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¿Y qué más formas hay para liberarse?
La forma más sencilla, aunque más lenta, es mediante el camino que lleva a la liberación del sufrimiento. No es un camino que aparezca como difícil y menos aún como imposible, aunque como veremos, es fácil perderse y quedar irremisiblemente atados a la insoportable condicionalidad.
Se comienza con la creencia correcta. Es evidente que si se parte de axiomas equivocados, todo lo que viene después estará errado y ahí ya, de principio, nos habremos perdido. Las creencias erróneas son tantas y tan variadas que podemos decir que son todas, menos la correcta que es solo una. Es una creencia incorrecta que todas los caminos conduzcan a la liberación. Lo correcto es que todos los caminos menos uno, atan al Samsara y dentro de él, incluso al infierno. La creencia correcta incluye la fe absoluta en que tu Maestro está perfectamente liberado y en comprender con precisión las enseñanzas del Maestro y en la reflexión lógica sobre su significado, es decir, el pensamiento correcto que es el segundo factor. De poco sirve tener la creencia correcta si el pensamiento no acompaña, no se entiende y se malinterpretan las enseñanzas. El pensamiento incorrecto es otra forma de perderse.
La creencia correcta sometida al pensamiento correcto lleva al discurso correcto, a la acción correcta y a la conducta correcta. El discurso correcto es esencialmente no mentir. Mentir es dar una patada adelante a una situación incómoda, con la que se volverá a encontrar siempre corregida y aumentada más pronto que tarde, por lo que no es inteligente decir mentiras.
La acción correcta consiste en evitar el mal, porque toda mala acción acarrea una mala consecuencia. En contra de lo que podría parecer, la acción correcta no es hacer el bien, ya que las buenas acciones suelen acarrear incluso peores resultados que las malas. La acción correcta evalúa cuidadosamente el resultado de las acciones con la finalidad de que los resultados no sean perjudiciales.
La conducta correcta consiste en evitar actuar movidos por cualquiera de las tres tendencias subyacentes negativas, el ansia, la aversión o la ignorancia. La conducta correcta bien aplicada es la forma de eliminar conductualmente las raíces del sufrimiento.
Este camino es laborioso y requiere un gran esfuerzo en varios niveles, aplicándolo al recuerdo correcto de las instrucciones de la práctica nos lleva a la contemplación correcta.
No esforzarse, lleva a perderse. Pero también el extravío es consecuencia de desconocer o malinterpretar las instrucciones de la práctica. Si se tiene una idea equivocada de las instrucciones de la práctica, el esfuerzo aplicado empujará con fuerza lejos del camino directo al fracaso.
Sin embargo, aplicar el esfuerzo correcto a ejecutar las instrucciones correctas de la práctica conduce a la contemplación correcta. Y con la contemplación accedemos a la gnosis, a las habilidades paranormales y por tanto a la episteme que constituyen la sabiduría correcta y ésta a la liberación correcta.
Y no solo eso, la contemplación correcta transforma, dotando de ética al practicante. Ya no hará nada movido por las tendencias subyacentes negativas, ni mentirá y valorará correctamente sus acciones limitando las consecuencias. Así se consigue el sumum bonum de la enseñanza, Nibbāna, al poderse sustraer de los factores del aferramiento a la existencia y abandonar la esclavitud del Samsara.
—¿Y cuáles son las instrucciones de la práctica?
—Consisten en aplicar las instrucciones de la práctica del cuerpo en el cuerpo, apagando el fuego en la mente siendo consciente de las tendencias negativas y suprimiendo, mediante la disciplina, el ansia que lleva a la conciencia al sometimiento. Permaneciendo con ahínco aplicando las instrucciones de la práctica de las emociones en las emociones... de la mente en la mente... de los fenómenos, en el sentido de los factores de aferramiento a la existencia, en los fenómenos, apagando el fuego en la mente siendo consciente de las tendencias negativas y suprimiendo, mediante la disciplina, el ansia que lleva a la conciencia al sometimiento. A esto se le llama las instrucciones de la práctica.
—¿Y cuál es el desarrollo de las instrucciones de la práctica?
—Se desarrollan contemplando el cuerpo como susceptible de originarse, como susceptible de desaparecer y como susceptible de originarse y desvanecerse: pensativo, contemplativo, apagando el fuego en la mente siendo consciente de las tendencias negativas y suprimiendo, mediante la disciplina, el ansia que lleva a la conciencia al sometimiento. Observando las emociones... la mente... los fenómenos en el sentido de los factores de aferramiento a la existencia como susceptibles de originarse, como susceptibles de desaparecer y como susceptibles de originarse y desvanecerse: pensativo, contemplativo, apagando el fuego en la mente siendo consciente de las tendencias negativas y suprimiendo, mediante la disciplina, el ansia que lleva a la conciencia al sometimiento. A esto se le llama el desarrollo de las instrucciones de la práctica.
—¿Y a qué camino conduce el desarrollo de las instrucciones de la práctica?
—Es justamente a este noble óctuple camino, es decir: creencia correcta, pensamiento correcto, discurso correcto, acción correcta, conducta correcta, esfuerzo correcto, recuerdo correcto de las instrucciones de la práctica y contemplación correcta. A esto se le llama la práctica que conduce al desarrollo de las instrucciones de la práctica.
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