mismo tiempo, uno en Savatthi y el otro en algún lugar del país. Evidentemente, era impopular entre los bhikkhus, ya que en esta ocasión nos encontramos hablar de él como “un fabricante de contienda, pendenciero, un fabricante de controversias, dado a vana palabrería, un cobrador de cuestiones legales”. Vin.ii.168

A Ānanda le gustaba el dinero, pues encontramos en el Vinaya Vin.ii.297 una declaración en el sentido de que con motivo de la cuestión del sakya Ānanda, el Buddha claramente estableció un precepto por el cual el les prohibió el oro y la plata.

Ānanda había recibido regularmente sus comidas de una cierta familia. Una vez que le prepararon un plato de carne, un niño en la casa se puso a llorar pidiendo la carne, y se la dieron a él. Ānanda insistió en que le dieran un kahāpaṇa (moneda de cobre) por quedarse sin la carne. Vin.iii.236 f.

Una vez requirieron a Ānanda para predica a los que llegaron a Jetavana. Entre los visitantes había un banquero, y cuando el banquero expresó el deseo de dar algo a Ānanda para mostrar su aprecio por el sermón, Ānanda deseaba tener el manto que llevaba el hombre. El banquero estaba avergonzado, y se comprometió a volver a casa y le sacaría otra túnica, incluso mejor que la que llevaba puesta. Pero Ānanda era firme, hasta que, en la desesperación, el hombre le dio su túnica y se fue.

Una vez más, cuando Ānanda oyó que un hombre deseaba ofrecerle una túnica, se dirigió al hombre y le dijo qué tipo de traje que quería, y dijo que aceptaría ningún otro. Vin.iii.215

Otra historia también se cuenta de un intercambio entre la propia prenda de vestir Paribbājaka por una perteneciente a Ānanda, que era de un rico color. Paribbājakas dijo que había perdido en el negocio, por lo que deseaba llorar por ese trato, pero se negó Ānanda a deshacerlo. Vin.iii.240 f

No obstante, no siempre le salen bien los tratos. Una vez le dió una túnica a un colega, a condición de que este último se uniera a él en sus recorridos. La condición se acordó, pero más tarde, cuando el bhikkhu receptor oyó que el Buddha se iba de gira, prefirió unirse a la compañía de Buddha. La túnica no le fue devuelta a Ānanda, que tuvo que ser reportado al Buddha por el lenguaje violento que utilizó contra el moroso. Vin.iii.254 f.

Ānanda se menciona por pelearse con la los bhikkhus Chabbaggiyā Vin.iv.30 y, en otra ocasión, fue con un colega a la ronda de limosnas con quien se peleó cuando las rondas habían terminado, negándose a darle ninguno de los alimentos obtenidos. El desafortunado bhikkhu estaba a punto de morir de hambre, porque ya era demasiado tarde para ir a mendigar de nuevo. Vin.iv.92 f. No se nos dice si Ānanda provocó la pelea deliberadamente con el fin de quedarse con toda la comida para sí mismo.

Pero no solo fueron faltas por codicia por las posesiones. Se nos dice que una vez que se denunció a Ānanda frente al Buddha por haber ido a la casa de un conocido y sentarse en el dormitorio de la mujer de la casa, hablando con ella. El marido ordenó que le dieran la comida a Ānanda para que se marchara, y una vez hecho esto, le pidió que se fuera. Pero la mujer quería que se quedara y se negó a irse. Vin.iv.94

En otras dos ocasiones se le menciona por visitar las casas de sus conocidos y ser encontrado por los maridos, sentado a solas con sus esposas. Vin.iv.95-97

Con la mayoría de los legos, sin embargo, era evidentemente popular. Se hace mención de una comida donde el donante mantiene a todos los otros bhikkhus esperando durante mucho tiempo, hasta que Ānanda llega, después de visitar varios hogares. Vin.iv.98 Y, de nuevo, del alimento es enviado al monasterio con instrucciones expresas de que los otros bhikkhus deben comer sólo después de Ānanda lo hubiera hecho. Vin.iv.99

Ānanda tenía bajo sus órdenes a dos novatos, Kandaka y Mahaka, que parecen haberse parecido a su profesor en ser unos indeseables. Ellos fueron encontrados culpables de tener relaciones sexuales entre sí, y el Buddha estableció una regla que prohibía a un bhikkhu tener dos novatos como a los estudiantes. Vin.i.79 Esta regla parece haber sido revocada más tarde.

Es este mismo Ānanda el que soportó el último reproche del Buddha, momentos antes de su Parinibbana, por no haber sido capaz de ningún logro y que, tres meses después, será fichado por Kassapa, bajo el patrocionio del rey Ajatasattu de Maghada, para cantar el Dhamma en la reunión que celebraron un gran grupo de bhikkhus al que llamaron  Primer Concilio. Otro grupo igual de numeroso liderado por Purana, que no participó de la reunión, rechazó someterse a los acuerdos porque dijo que preferían recordar por sí mismos lo dicho por el Buddha que lo que recordado por Ānanda.

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