top of page
Foto del escritorTomás Morales y Durán

Sepulcros Anaranjados: La Falacia de la Virtud.

Mucho se habla en los suttas de Moggallana, de Sariputta, de Kassapa e incluso del bueno de Ananda. A pesar de protagonizar pasajes interesantes en los suttas, ninguno de ellos tiene la importancia de Upananda. Era un monje impopular entre la comunidad por ser “un fabricante de contienda, pendenciero, un fabricante de controversias, dado a vana palabrería, un cobrador de cuestiones legales”, pero, eso sí, era bien popular entre la gente por su carácter abierto y afable de ostenta todo buen sinvergüenza. Y por culpa de sus tendencias malandras el Buddha tuvo que construir el Vinaya. Su imaginación para hacer fechorías era superior a la capacidad del Buddha de poner reglas y más reglas. Podemos decir, sin temor a equivocarnos que el Vinaya es un traje a la medida de Upananda. Voy a decir lo mismo, pero, en otros términos: el Vinaya resulta necesario para meter en vereda a interfectos como Upananda. Voy a decir lo mismo, pero aún más claro: la cárcel resulta necesaria para meter en vereda a interfectos como asesinos, violadores, secuestradores, corruptos y ladrones. No se monta el Vinaya pensando en Moggallana, en Sariputta, en Kassapa e incluso en el bueno de Ananda. No se construyen las cárceles para meter dentro a los miembros de mejor comportamiento ético de la sociedad. Entonces… Si vemos a un tipo que vive en la cárcel, que es necesario que esté en la cárcel… ¿qué nos está diciendo de su ética? ¿Te fiarías de él? Si vemos a un tipo que vive restringido en 227 reglas del Vinaya, que es necesario que viva restringido en 227 reglas del Vinaya… ¿qué nos está diciendo de su ética? ¿Te fiarías de él? El Vinaya es tanto o más restrictivo que una prisión de máxima seguridad. Entonces, si vemos a un tipo con un uniforme naranja ¿Nos tiramos al suelo a besarle los pies? ¿Nos agachamos a besarle la mano? ¿Le ofrecemos nuestra vida, nuestras posesiones y nuestra mente? O, antes, al contrario, veremos en él a alguien que merece estar apartado de la sociedad porque es una fuente de problemas. Una persona ética no necesita estar encerrado para no matar, para no robar, para no violar, para no secuestrar, para no delinquir. Una persona ética no necesita tomar votos, hacerse visible para que la gente le vigile, para no matar, para no robar, para no violar, para no mentir, para no delinquir. Una persona virtuosa es aquella que necesita tomar votos, hacerse visible para que la gente le vigile, para que no mate, para que no robe, para no viole, para que no mienta, para no delinca. La virtud es el opuesto de la ética. La virtud es la cal con la que se blanquea el sepulcro. Un uniforme de colores es la señal visible para advertir a todos de que quien lo lleva no es ético. Pero como todas las cosas en el Samsara está atravesado, mantenido y sostenido por la pura ignorancia, cuando aparece un individuo así haciéndose llamar “maestro” siempre aparecen tontos y necios que compiten para darles de comer. Comen bien. Y como la gente piensa que no son dañinos, se permiten romper las reglas, se permiten salidas de prisión o incluso ya no viven en la cárcel… ¿Has visto a un bhikkhu orinar de pie? ¿Has visto a un bhikkhu orinar en una taza de wáter? Al Buddha no le preocupaban los buenos, sino los malos, porque por los malos sería juzgado por la gente en ese momento y en el futuro. Pues ya sabes. Asi que, siendo virtuoso ¿Cómo vas a querer iluminarte, sepulcro anaranjado? Si quieres saber más del “amigo” Upananda, aquí tienes una breve referencia de sus andanzas: Upananda era un monje, perteneciente al clan Sakya, que era conocido por su avaricia en la obtención de requisitos. Varios incidentes relacionados con él se mencionan en el Vinaya. Una vez que se comprometió a pasar la temporada de lluvias con Pasenadi Kosala, pero en su camino allí vio dos alojamientos donde túnicas eran abundantes y así mantienen Vassa en aquellos alojamientos en su lugar. Pasenadi estaba muy molesto y cuando, en su momento, el asunto llegó a oídos de Buda, Upananda fue reprendido y se aprobó un conjunto de reglas con respecto a las promesas hechas acerca de la época de lluvias. Vin.i.153 En otra ocasión Upananda pasó la temporada lluviosa en Savatthi, pero cuando llegó el momento de que los monjes se reúnen y se dividen las ropas que habían sido dadas a ellos, se fue de pueblo en pueblo, tomando su parte de las túnicas de todas partes. El Buda enviado por él y lo reprendió en presencia de la Orden, pero el reproche tenido ningún efecto evidente, por lo encontramos de nuevo pasar el Vassa solo en dos residencias, con la idea de obtener muchas túnicas. El Buda, sin