Marco Teórico (II). Sensación (Vedana).
Una vez establecido el proceso sesorioperceptivo, la sensación se dispara, haciendo entrar a la conciencia en diferentes modalidades en base a activar banderas que señalan en una gran cantidad de circuitos lógicos especializados (neuronas) a la vez. La Sensación, vedana, no es más que un conjunto de “modos” de funcionamiento de la conciencia. En términos informativos no es más que banderas (flags) lógicas. Las banderas sirven para “Si… entonces”. La conciencia reacciona de forma diferente si se encuentra sometida a banderas de “agradable” que de “desagradable” o de “no agradable ni desagradable”. Fisiológicamente esas banderas actúan mediante neurotransmisores. Cambian el modo de funcionamiento de la conciencia. Es por esto que vedana juega un papel fundamental sobre la ejecución completa de la conciencia. Gracias a ella, la conciencia “se implica”, “toma partido”, se “apega”, “rechaza”, cosas inconcebibles si la sensación no existiera. Sin sensación poco o nada nos distinguiría de los autómatas que usamos a diario: laptops, celulares, etc.. En ciencia cognitiva se ha comprobado que el funcionamiento normal del cerebro cambia según el estado de ánimo subyacente, y que en ocasiones incluso las decisiones racionales de las personas pueden verse notoriamente afectadas por los sentimientos. Los sentimientos son el resultado de las emociones y pueden ser verbalizadas (palabras). Las emociones son expresiones neurofisiológicas, del sistema nervioso y de estados mentales. El sentimiento podría definirse como la autopercepción de la mente que hace de un determinado estado emocional, que a su vez se ve influido por factores neurofisiológicos. El sentimiento es el resultado de las emociones. Esta respuesta está mediada por neurotransmisores como la dopamina, la noradrenalina y la serotonina. Forma parte de la dinámica cerebral del ser humano y de los demás animales, capacitándoles para reaccionar a los eventos de la vida diaria al drenarse una sustancia producida en el cerebro, hay muchos sentimientos. La psicodinámica se refiere a la sucesión de procesos mentales que experimenta una conciencia. Esta psicodinámica está impulsada por pulsiones psicológicas y fisiológicas y se ve influida naturalmente tanto por acontecimientos externos o estímulos como por estados de ánimo internos. Se denomina estímulo emotivo a cualquier situación externa o estímula capaz de alterar el estado de ánimo de la conciencia. Los estímulos emotivos, adecuadamente sostenidos en el tiempo, pueden hacer nacer el sentimiento de, por ejemplo, amor romántico, que no es más que la expresión del sistema límbico por continuar viéndose sometido a las cargas emocionales necesarias que equilibran y liberan de ciertos rasgos no preferentes del estado anímico, y que por reacción hace creer que encamina a un estado de flujo que permitirá sostener el estado felicidad. Así, la conciencia establece el objetivo y los hechos fomentan o contrarrestan su consecución y preservación. La variación del estado preferente que hace la mente del objetivo, induce en ella como principio la emoción que podría desencadenar un sentimiento que la motiva a actuar. Los sentimientos están regidos por las leyes que gobiernan el funcionamiento energético del cerebro. Inhibir por preferencia del ego un sentimiento equivale a fomentar un anhelo, postergar un anhelo fomenta una frustración o una vehemencia. Los sentimientos necesitan de una razón o cauce para lograr un estado de satisfacción y equilibrio. Vedana asociada a estados de ánimos actúa como condicionante de algunos procesos mentales y, por tanto, pueden actuar como factores que alteran la psicodinámica. Es un hecho conocido que la intensidad de los recuerdos puede verse influida fuertemente por el estado de ánimo. En particular, muchas situaciones traumáticas inducen estados de ánimo muy específicos que hacen que los recuerdos creados bajo dicho estado de ánimo sean especialmente intensos y perdurables. Las conciencias sometidas a banderas de baja felicidad (niveles bajos de serotonina) son conciencias deprimidas y pueden llegar a tener percepciones de sí mismas y de la realidad muy ajustadas. Mientras que muchas conciencias en modo feliz o no deprimidas con un estado de ánimo más positivo frecuentemente tienden a ser optimistas y a minimizar dificultades reales. Se considera que en algunos casos el «realismo excesivo» de las conciencias deprimidas les dificulta emprender acciones con entusiasmo y confianza, a diferencia de esa misma conciencia con esas banderas bajadas son «engañadamente optimistas». Este tema de las banderas también lo trataremos cuando veamos los efectos de la meditación y la iluminación en las conciencias.
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