Cuando el practicante se decide a encerrarse, aislarse, alejado de todo y de todos, la soledad puede vencerle y derrotarle. La soledad trae innumerables horas de pensamientos reactivos, pensamientos que se piensan solos. Y el silencio sirve para amplificarlos haciendo de la cabeza su caja de resonancia. Un silencio abrumador del que muchos tienen que escapar. No es lógico encerrarse sin ser experto en jhānas. Su principal misión consiste precisamente en eliminar dichos pensamientos, y no existe otro método o vía para eliminarlos. Con jhānas el tiempo no transcurre, siempre es presente. EL aburrimiento no se da. No hay un pasado para atormentar ni un futuro que añorar. Solo ahora. Y ahora es siempre. Por otro lado, soportar la tortura de los pensamientos reactivos solo trae dolor y desesperación y eso no trae nada bueno. Nunca se acaban y solo puede lograrse una cierta tolerancia. Al final, uno acaba no aguantándose a sí mismo, abriendo las puertas a la enfermedad mental. Llegar a enloquecer en aras de la realización es absurdo. Sin jhānas, ni lo intentes. Colección de Discursos de Agrupados Numéricamente AN 10.99 Upāli Sutta Entonces, Upāli se acercó al Bienaventurado, le rindió homenaje, se sentó a un lado y le dijo: “Venerable Señor, me gustaría recurrir a moradas remotas en el bosque o en las arboledas de la jungla”. “Las moradas remotas en el bosque y las arboledas de la jungla, Upāli, son difíciles de soportar. La soledad es difícil de emprender y es difícil deleitarse en ella. Cuando uno está solo, el bosque se roba la mente del monje que no aumenta su concentración. Para alguien que diga ‘yo todavía no aumenté mi concentración, pero aun así recurriré a moradas remotas en el bosque y en las arboledas de la jungla’, se puede esperar que vaya a hundirse o flotar. “Imagina, Upāli, a un gran lago y a un gran elefante de tamaño de siete u ocho de codos llevado allí con este pensamiento: ‘Déjame entrar en este lago y lavar placenteramente mis orejas y lomo. Me voy a bañar y tomar agua, luego voy a salir y partir adonde quiera’. Luego entra en el lago y lava placenteramente sus orejas y lomo, se baña y toma agua, para finalmente salir y partir adonde quiera. Y, ¿por qué así? Porque su gran cuerpo encuentra fundamento en la profundidad. “Más tarde, Upāli, una liebre o un gato, pasando por allí, piensa: ‘¿Por qué este elefante tendría que ser diferente de mí mismo? También voy entrar en este lago y lavar placenteramente mis orejas y lomo. Me voy a bañar y tomar agua, luego voy a salir y partir adonde quiera’. Acto seguido, sin reflexionarlo mucho, precipitadamente entra al profundo lago. Entonces, se puede esperar que vaya a hundirse o flotar. Y, ¿por qué así? Porque su pequeño cuerpo no encuentra fundamento en la profundidad. De la misma manera, Upāli, para alguien que diga ‘yo todavía no aumenté mi concentración, pero aun así recurriré a moradas remotas en el bosque y en las arboledas de la jungla’, se puede esperar que vaya a hundirse o flotar. “Imagina también, Upāli, a un joven muchacho acostado sobre su espalda, jugando con su propia orina y heces. ¿Qué piensas, no sería ésta una forma totalmente tonta de diversión?”. “Sí, Venerable Señor”. “Pero y si, un tiempo más tarde, cuando aquel muchacho creciera y madurara en sus facultades, y jugara los juegos típicos que los muchachos de su edad juegan—juegos con arados de juguete, juegos de palo, saltos mortales, juegos con molinetes, juegos con medidas hechas de las hojas, los juegos con carros de juguete, juegos con arcos de juguete—, ¿qué piensas, no sería esta clase de diversión infinitamente mejor y sublime que la anterior?”. “Sí, Venerable Señor”. “Pero y si, aún más tarde, Upāli, cuando aquel muchacho siguiera creciendo y madurando en sus facultades, disfrutara y se involucrara con los cinco objetos de los placeres sensuales: con las formas cognoscibles a través del ojo que son deseables, codiciables, agradables, placenteras, conectadas con el placer sensual, apetecibles; con los sonidos cognoscibles a través del oído… olores cognoscibles a través de la nariz… sabores cognoscibles a través de la lengua… objetos táctiles cognoscibles a través del cuerpo que son deseables, codiciables, agradables, placenteras, conectadas con el placer sensual, apetecibles; ¿qué piensas, no sería esta clase de diversión mejor aún y más sublime que la anterior?”