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Mística (VI). Mapa de las Cuatro Rutas hacia Nibbāna

Foto del escritor: Tomás Morales y DuránTomás Morales y Durán

El Mahasatipatthana Sutta comienza así:


—Bhikkhus, hay un camino que conduce directamente a la meta, a la purificación de los seres, a superar el dolor y el lamento, a poner fin al sufrimiento y la melancolía, a encontrar el método correcto y a la realización de Nibbāna, es decir, las cuatro instrucciones de la práctica.


DN 22


E inmediatamente comienza con las instrucciones para llegar a la primera jhāna.


Hay cuatro vías para alcanzar la liberación final y, como veremos, en las cuatro se parte del dominio de las cuatro jhānas. Fijémonos que no es condición suficiente en ningún caso, pero en los tres es condición necesaria. Es conocido el caso de determinadas escuelas hinduistas que aplicaban las jhānas, pero son incapaces de lograr lo que ellos llaman “samadhi”.


En el extremo opuesto están los adherentes a la herejía “vipassana” que sostienen que las jhānas no son necesarias, realmente es porque no saben practicarlas, para entender las tres características de “impermanencia”, “insatisfacción” y lo que llaman “insustancialidad” de los fenómenos, lo que efectivamente son algo ajeno totalmente a esa comprensión. La falacia en la que se apoyan es sostener que, como los nobles entienden esas tres características, todo aquel que entienda esta evidencia es un noble, confundiendo condición suficiente con necesaria. Entender las tres características es necesario para ser noble, pero entender las tres características no es suficiente para ser noble.


Las Cuatro Vías son:


1. La Ruta del Buddha, o la de las habilidades paranormales

2. La Ruta Mística, o de la Cesación

Las Rutas Lentas, que son dos:

3. Mediante la Erradicación de la Reacción Emocional, mal traducido como “Sensación”.

4. Mediante la Erradicación del Deseo, o Noble Óctuple Camino.


La Ruta de las Habilidades Paranormales

El primer camino, fue el que siguió el mismo Buddha. Es, sin lugar a dudas, el camino más elegante y rápido de todos. Pero no está al alcance de todo el mundo, como veremos.


Para iluminarse el Buddha entiende que son las jhānas el camino a la liberación y lo primero que hace es ingerir los precursores necesarios para generar los neurotransmisores que necesita para alcanzar las jhānas. Como llevaba mucho tiempo en ayuno carecía de los precursores de la serotonina y la dopamina, esto es el aminoácido triptófano y la tirosina, respectivamente, glucosa y la vitamina B6. Los halla en el arroz con leche y según nos dice:



—Esto se me ocurrió, Príncipe: «Ahora no es fácil alcanzar esa felicidad sometiendo así al cuerpo a una extrema demacración. ¿Y si tomara alimento material, arroz con leche?». Así que tomé alimento material, arroz con leche.


MN 85



Y es cuando los cinco renunciantes que le acompañaban le abandonan pensando que se había echado a perder en placeres sensoriales.


Hace las cuatro jhānas consecutivamente y en la cuarta es cuando se desatan las abhiññās o Habilidades Paranormales. Esto es posible porque el Buddha en una vida anterior las desarrolló, por ello no está al alcance de todo el mundo.


Con las habilidades paranormales el vió por sí mismo como funciona en su totalidad el kamma, o sea, como es el funcionamiento interno del Samsara. Y lo conoció con conocimiento directo, el primer conocimiento, donde vio sus vidas anteriores en el primer tercio de la noche. Después mediante la habilidad paranormal del ojo divino, vio el destino de los seres, los vio muriendo y renaciendo en dependencia de su propio kamma. Desde ahí vio la aniquilación de las corrupciones, vio que es el sufrimiento, como surge y como cesa. Y, por último, empleó la habilidad paranormal de conocer cuando se está uno mismo completamente liberado.


