Las siguientes seis reglas están relacionadas con la figura de los Sammasambuddhas, que son los Arahants Perfectamente Iluminados, que no solo han conseguido iluminarse por sí mismos, sino que además son maestros de devas y, en menor medida, de humanos.
“Esto es imposible e inconcebible, monjes, que dos arahants que son budas perfectamente iluminados surjan simultáneamente en el sistema mundial; no existe semejante posibilidad.
No se pueden dar simultáneamente dos Sammasambuddhas en el mismo momento. Un Sammasambuddha solo aparece cuando el Dhamma del anterior se ha corrompido completamente.
Pero esto es posible, monjes, que un arahant que es buda perfectamente iluminado surja en el sistema mundial; he aquí, existe semejante posibilidad”.
De hecho, es así. Las causas por las cuales aparece un Sammasambuddha son muy variadas y se tienen que dar simultáneamente. Entre ellas, tiene que ser un hombre, que tenga deseo de aprender, que en su tiempo no exista un dhamma fértil, que sea extraordinariamente inteligente, que renuncie al mundo para encontrar sus secretos, que se vaya de casa y encuentre un lugar agradable con agua abundante, que practique las jhānas y, si se ha perdido un método viable, lo descubra, que tome el refugio en sí mismo, que no confíe en nada más que es sí mismo, que no tenga maestros que intoxiquen y corrompan su experiencia… y lo más difícil: que una vez logrado el objetivo, vivida la vida santa, extinta su existencia, enseñe en un mundo poblado de necios con mucho polvo en los ojos que no ven porque no quieren ver.
“Esto es imposible e inconcebible, monjes, que dos reyes universales que ponen en movimiento la rueda surjan simultáneamente en el sistema mundial; no existe semejante posibilidad.
La rueda la pone de nuevo en marcha un rey universal, no dos.
Pero esto es posible, monjes, que un rey universal que pone en movimiento la rueda surja en el sistema mundial; he aquí, existe semejante posibilidad.
Esa posibilidad existe y se ha demostrado no nula.
“Esto es imposible e inconcebible, monjes, que una mujer sea una arahanta, buda perfectamente iluminada… que una mujer sea la reina universal que pone en movimiento la rueda… que una mujer ocupe la posición del Sakka… que una mujer ocupe la posición del Mara… que una mujer ocupe la posición del Brahma; no existe semejante posibilidad.
Hay que puntualizar que se refiere a una arahanta, “buda perfectamente iluminada”, es decir, una Sammasambuddha. No se puede dar que una mujer lo sea o sea capaz de poner en marcha la rueda del Dhamma. Y eso ¿por qué? Para empezar, el cuerpo es condición tanto de Namā, como de rūpa. Las capacidades del cuerpo, de los sentidos, del cerebro condicionan el funcionamiento y el desarrollo de la conciencia. Ya establecimos que las mujeres tienen una mayor capacidad que los hombres en general para la tranquilidad y la intuición (samatho-vipassana), por la especial construcción de su cerebro, que conecta ambos hemisferios y, aunque más pequeño, resulta ser más eficiente que el masculino porque éste, en general, está desequilibrado entre hemisferios, lo que hace que los hombres usen más un hemisferio que otro, lo que es un hándicap funcional. Pero existen casos muy extraordinarios de hombres con una perfecta simetría cerebral, que usan la intuición como forma natural de pensamiento y además son hábiles en el razonamiento lógico, es decir, usan ambos hemisferios cerebrales a la perfección combinando ambos, según sea el caso. No es que todos los hombres que disponen de estas características sean Budas, pero los Budas tienen estas características. Además, un cerebro mayor, capaz de profundizar y sacar su máximo partido es el hábil para encontrar por sí mismo, en su reclusión, el Dhamma Incondicionado. Podemos decir que, mientras un hombre en un momento del tiempo puede llegar a Sammasambuddha, son la media de las mujeres mejores alumnas de este maestro. Por detrás los demás hombres en la media, estadísticamente hablando.
Pero esto es posible, monjes, que un hombre ocupe la posición del Brahma; he aquí, existe semejante posibilidad.
Por las razones anteriores, se puede dar el caso de un hombre con todas las características de los puntos 17 y 20. REFERENCIAS Colección de discursos agrupados numéricamente 268–277. Primer sub-capítulo “Esto es imposible e inconcebible, monjes, que dos arahants que son budas perfectamente iluminados surjan simultáneamente en el sistema mundial; no existe semejante posibilidad. Pero esto es posible, monjes, que un arahant que es buda perfectamente iluminado surja en el sistema mundial; he aquí, existe semejante posibilidad”. Colección de discursos agrupados numéricamente 278–286. Segundo sub-capítulo “Esto es imposible e inconcebible, monjes, que dos reyes universales que ponen en movimiento la rueda surjan simultáneamente en el sistema mundial; no existe semejante posibilidad. Pero esto es posible, monjes, que un rey universal que pone en movimiento la rueda surja en el sistema mundial; he aquí, existe semejante posibilidad. “Esto es imposible e inconcebible, monjes, que una mujer sea una arahanta, buda perfectamente iluminada… que una mujer sea la reina universal que pone en movimiento la rueda… que una mujer ocupe la posición del Sakka… que una mujer ocupe la posición del Mara… que una mujer ocupe la posición del Brahma; no existe semejante posibilidad. Pero esto es posible, monjes, que un hombre ocupe la posición del Brahma; he aquí, existe semejante posibilidad.
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