. “Sí, Venerable Señor”. “He aquí, Upāli, el Tathagata aparece en el mundo, realizado y completamente iluminado, perfecto en comportamiento y conocimiento, Sublime, conocedor de los mundos, incomparable líder de personas destinadas a ser dóciles, maestro de devas y seres humanos, iluminado, bendito. Habiendo descubierto este mundo con sus dioses, sus Maras y Brahmas, con sus ascetas y brahmanes con el conocimiento directo, se lo da de conocer luego a todas las personas. Enseña el Dhamma que es agradable en el principio, agradable en el medio y agradable al final, con recto espíritu y letra; el cual revela la vida santa perfecta y completamente pura. “El hombre hogareño o su hijo, o cualquiera que haya nacido en algún otro clan escucha ese Dhamma. Al escucharlo, adquiere fe en el Tathagata. Y una vez que esa fe se cimienta, se afianza y persevera en ella, considera lo siguiente: ‘La vida del hogar es polvorienta y llena de gente, la vida sin hogar amplia y abierta. No es sencillo, mientras se permanece viviendo dentro del clan, llevar una vida santa completamente perfecta y pura. ¿Qué tal si corto mi cabello y barba, y habiéndome envestido con el hábito amarillo, doy el paso de la vida hogareña a la vida sin hogar?’. Entonces, habiendo cortado su cabello y barba, y habiéndose envestido con el hábito amarillo, abandonando una pequeña o una gran fortuna, abandonando una pequeña o una enorme cantidad de familiares, da el paso de la vida en el hogar a la vida sin hogar. “Habiendo renunciado al hogar y las posesiones, lleva apropiadamente el modo de vida y entrenamiento del monje: habiendo abandonado la destrucción de la vida, se abstiene de la matanza de los seres vivos, se abstiene de toda forma de destrucción de la vida; dejando de lado las armas y el garrote, es gentil y considerado, se mantiene lleno de compasión hacia todos los seres vivientes. Abandonando el tomar lo que no le ha sido dado, se abstiene de tomar lo que no le ha sido dado, toma únicamente lo que le ha sido dado—esperando sólo ello— y, al no robar, permanece purificado sin pensamientos del robo. Abandonando la sexualidad, observa los beneficios del celibato. De esta manera, viviendo apartado de los deseos sensuales, se abstiene de los actos sexuales, propios de las personas comunes. “Abandonando la falsedad al hablar, se abstiene de decir mentiras; únicamente habla lo que es verdad, se apega a los hechos, es digno de confianza y uno que no engaña al mundo. Abandonando la maldad al hablar, se abstiene de la malicia en el habla; habiendo escuchado algo aquí se abstiene de repetirlo allá, de esta manera renuncia a generar cismas y confrontaciones que dividan a las personas; por el contrario, es alguien que se alegra en la concordia y busca la unión entre las personas, promotor de la amistad, orador de frases que fomentan la hermandad. Abandonando la frivolidad al hablar, enuncia palabras que son amables, que son agradables al oído, aquellas que infunden amor y llegan al corazón, se expresa de manera cortés, con lo que es deseable por muchos… lo que agrada a la mayoría. Abandonando el enredo y el chisme al hablar, se abstiene de tomar parte en pláticas sin sentido, de esta forma habla únicamente lo que es un hecho, habla lo que es bueno, habla de manera prudente y cuando es requerido, él instruye sobre el Dhamma y Disciplina; con total prudencia, pronuncia aquello que es digno de recordar, que es razonable, que lleva a la moderación y es beneficioso. “Se abstiene de maltratar plantas y semillas. Únicamente come una vez al día, se abstiene de comer en la noche, fuera del tiempo propicio. Se abstiene de bailar, cantar, de escuchar música o de ser partícipe de cualquier acto de entretenimiento. Se abstiene de usar guirnaldas, de ungirse con ungüentos, o de utilizar esencias o lociones. Se abstiene de sentarse en cojines elevados, además de abstenerse de aceptar oro y plata. Se abstiene de aceptar grano entero… carne entera… mujeres… hombres… esclavos… cabras u ovejas… aves o cerdos… elefantes… ganado… caballos o yeguas… además, se abstiene de aceptar parcelas o tierras. Se abstiene de convertirse en mensajero. Se abstiene de comprar y vender. Se abstiene de pesajes falsos, de falsificar medidas o de cualquier tipo