Nibbana, el agujero negro de la conciencia. Parece un contrasentido y resulta incluso contraintuitivo. Pero Nibbana es un elemento muy activo. Su poder de atracción, su poder de condicionar es gigantesco. Pero sólo lo es en las distancias cortas. Lo extraño de este fenómeno, que sólo comparte con los demás la característica de que no es en sí, ni por sí, Anatta. No es impermanente. Tampoco es insatisfactorio. Nada lo condiciona. No, no, no, nada. ¿Cómo es posible que algo que sólo se puede definir como negación de todo, sea capaz de condicionar? Lo primero, es ver que condiciona. Al menos lo que es evidente que condiciona. Las ocho conciencias ultramundanas son testigo de este efecto. El Nibbana como objeto de las conciencias activas quebrantan la capacidad de libre ejecución de la conciencia definitivamente, mientras que el Nibbana como objeto en las conciencias de fruición, parece que tiene un efecto compensatorio, generando sensaciones tan indescriptibles que saltan cualquier clase de resistencia a ser experimentadas. Cuando hablo de conciencias, es solo una forma de hablar, porque no me refiero a la aberración abhidhámmica de conciencias que duran una milbillonésima de segundo… lo cual sería inexperimentable y no podrían probablemente tener efectos. Me refiero al modo en el que entra la conciencia y cuya duración se alarga lo suficiente en el tiempo como para cambiar definitivamente la mente, en las activas, y en las de fruición dejar una marca indeleble que dure para siempre, y que crea una fuerte adicción a terminar de experimentar el resto de conciencias restantes. Visto así, parece sobrecogedor. “Algo” inconcebible, que sólo se puede experimentar y cuyo efecto es bloquear progresivamente todo lo que tiene que ver con impurezas mentales, apego, aversión e ignorancia, de forma definitiva, dejando como residuo experiencias sublimes. Y lo hace progresivamente. Nibbana, en el primer par de experiencias, las del sendero, te atrapa definitivamente en su órbita, erradicando la duda. Aparte tiene más efectos, pero el más significativo es ése. Además, proporciona cantidades sustanciales de sabiduría, pañña, que hacen que el efecto sobre la conciencia para que se aposente y lo asuma. El segundo par de experiencias, las de un retorno o sakadagami, debilitan el apego y la aversión, dejándote en una posición muy poco “humana”. El tercer par, no-retorno o anagami, el apego y la aversión se erradican definitivamente. El cuarto par de experiencias, la iluminación completa, al erradicar la ignorancia, erradica en la conciencia todo lo que es consustancial al Samsara. Con eso ya no queda nada ahí. Ya todo queda absorbido. Parecería que va chupando la esencia de la ignorancia de la conciencia, hasta que no queda nada de ella. De esta forma, la conciencia que es en sí misma información condicionada, deja de ser, al ser extraída todo resto de ignorancia. Parecería el agujero negro de la conciencia…
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