Una vez concluyó, mediante el oído divino, entabló una conversación con el Mahabrahma Sahampati que le convence para que enseñe lo que ha entendido por sí mismo. Como el desarrollo de las habilidades paranormaless es muy infrecuente, el Buddha se empleó en enseñar el Noble Óctuple Camino como el estándar de liberación para un mayor número de personas.


Aquí vemos que las jhānas en sí no liberan, pero sin jhānas no hay habilidades paranormales. Es condición necesaria, pero no suficiente.



La Ruta Mística

Esta vía hace uso tanto de las jhānas como de las Esferas o Ayatanas.


Aunque ambas tienen parecidos en que son consecutivas y son cuatro, su naturaleza es completamente diferente. Podemos decir que mientras las jhānas manejan el “hardware” las Ayatanas son las herramientas de manejo del “software”.


Lo primero que se debe entender, y eso se ve con el ojo divino, es que hemos pasado por innumerables vidas, que la existencia es un devenir de muertes y nacimientos y que existen diferentes planos de existencia.


Para manejar los planos inferiores disponemos de las jhānas, que inciden en nuestra condición de animal, de peta y de humano. Las jhānas son capaces de desconectarnos temporalmente de estas condiciones con el fin de trabajar sobre ellas. Eso lo veremos en las siguientes rutas. Pero las jhānas también son condición necesaria para penetrar en las Esferas o Ayatanas.

Mediante las Ayatanas nos incursionamos en los planos de los devas, en los que en alguna vez hemos permanecido. Son cuatro niveles de interfaz cada vez más sutil. Son esferas donde están los devas de esas características que carecen de qualia.

El Buddha aprendió de sus dos maestros a estar y permanecer en la esfera de ningún lugar, con Alara Kalama, y en la de la ausencia de los factores del aferramiento a la existencia, con Uddaka Ramaputta. Sin embargo, no siguió al siguiente nivel. Por eso, abandonó este camino y se dedicó a la penitencia debido a que, en sí mismos, no tienen mayor utilidad como tales. Recordemos que Jhānas y Ayatanas son herramientas exclusivamente.

Más allá de toda esfera de devas (a más elevados, más sutil es su interfaz) está el Estado de Cesación de los factores de aferramiento a la existencia, en el cual la conciencia se descondiciona de su interfaz, es decir, técnicamente se desprende del Samsara.

Al regresar de ese estado, a través de nuevo de la Ayatanas en orden inverso, provoca la pura destrucción de lo que ata al individuo al Samsara: su existencia, o sea, la iluminación completa.

Este camino es el puramente místico.


Rutas Lentas

3a. Mediante la Erradicación de la Reacción Emocional (Sensación)


Este método no tiene textos canónicos, porque es nuevo. Hace uso de un sistema más radical que el del Noble Óctuple Camino. El apego es apego a la existencia, asi como el miedo es miedo a la muerte. Mientras el individuo permanezca apegado a la existencia no hay forma de que se libere de la misma, como el drogadicto enganchado a su veneno. Si conseguimos desenganchar al individuo de su adicción a la existencia, habremos logrado erradicar su sufrimiento. Un borracho que no bebe, no tendrá resaca.


La reacción emocional es la respuesta del sistema límbico a aquello que considera él que es bueno o malo, principalmente para la supervivencia y la replicación. Lo que le parece bien aparece como “agradable” y lo que no es “desagradable”. Hay una tercera reacción que es de indiferencia. La reacción agradable condiciona el apego, la desagradable la aversión y ambas, el sufrimiento.


La idea es aislar el sistema límbico, nuestra parte atada a las existencias bajas, animal, peta y humana, del centro de toma de decisiones. Lo primero es saturando de drogas endógenas su sistema, de manera que sus órdenes que se basan en ellas, queden cortocircuitadas. Por ejemplo, el premio lo hace con dopamina y serotonina y el castigo lo hace retirándolas. Si tenemos una inflación de estas drogas, hagamos lo que hagamos, no resultará premiado ni castigado, porque estaremos es estado de premio constante.