de transacción. Se abstiene de engañar, de hacer trampa, de defraudar o de aventajar a las personas. También se abstiene de herir o de infligir daño a cualquier ser sintiente… de convertirse en bandido, de asaltar y engendrar violencia. “Se contenta con una vestimenta para cubrir su cuerpo y con la comida de las limosnas que le mantienen con vida y, a donde quiera que va, únicamente lleva esto consigo. De la misma manera que los pájaros sólo llevan sus alas como carga, así también, el monje se contenta únicamente con estas dos cosas. Es así como poseyendo este agregado de noble virtud, experimenta en sí mismo una felicidad que es intachable, una que está completamente libre de culpa. “De esta manera, al observar una forma con el ojo no se apega a sus signos ni a sus características, pues [sabe que] que, si dejase la facultad de la vista desprotegida, los perjudiciales estados de codicia o anhelo podrían invadir su mente; es así como practica la restricción al ver, es así como guarda la facultad del ojo, es así como limita la influencia de la facultad del ojo. Al escuchar un sonido con el oído… al oler un olor con la nariz… al probar un sabor con la lengua… al tocar un objeto con el cuerpo… al reconocer un objeto con la mente, en ninguna circunstancia se adhiere a sus signos y características, pues si llegara a hacerlo, los perjudiciales estados de codicia y anhelo podrían invadir su mente… Poseyendo estas nobles restricciones sobre sus facultades, experimenta en sí mismo una felicidad que es inmaculada. “Se convierte en alguien que actúa con clara comprensión, tanto cuando va hacia delante como hacia atrás; alguien que actúa con clara comprensión cuando mira hacia delante como cuando mira en otras direcciones; alguien que actúa con clara comprensión cuando flexiona y extiende sus extremidades; alguien que actúa con clara comprensión cuando se viste con su manto interior y cuando se viste con su manto exterior; alguien que actúa con clara comprensión cuando lleva su cuenco, cuando come, cuando bebe, cuando degusta o consume el alimento; alguien que actúa con clara comprensión cuando defeca u orina; alguien que actúa con clara comprensión cuando camina, cuando está de pie, cuando está sentado, cuando comienza a quedarse dormido, cuando se levanta, cuando habla y cuando se queda callado. “Es así como, poseyendo este agregado de noble virtud, estas nobles restricciones sobre sus facultades y poseyendo esta noble atención consciente y clara comprensión, el monje recurre a un lugar apartado: al bosque, al pie de un árbol, una montaña, un barranco, el interior de una cueva, un cementerio, en medio de la selva, un espacio abierto o un montón de paja. “Y, habiendo ido al bosque, al pie de un árbol o a una choza vacía, se sienta, cruzando las piernas y con su cuerpo erguido establece la atención delante de él. Habiendo abandonado la codicia y el anhelo por el mundo, permanece con una mente libre de obstrucciones; así purifica su mente de impedimentos. Habiendo abandonado la mala voluntad y el odio, permanece con una mente compasiva por el bienestar de todos los seres vivientes; así purifica su mente de impedimentos. Habiendo abandonado la pereza y apatía, permanece libre de obstrucciones, percibiendo la luz, totalmente consciente y despierto; así purifica su mente de impedimentos. Habiendo abandonado la inquietud y el remordimiento, permanece en calma con una mente pacífica hacia el interior; así purifica su mente de impedimentos. Habiendo abandonado la duda, permanece lejos de ella, sin perplejidad acerca de lo que es beneficioso; así purifica su mente de impedimentos. “Habiendo abandonado estos cinco obstáculos, imperfecciones de la mente que debilitan la sabiduría, apartado de los placeres sensuales, apartado de los perjudiciales estados, el monje entra y permanece en el primer jhana, el cual está acompañado del pensamiento aplicado y sostenido, con felicidad y placer nacidos de la reclusión. ¿Qué piensas, no sería esta clase de morada aún mejor y más sublime que estas anteriores?”