Por razones metodológicas, empleo el Dhamma como comprobación de la práctica y sus resultados como sabiduría. No porque le haya dado a priori ninguna clase de valor, por fe. De hecho, las incontestables diferencias que fui encontrando entre mi experiencia y lo que creía que era el Dhamma, hicieron que estuviera punto de rechazarlo de plano varias veces, pero, afortunadamente me di cuenta que lo que creía que era Dhamma no lo era. El Dhamma funciona. El Dhamma me ganó su confianza. Pero no todo es Dhamma. Pero, podemos usar otra perspectiva. Si Buddhismo es Buddha, Dhamma y Sangha, y aceptamos este punto, las cosas se simplifican muchísimo. Si no aceptamos este término estaremos hablando de filosofía, de folclore, de religión, de creencias, de magia. Y eso no sirve, no funciona, no es práctico y solo sirve como “religión”, “devoción” o “fe”. Buddha no es Nagarjuna elevado a la categoría de buda, o Bodhidarma, o tantos otros lideres de sectas que han budeizado. Buddha es un personaje histórico cuyas huellas quedaron muy grabadas y que hoy se pueden seguir en los Agamas Chinos y en menor medida en el Canon Pali. Si entendemos que los suttas recogen lo que el Buddha enseño, en el sutta más largo, su último discurso, el Mahaparinibbana Sutta el Buddha dijo esto: «¿Qué más puede esperar de mí el Sangha de los monjes, Ananda? Yo he enseñando el Dhamma sin miramientos, para que nada resultase esotérico o no manifiesto: en cuanto a la doctrina se refiere, el Tataghata nada dejó oculto, como si sostuviera todavía algo en un puño cerrado. Si hubiera alguien que pensara ‘yo me haré cargo del Sangha’ o ‘el Sangha depende de mí, me pertenece’, entonces, esa persona, sí debería ofrecer las instrucciones al Sangha. Sin embargo, Ananda, en el Tathagata, semejantes pensamientos no tienen lugar, ¿cómo entonces, podría el Tathagata aún ofrecer las instrucciones al Sangha? En este párrafo deja claro varias cosas clave:
Que ha enseñado el Dhamma sin miramientos, para que nada resultase esotérico o no manifiesto.
Esto declara textualmente que el Dhamma es claro. Nada en el Dhamma requiere interpretaciones para desvelar ninguna clase de conocimiento esotérico. Que no hay nada que añadir porque todo está manifiesto. El matra theravadin de que los suttas no se entienden sin Comentarios es ideal para el mantenimiento de esa joven secta, no para el Buddhismo. 2, Que el Tataghata nada dejó oculto. Esto implica necesariamente que todo el Dhamma está en el Dhamma. O dicho de otra forma, lo que no está en el Dhamma, no es Dhamma.
Si hubiera alguien que pensara ‘yo me haré cargo del Sangha’ o ‘el Sangha depende de mí, me peretenece’, entonces esa persona, si debería ofrecer las instrucciones al Sangha. Sin embargo, en el Tataghata semejantes pensamientos no tienen lugar.
El Buddha no dejó a nadie a cargo del Sangha, que pudiera añadir o quitar partes del Dhamma. O dicho de otra forma, nadie está autorizado a modificar las instrucciones. Esto fue prácticamente lo último que dijo. Y lo deja todo extraordinariamente claro. Dhamma son Suttas ( y no todos, hay muchos apócrifos, que hay que discriminar, contextualmente, y comprobarlos histórica y ligüísticamente) y Vinaya. Por último respecto al Sangha, no se refiere al conjunto de personas comunes que visten hábitos (de eso en todas las sectas hay de todo). El Buddha siempre que hablaba de Sangha lo hacía en función del Sangha Noble, aquellos discípulos del Buddha que pertenecen a uno de los ocho tipos de individuos. Sean monjes, monjas, laicos o laicas. Cualquiera que está iluminado, incluso un sotapanna que no haya alcanzado la fruición de entrada en la corriente ve las cosas tal como son y las ve tal como las veía el Buddha. La realidad ahí fuera, es la misma. La mire quien la mire. El problema es que no es expresable. Y es muy difícil usando términos de una cultura sin escritura, sin conocimiento de ciencias ni de tecnología ni de información. Por eso el Buddha habló de lo mismo a miles de personas, pero usado los términos que la gente entendía, hacía que se iluminaran a miles. Sin embargo, la escolástica llevó al Buddhismo al agotamiento. Rama IV y su proclamación de que los logros espirituales en estos tiempos ya no son posibles. Y la renuncia tácita del Mahayana a la iluminación por “compasión”. En fin… Un método genial, que funciona, para despertar, convertido en religión ,plagado de sectas que no reconocen ni al Buddha ni al Dhamma ni al Sangha. Los cristianos, al menos, creen en Cristo, y creen en la Biblia. No se entiende un cristiano sin esas dos creencias al menos. Sin embargo, se considera budista a cualquier cosa que se rotule “budista”. La única ventaja que veo es que así son más.
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