El siguiente paso es eliminar la tendencia subyacente hacia lo agradable o desagradable. Para ello, se necesita ejecutar un procedimiento conductista de descondicionamiento, que consiste en estar durante un periodo de poco más de dos meses, identificando cada acción y analizando si reaccionamos por inercia a lo agradable o desagradable. Para esto es necesario que el nivel de felicidad y placer sean altos, a la vez que los pensamientos parásitos deben estar anulados para evitar cualquier distracción a la atención total a todos los estímulos. Esto es importante, porque incluso en el sueño, hay que verificar que no se reacciona por felicidad o por infelicidad.


Se actúa como con un niño caprichoso, si se detecta una tendencia insana, se prohíbe. Si la tendencia es racional, se admite. Es esencial que se haga con todas las situaciones. Si se descuida, la tendencia seguirá subyaciendo y no habremos avanzado nada.


Producir drogas endógenas y anular los pensamientos parásitos son dos de las propiedades exclusivas de las jhānas. Sin ellas no se puede ejecutar este procedimiento.


Al final, nada será agradable ni desagradable, sino indiferente. Y no es posible apegarse ni aborrecer lo indiferente. Si no hay apego ni aversión no habrá sufrimiento nunca más. Pero solo a nivel humano, faltará hacer lo mismo en todas y cada una de las esferas superiores, y para eso entran las Ayatanas, como veremos en el punto siguiente y que se describe en el Mahanidana Sutta.



3b. Mediante la Erradicación del Deseo (Noble Óctuple Camino)


Este es el método que diseñó el Buddha y es el más simple para ejecutar. Trata de anular el centro de decisiones del sistema límbico, anulando el apego y el deseo una vez que la reacción emocional se produce. Es decir, corta el condicionamiento en el eslabón siguiente.


La reacción se produce, pero, al final, el individuo será capaz de condicionarse para no actuar en dependencia de esa reacción. Recordemos que la ruta anterior anulaba esa reacción, por lo que es más radical, más elegante y más sencilla de implementar.


Una vez producida la reacción se emplea el Noble Óctuple Sendero que son ocho diferentes actividades a ejecutar cada vez que se presenta cualquier fenómeno frente a la única que se necesitaba en la ruta anterior, que era valorar si hay o no una reacción emocional y si la hay, ignorarla.


En este caso, más complejo descartamos las actividades que siempre se hacen por apego o aversión o ignorancia, de ahí los cinco preceptos. Se prohíbe de momento lo más burdo, las acciones impulsadas exclusivamente por apego o aversión, como matar o robar o mantener actividades sexuales nocivas. El siguiente paso se analiza la palabra y se evalúa su tendencia. El siguiente es el modo de vida correcto, que es el más complejo, que debe analizar cada fenómeno que, en principio pueda parecer inocente, para comprobar cuál es la auténtica motivación. Si se detecta que es insana, se prohíbe. Para esto es imprescindible un esfuerzo y una atención intensas.


Es indudable que se necesita mantener una atención completa y esto solo es posible si los pensamientos parásitos no existen, porque si no, el individuo estará distraído en esos pensamientos inútiles y no hará el ejercicio de condicionamiento conductista.


Y para ello, son imprescindibles las jhānas.


En un periodo de tres meses de ejercicio continuo, la aversión y el apego ya no se producirán más y como prueba, el sufrimiento habrá desaparecido.


Pero haber anulado el apego en el plano humano e inferiores no implica haberlo hecho en los planos superiores. Para ello se usan las Ayatanas. Se debe hacer la misma limpieza de apego y aversión en las Cuatro Esferas para lograr desengancharnos del apego a la existencia.


Una vez logrado, el proceso de iluminación queda completado y cuando el individuo quiera podrá romper su existencia con lo que no podrá renacer más.

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