Decía un viejo pastor bretón que para manejar a un rebaño de ovejas y hacer de ella lo que quieras solo se necesita meterles miedo. Un carnero tiene fuerza suficiente para derribarlo es incluso matarlo. No es cuestión de fuerza, sino de inspirar seguridad. Falsa seguridad. Las ovejas temen a lobo y lo que más valoran es la seguridad. Si el pastor hace sentirse seguras a las ovejas podrá manejarlas, esquilarlas e incluso sacrificarlas.
Las ovejas temen al lobo, pero es el pastor quien se las come.
Que tontas son las ovejas.
El Māra es el pastor del Samsara y las ovejas que menos trabajo le dan son aquellas que se sienten seguras y confortables. Las ovejas que viven bien. No necesitan ser muy felices, solo lo justo para temer perder esa felicidad. Llevan una vida de oveja sin pensar que lo que les espera es la muerte, el Māra. Lo sospechan pero como es algo desagradable no quieren pensar en ello. Mejor pastar el rico pasto y echarse a dormir.
Que tontas son las ovejas.
Hay ovejas que son las favoritas del pastor, que gustan retozar y brincar cuando le ven venir. Se sienten privilegiadas cuando aparece y son las que más seguras se sienten a su lado. El pastor asegura que son las que mejor sabor aportan a la caldereta.
Que tontas son las ovejas.
A veces, el rebaño tiende a dispersarse, a desobedecer. Eso pasa pocas veces.
—¡El lobo!¡Que viene el lobo!
¿Decías?
Que tontas son la ovejas.
Alguna trata de descarriarse, no se fía del pastor. Sospecha. Algo malo asoma cuando son las ovejas inteligentes las que no entienden nada. Mira al pastor y lo que reflejan sus ojos es gula. Nunca vió al pastor comer hierba. Las ovejas que se lleva no se las vuelve a ver, pero regresa muy contento. Siempre hay corderitos nuevos. La felicidad del rebaño empieza a incomodar. Mira a las demás y las ve tan contentas que no le parece conveniente compartirles su desazón.
Un día se escapa. El pastor grita:
—¡El lobo!¡Que viene el lobo!
Pero ella nunca vió más lobo que el pastor. Continúa decidida a escaparse.
Entonces al pastor no le queda otra que ir a buscarla y cuando la encuentra trata de asustarla para que regrese al redil. Pero no, la oveja sabe bien quien realmente es el pastor y no, no va a volver. Ella tiene fuerza más que suficiente y se le enfrenta. El pastor no puede hacer nada. Le ha descubierto.
El pastor, triste y decepcionado, se va.
Esta oveja no era tonta.
Colección de Discursos Agrupados Temáticamente SN 5.9. Sela
En Savatthi.
Luego, por la mañana, la bhikkhuni Sela se vistió … se sentó al pie de un árbol para pasar el día.
Entonces Māra el Maligno, deseando despertar miedo, inquietud y terror en la bhikkhuni Sela, deseando hacerla perder la concentración, se acercó a ella y se dirigió a ella en verso:
“¿Quién ha creado esta marioneta? ¿Dónde está el fabricante de la marioneta? ¿Dónde ha surgido la marioneta? ¿Dónde cesa la marioneta?”
Entonces se le ocurrió al bhikkhuni Sela:
“¿Quién es este…? Éste es Māra el maligno … deseando hacerme perder la concentración”.
Entonces la bhikkhuni Sela, habiendo entendido, «Este es Māra el Maligno», le respondió en versos:
“Esta marioneta no está hecha por sí misma, ni esta miseria es hecha por otro. Ha llegado a depender de una causa; Con la ruptura de la causa cesará. “Como cuando se siembra una semilla en un campo, crece dependiendo de un par de factores: requiere tanto los nutrientes del suelo como un suministro constante de humedad”: así como los agregados y elementos, y estas seis bases del contacto sensorial, han llegado depender de una causa; Con la ruptura de la causa cesarán”.
Entonces Māra el Maligno, dándose cuenta: “La bhikkhuni Sela me conoce”, triste y decepcionado, desapareció allí mismo.
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