. “Sí, Venerable Señor”. “Es cuando ven esas cualidades dentro de ellos mismo, Upāli, que mis discípulos recurren a moradas remotas en el bosque y en las arboledas de la jungla. Pero todavía no han alcanzado su meta. “De nuevo, Upāli, dejando atrás el pensamiento aplicado y sostenido, entra y permanece en el segundo jhana, el cual está acompañado de la confianza interior y la unificación de la mente, arrobamiento y placer nacidos de la concentración. ¿Qué piensas, no sería esta clase de morada aún mejor y más sublime que estas anteriores?”. “Sí, Venerable Señor”. “Es cuando ven esas cualidades dentro de ellos mismo, Upāli, que mis discípulos recurren a moradas remotas en el bosque y en las arboledas de la jungla. Pero todavía no han alcanzado su meta. “De nuevo, Upāli, con el desvanecimiento del arrobamiento, con la mente plenamente consciente, aun siendo sensible al placer con el cuerpo, entra y permanece en el tercer jhana, del cual los nobles declaran: ‘Ecuánime y plenamente consciente, tiene una morada agradable’. ¿Qué piensas, no sería esta clase de morada aún mejor y más sublime que estas anteriores?”. “Sí, Venerable Señor”. “Es cuando ven esas cualidades dentro de ellos mismo, Upāli, que mis discípulos recurren a moradas remotas en el bosque y en las arboledas de la jungla. Pero todavía no han alcanzado su meta. “De nuevo, Upāli, con el abandono del placer y el dolor, y con la previa desaparición de la alegría y abatimiento, entra y permanece en el cuarto jhana, el cual viene acompañado de la purificación de la atención consciente por medio de la ecuanimidad. ¿Qué piensas, no sería esta clase de morada aún mejor y más sublime que estas anteriores?”. “Sí, Venerable Señor”. “Es cuando ven esas cualidades dentro de ellos mismo, Upāli, que mis discípulos recurren a moradas remotas en el bosque y en las arboledas de la jungla. Pero todavía no han alcanzado su meta. “De nuevo, Upāli, con la superación total de las percepciones de las formas, con la desaparición de la afectación sensorial, con la desatención a la percepción de la diversidad, [percibiendo que] ‘el espacio es infinito’, entra y permanece en la base de la infinitud del espacio. ¿Qué piensas, no sería esta clase de morada aún mejor y más sublime que estas anteriores?”. “Sí, Venerable Señor”. “Es cuando ven esas cualidades dentro de ellos mismo, Upāli, que mis discípulos recurren a moradas remotas en el bosque y en las arboledas de la jungla. Pero todavía no han alcanzado su meta. “De nuevo, Upāli, con la superación total de la base de la infinitud del espacio, [percibiendo que] ‘la conciencia es infinita’, entra y permanece en la base de la infinitud de la conciencia. ¿Qué piensas, no sería esta clase de morada aún mejor y más sublime que estas anteriores?”. “Sí, Venerable Señor”. “Es cuando ven esas cualidades dentro de ellos mismo, Upāli, que mis discípulos recurren a moradas remotas en el bosque y en las arboledas de la jungla. Pero todavía no han alcanzado su meta. “De nuevo, Upāli, con la superación total de la base de la infinitud de la conciencia, [percibiendo que] ‘he aquí no hay nada’, entra y permanece en la base de la nada. ¿Qué piensas, no sería esta clase de morada aún mejor y más sublime que estas anteriores?”. “Sí, Venerable Señor”. “Es cuando ven esas cualidades dentro de ellos mismo, Upāli, que mis discípulos recurren a moradas remotas en el bosque y en las arboledas de la jungla. Pero todavía no han alcanzado su meta. “De nuevo, Upāli, con la superación total de la base de la nada, entra y permanece en la base de la ni-percepción-ni-no-percepción. ¿Qué piensas, no sería esta clase de morada aún mejor y más sublime que estas anteriores?”. “Sí, Venerable Señor”. “Es cuando ven esas cualidades dentro de ellos mismo, Upāli, que mis discípulos recurren a moradas remotas en el bosque y en las arboledas de la jungla. Pero todavía no han alcanzado su meta. “De nuevo, Upāli, con la superación total de la base de la ni-percepción-ni-no-percepción, entra y permanece en el cese de la percepción y sensación. Y habiéndolo visto con sabiduría, sus impurezas son totalmente destruidas. ¿Qué piensas, no sería esta clase de morada aún mejor y más sublime que estas anteriores?”. “Sí, Venerable Señor”. “Es cuando ven esas cualidades dentro de ellos mismo, Upāli, que mis discípulos recurren a moradas remotas en el bosque y en las arboledas de la jungla. Y ellos permanecen habiendo alcanzado su meta. “Ve, Upāli, mora dentro del Sangha. Morando dentro del Sangha estarás a gusto”.
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