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Foto del escritorTomás Morales y Durán

Procedimientos para la Iluminación Plena.

El objetivo de la Iluminación Plena es el fin de la existencia. La existencia es la información que se acumula a través de las sucesivas vidas, que son procesos que se generan a partir de la información prestada por la existencia, mientras que a la vez, la existencia también depende de las vidas que va haciendo surgir. Son ellas las que la condicionan, hacen que mejore e incluso la pueden hacer desaparecer. La Iluminación Plena es el hecho singular en una vida mediante el cual desde ella se elimina, anula, hace desaparecer, erradica la existencia. A partir de este punto, una vez extinta la vida ya no hay nada que impida la absorción en Nibbāna. La atracción de Nibbāna comienza con la entrada en la corriente, y es una atracción irresistible. Lo único que impide fundirse en él es la existencia. La existencia es la que nos mantiene amarrados al Samsara. La existencia está condicionada por la adherencia a la misma existencia. Mientras la información que la existencia contiene disponga la continua generación de vidas, el proceso es sencillamente imparable. Asimismo, la adherencia a la existencia tiene como condición necesaria el apego. Es obvio que sin apego a la adherencia a la existencia no hay razón por la que ésta se mantenga, sólo se mantiene porque el apego la mantiene, la sostiene, es su base y su cimiento. Hay que entender que todo esto son sistemas dinámicos que se están configurando mientras se ejecutan. Nada de esto son conceptos, son elementos de la realidad y, como tales, sujetos a la impermanencia y a la condicionalidad. Nada es por sí mismo. Aunque lo parezca, la existencia se mantiene gracias a un complejo equilibrio que puede quebrarse si se le quita su base, que es la adherencia y ésta a su vez cederá si le retiramos el apego que la sostiene. Los planos de existencia o moradas, son diferentes modelos de operación de la conciencia con diferentes entradas y salidas lógicas. Su conocimiento y acceso son absolutamente imprescindibles para la erradicación del apego en todas ellas y así poder poner fin a la existencia. El que no retorna, el Anagami, no retorna como humano, pero restos de apego en el resto de las ocho moradas le mantienen en la existencia. Puedes tener contacto con Nibbāna, experimentar su atracción y su atractivo. Pero no puedes fundirte en él mientras la existencia siga generando vidas que están amarradas al Samsara. La existencia está condicionada por la adherencia a la existencia y ésta al apego. Si no hay apego a nada no hay adherencia a seguir existiendo. El problema es que ser humano es una categoría dentro de una de las moradas posibles. Si no accedes a todas y acabas con el apego en todas, seguirás existiendo en aquellas moradas donde queden restos de apego. Dicen que los Anagamis que no retornan consiguen fundirse en Nibbāna en la estación que la que, después de humanos, renazcan. No lo veo. Hay muchísimo trabajo que hacer, aunque en este plano hayas erradicado la existencia, es sólo en este plano. Si no te las trabajas, las moradas te seguirán esperando a que las limpies. Algunas de estas moradas sólo son accesibles a través de las Jhānas inmateriales. Hay que ser un verdadero experto en Jhānas para acceder a todas. Éstas son: AN 9,24 Sattavasa Sutta – Moradas de los seres “Monjes, he aquí estas nueve moradas de los seres. Y, ¿cuáles son esas nueve? “He aquí, monjes, hay seres que son diferentes en el cuerpo y diferentes en la percepción, como los seres humanos, algunos devas y algunos [seres] del mundo bajo. Esta es la primera morada de los seres. “Además, monjes, hay seres que son diferentes en el cuerpo, pero idénticos en la percepción, como los devas del séquito del Brahma que renacen a través del primer [jhana]. Esta es la segunda morada de los seres. “Además, monjes, hay seres que son idénticos en el cuerpo, pero diferentes en la percepción, como los devas que transmiten resplandor. Esta es la tercera morada de los seres. “Además, monjes, hay seres que son idénticos en el cuerpo e idénticos en la percepción, como los devas de la gloria refulgente. Esta es la cuarta morada de los seres. “Además, monjes, hay seres que son no-perceptivos, sin experiencia, como los devas que son no-perceptivos. Esta es la quinta morada de los seres. “Además, monjes, hay seres que, con la completa superación de las percepciones de las formas, con la desaparición de la afectación sensorial, con la desatención a la percepción de la diversidad, [percibiendo:] ‘el espacio es infinito’, pertenecen a la base de la infinitud del espacio. Esta es la sexta morada de los seres. “Además, monjes, hay seres que, con la completa superación de la base de la infinitud del espacio, [percibiendo:] ‘la conciencia es infinita’, pertenecen a la base de la infinitud de la conciencia. Esta es la séptima morada de los seres. “Además, monjes, hay seres que, con la completa superación de la base de la infinitud de la conciencia, [percibiendo:] ‘he aquí no hay nada’, pertenecen a la base de la nada. Esta es la octava morada de los seres. “Además, monjes, hay seres que, con la completa superación de la base de la nada, pertenecen a la base de la ni-percepción-ni-no-percepción. Esta es la novena morada de los seres. “Estas son, monjes, las nueve moradas de los seres”. En forma mucho más explicita aparecen en el Mahanidana Sutta, el Gran Discurso del Origen, pilar del conocimiento buddhista: DN 15 Mahanidana Sutta – Gran discurso sobre el origen