embargo, ordenó que sólo una parte se administra a él. Vin.i.300 Su avidez, ni se limita a las túnicas. Una vez fue invitado a una comida por un funcionario, un seguidor de los Ājīvakas. Se fue tarde, y al no encontrar espacio a la izquierda para él, hizo un joven monje se levanta y le dan su asiento. Hubo un gran alboroto, pero Upananda salido con la suya. Vin.ii.165 En otros lugares se le acusa de haberse apropiado de dos alojamientos para sí mismo al mismo tiempo, una a Savatthi y el otro en algún lugar del país. Evidentemente, era impopular entre los monjes, ya que en esta ocasión nos encontramos hablar de él como “un fabricante de contienda, pendenciero, un fabricante de controversias, dado a vana palabrería, un cobrador de cuestiones legales.”. Vin.ii.168 Upananda le gustaba el dinero, pues encontramos en el Vinaya Vin.ii.297 una declaración en el sentido de que “con motivo de la cuestión de la Upananda Sakyan, el Buda claramente establecido un precepto por el cual el oro y se les prohibió la plata. Upananda habían dado sus comidas regularmente por una cierta familia. Una vez que un plato de carne fue preparado para él, pero un niño en la casa se puso a llorar por la carne, y se le dio a él. Upananda insistido en que un kahāpaṇa se debe prestar a él en lugar de la carne. Vin.iii.236 f. Upananda Una vez le preguntaron a predicar a los que llegó a Jetavana. Entre los visitantes fue un banquero, y cuando el banquero expresó el deseo de dar algo a Upananda para mostrar su aprecio por el sermón, Upananda deseaba tener el manto que llevaba el hombre. El banquero estaba avergonzado, y se comprometió a volver a casa a la vez y lo sacarán otra bata, incluso mejor que la que tenía en. Pero Upananda era firme, hasta que, en la desesperación, el hombre le dio su túnica y se fue. Una vez más, cuando Upananda oyó que un hombre deseaba ofrecerle una bata, se dirigió al hombre y le dijo qué tipo de traje que quería, y dijo que aceptaría ningún otro. Vin.iii.215 Una historia también se cuenta de un intercambio de Paribbājaka su propia prenda de vestir para una perteneciente a Upananda, que era de color rico. Otros dos Paribbājakas le dijo que había perdido en el negocio, por lo que deseaba llorar con ese trato, pero se negó Upananda positivamente. Vin.iii.240 f. No obstante, no siempre se sale mejor en una ganga. Una vez que dio una túnica a un colega, a condición de que este último debe unirse a él en sus recorridos. La condición se acordó, pero más tarde, cuando el monje receptor oyó que el Buda se va de gira, prefirió unirse a la compañía de Buda. La túnica no fue devuelta a Upananda, que tuvo que ser reportados al Buda para el lenguaje violento que utiliza para el moroso. Vin.iii.254 f. Upananda se menciona como pelearse con la Chabbaggiyā monjes Vin.iv.30 y, en otra ocasión, como ir sus limosnas rondas con un colega con quien se peleó cuando las rondas habían terminado, se niega a darle cualquiera de los alimentos obtenidos. El desafortunado monje tenía que morir de hambre, porque ya era demasiado tarde para ir a mendigar de nuevo. Vin.iv.92 f. ¡No se nos dice si Upananda establecido deliberadamente para tener una pelea con el fin de que pudiera mantener toda la comida sí mismo! Tampoco fueron faltas de toda Upananda confinados a la codicia por las posesiones. Se nos dice que una vez que se presentó una denuncia al Buda que Upananda había ido a la casa de un conocido y se había sentado en el dormitorio de la mujer de la casa, hablando con ella. El marido pidió comida para ser llevado a Upananda, y una vez hecho esto, le pidió que se fuera. Pero la mujer lo deseaba quedarse y se negó a desaparecer. Vin.iv.94 En otras dos ocasiones se le menciona como visitar las casas de sus conocidos y ser encontrado por los maridos, sentados a solas con sus esposas. Vin.iv.95-97 Con la mayoría de los legos, sin embargo, que era evidentemente popular. Se hace mención de una comida donde el donante mantiene todos los otros monjes esperando desde hace mucho tiempo, hasta que Upananda debe llegar, después de sus visitas a varios hogares. Vin.iv.98 Y, de nuevo, del alimento que es enviado al monasterio con instrucciones expresas de que los otros monjes deben comer sólo después de Upananda lo había hecho. Vin.iv.99 Upananda tenía bajo sus órdenes dos novatos, Kandaka y Mahaka, que parecen haberse parecido a su profesor en ser indeseables. Ellos fueron encontrados culpables de tener relaciones sexuales entre sí, y el Buda estableció una regla que prohíbe a un monje de tener dos novatos como a los estudiantes. Vin.i.79 Esta regla parece haber sido revocada más tarde.

1 visualización0 comentarios

Entradas Recientes

Ver todo

Comments


bottom of page