El comportamiento que se espera de las mujeres, o que ellas suponen como apropiado, las conduce al uso de artefactos y químicos letales para su salud. Este es el caso de sujetador, brassiere o bra, extraño andamiaje hecho de varillas, aros, telas y enganches nacido para sustituir al asfixiante corsé en su misión de torturar los senos femeninos.
Lo más lindo que dicen las usuarias de él es algo asi como esto:
“¡Tan rico que es llegar a casa y quitarte el brassiere!” “¡Eso sí es libertad!”
Algo similar a lo que diría una monja de clausura al desatarse el cilicio después de una sesión de ocho horas de penitencia. A pesar de lo cómodas que se sienten al no usarlo, les parece inapropiado salir a la calle sin él, como si la calle no estuviese antes del brassiere. Llevar esta penitencia tiene su castigo.
De acuerdo con una publicación en la revista “Le Journal de Michel Dogna” en los años treinta un estudio arrojó que el uso del sujetador estaba relacionado con el incremento de pacientes con cáncer de mama. Incluso menciona que 3 de cada 4 mujeres en las que se presenta esta enfermedad suelen usar esta pieza de lencería, mientras que en el caso de las que nunca lo usan, solamente una de cada 168 lo sufre. Esto quiere decir que, al usarlo, haces que aumente en 12 veces el riesgo de padecerlo.
Sí, no un 12%, no. Un 1.200%. Por cierto, los lacitos rosas no conjuran el cáncer de mama, aunque te hayan dicho lo contrario.
Así te machaca el cuerpo tu bra:
El sujetador comprime los ganglios y canales linfáticos, las toxinas ya no se podrán eliminar de forma natural mediante el drenaje linfático, lo que provoca que se acumulen en la mama y originen quistes, nódulos fibrosos y tumores cancerígenos.
Por si fuera poco, hacen que la temperatura de tus senos aumente de forma considerable debido al tejido que cubre las mamas y a la compresión a la que las somete.
Se evita el masaje natural que se produce cuando la mujer camina, corre y se mueve. Sin embargo, cuando se lleva puesto, impide que la linfa circule. Al interferir en ese movimiento natural, la linfa no circula, las toxinas se acumulan y es cuando aparecen los quistes o tumores.
En lugares como Japón y Fiji las mujeres decidieron regresar a la ropa interior tradicional donde sus pechos tienen libertad, después de conocerse que el sujetador promueve el cáncer de mama.
Aumenta la caída: La apariencia de esta zona erógena no es la misma cuando se tienen 20, 30, 40 o más de 50 años. Su elasticidad, dureza y firmeza se ven perjudicadas con la llegada de los hijos y la edad. Justamente el uso de esta prenda según indican estudios realizados en Francia, Estados Unidos, Japón y Gran Bretaña a diferencia de lo que se creía, hace que aumente la caída de los pechos, debido a que los ligamentos de Cooper y los músculos de la piel, que son el sostén natural del pecho, dejan de trabajar, se relajan, se distienden y el pecho cae.
Uso inapropiado desde la niñez: A los 10, 12 o 13 años cuando los senos comenzaban a aumentar, las mamás ponen a las niñas corpiños o formadores sin saber que esa prenda de tela suave contribuía a que se comenzaran a caer, puesto que no se ejercitaban con tus movimientos naturales. No es que los pechos caigan naturalmente, es que lo natural es que se caigan si no haces más que tirarlos.
Los dolores en los senos: Es muy molesto cuando una varilla de las copas del bra se incrusta en la piel. No solo eso, dos cirujanos británicos analizaron un grupo de pacientes y determinaron que luego de tres meses de no usarlo sus dolores en los senos habían disminuido. Para realizar el estudio, solicitaron a sus pacientes que sustituyeran esta pieza de lencería por una especie de camiseta elástica o top. Al terminar el análisis, ninguna quería volver a usar brassiere.
Luego está la galería de los horrores que se presentan cuando no se lava convenientemente el bra:
Infecciones: el contacto al que se somete la piel con la mugre y bacterias provoca hongos y quemazón.
Acné: el sudor, polvo y bacterias que se recogen durante el día harán que salgan espinillas y puntos negros en los senos y espalda. Así que dos de las zonas más sexy de las mujeres lucirán desagradables.
Mal olor. No importa si las demás prendas están limpias; si el sujetador está sucio, esparcirá ese mal olor a todo tu outfit. Incluso a veces el mal olor no sale ni lavándolo.
Irritación. La suciedad se traspasa a las axilas y lo que produce incomodidad, pues esta zona es muy sensible al depilarse con frecuencia y tiene poco contacto con los rayos del sol.
Pezones lastimados. El roce del bra y más cuando está sucio tiende a irritar. Un cambio de coloración es una alerta grave.
No se puede entrar a valorar el coste/beneficio porque no hay beneficio ninguno y el coste, y no solo económico, es altísimo. Es inconcebible como este instrumento de tortura se usa y además se entiende como “poco apropiado” no hacerlo. Si resulta poco apropiado que se noten los pezones, muchos bras no solucionan este extremo. Como mucho, usar algún tipo de cubrepezones hecho de material hipoalergénico y desechable, sería más que suficiente para solventar lo “inapropiado”.
Porque lo que es inapropiado de verdad, es machacar los senos día a día e incluso dar la vida por ellos.
La mentira de bra.
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