  1. Sattavinnanatthiti – Siete moradas de los estados de la conciencia

“Ananda, existen estas siete moradas de la conciencia y las dos bases. Y, ¿cuáles son esas siete? “Hay seres con la diversidad corporal y la diversidad perceptiva, como los seres humanos, algunos devas y los seres de los reinos bajos. Ésta es la primera morada de la conciencia. “Hay seres con la diversidad corporal y la singularidad perceptiva, como los devas del séquito del Brahma, originados a partir del primer jhana. Ésta es la segunda morada de la conciencia. “Hay seres con la singularidad corporal y la diversidad perceptiva, como los devas radiantes. Ésta es la tercera morada de la conciencia. “Hay seres con la singularidad corporal y la singularidad perceptiva, como los bellos devas lustrosos. Ésta es la cuarta morada de la conciencia. “Hay seres que, habiendo trascendido completamente la percepción de la forma, con la desaparición de la percepción de la resistencia, al no atender a la percepción de la diversidad y pensando ‘el espacio infinito’, alcanzan la base del espacio infinito. Ésta es la quinta morada de la conciencia. “Hay seres que, habiendo trascendido completamente la dimensión del espacio infinito, pensando ‘la conciencia infinita’, alcanzan la base de la conciencia infinita. Ésta es la sexta morada de la conciencia. “Hay seres que, habiendo trascendido completamente la dimensión de la conciencia infinita, pensando ‘no hay nada’, alcanzan la dimensión de la nada. Ésta es la séptima morada de la conciencia. “[Y las dos bases son:] la base de los seres no perceptivos y la base de la ni-percepción-ni-no-percepción. “Ahora bien, Ananda, considerando la primera morada de la conciencia —la de los seres con la diversidad corporal y la diversidad perceptiva, como los seres humanos, algunos devas y los seres de los reinos bajos―, cuando alguien comprende esta morada, comprende su origen y su cese, cuando comprende su seducción con su peligro y, cuando comprende el escape de ella, ¿sería apropiado para él, en vista de esta comprensión, disfrutar de los placeres de esta morada?”. “No, Venerable Señor”. “También, Ananda, considerando la segunda morada de la conciencia —seres con la diversidad corporal y la singularidad perceptiva, como los devas del séquito del Brahma, originados a partir del primer jhana… la séptima morada, de los seres que, habiendo trascendido completamente la dimensión de la conciencia infinita, pensando ‘no hay nada’, alcanzan la dimensión de la nada―, cuando alguien comprende esta morada, comprende su origen y su cese, cuando comprende su seducción con su peligro y, cuando comprende el escape de ella, ¿sería apropiado para él, en vista de esta comprensión, disfrutar los placeres de esta morada?”. “No, Venerable Señor”. “También, Ananda, considerando estas dos bases: la base de los seres no perceptivos y la base de la ni-percepción-ni-no percepción, cuando alguien comprende esta esferas, comprende su origen y su cese, cuando comprende su seducción con su peligro y, cuando comprende el escape de ellas, ¿sería apropiado para él, en vista de esta comprensión, disfrutar los placeres de estas esferas?”. “No, Venerable Señor”. “Ananda, cuando son conocidas —tal como realmente son, con su origen y su cese, su seducción con su peligro y su escape― estas siete moradas de la conciencia y las dos bases por parte de un monje que es liberado mediante la falta del apego, se dice que este monje es uno que ha sido liberado a través de la sabiduría. En el mismo sutta, a continuación del anterior, el Buddha propone el método de erradicación del apego en cada una de ellas:

  1. Atthavimokkha – Ocho liberaciones

“Ananda, existen estas ocho liberaciones. Y, ¿cuáles son esas ocho? “Provisto de formas, uno ve las formas. Esta es la primera liberación. “No percibiendo las formas internamente, uno ve las formas externamente. Esta es la segunda liberación. “Pensando, ‘esto es bello’, uno intenta solamente esto. Esta es la tercera liberación. “Habiendo trascendido completamente la percepción de la forma, con la desaparición de la percepción de la resistencia, al no atender a la percepción de la diversidad y pensando ‘el espacio infinito’, uno entra y permanece en la base del espacio infinito. Esta es la cuarta liberación. “Habiendo trascendido completamente la base del espacio infinito, pensando ‘la conciencia infinita’, uno entra y permanece en la base de la conciencia infinita. Esta es la quinta liberación. “Habiendo trascendido completamente la base de la conciencia infinita, pensando ‘no hay nada’, uno entra y permanece en la base de la nada. Esta es la sexta liberación. “Habiendo trascendido completamente la base de la nada, uno entra y permanece en la base de la ni-percepción-ni-no-percepción. Esta es la séptima liberación. “Habiendo trascendido completamente la base de la ni-percepción-ni-no-percepción, uno entra y permanece en el cese de la percepción y la sensación. Esta es la octava liberación. “Cuando el monje alcanza estas ocho liberaciones, en orden ascendente y en orden descendente, cuando las alcanza y emerge de ellas donde quiera y cuando quiera, y por el tiempo que quiera, entonces, al poner fin a las contaminaciones mentales, entra y permanece en la liberación del conocimiento y en la liberación de la sabiduría, libre de contaminaciones, habiéndolo descubierto y conocido directamente por sí mismo aquí y ahora; este monje, Ananda, se llama ‘uno liberado de ambas formas’, y no existe liberación alguna que sea más sublime y más perfecta que ésta”. Esto es lo que dijo el Bienaventurado, y el Venerable Ananda se regocijó y se deleitó en las palabras del Bienaventurado

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