Parece que se pierde la perspectiva entre miles y miles de suttas, de escritos, de comentarios, de subcomentarios, de subsubcomentarios, de textos y obras clasicas de maestros, de discípulos, de traducciones, de gramáticas, de lenguajes, de… letras. Muchas letras. Un montañón de letras, escritas en Pāli, Sanscrito, Urdu, Cingalés, Thailandés, Chino, Japonés, Birmano, Camboyano, Laosiano, Vietnamita, Coreano, Tibetano, Mongol, Inglés, Español, Portugués, Ruso, Calmuco… Parece que estuviéramos hablando sobre algo o alguien muy versado en letras. ¿Nos estamos volviendo locos, o qué? Estamos hablando sobre la figura y la doctrina de un analfableto. ¿A qué viene tanta letra? El Buddha jamás empleó una sola letra. Para nada. La India del Siglo VI AEC estaba en la prehistoria a la que la devolvieron las invasiones arias que arrasaron con la antigua civilización del Valle del Indo, con su cultura, su sistema igualitario, su economía basada en la agricultura… Las grandes obras arias, Vedas y Upanishads se transmitían oralmente de boca a oreja. La escritura, simplemente, no existía. Obviamente, si no hay escritura, no hay alfabetización posible. Y aunque en el momento en el que vivió el Buddha fue una época de rebelión cultural contra el sistema establecido, su conocimiento del mundo, conocimiento indirecto, era muy escaso. Los suttas empezaron a escribirse en chino más de trescientos años después del Parinibbāna del Buddha y en Pāli quinientos. En ese lapso de tiempo, la transmisión la hicieron, también, analfabetos, al menos una cadena de 25 individuos boca a oreja sin entender nada. ¿Recuerdas el juego del Teléfono Averiado? Pues el Anguttara Nikaya tiene 679.800 palabras, el Saṃyuṭṭa Nikaya 621.034, el Majjima Nikaya 456.399 y el Digha Nikaya 111.568. En total “sólo” 1.868.801 palabras. No digo que no pudieran pronunciarse, en 45 años, da de sobra. Solo expongo la dimensión de la dificultad de la transmisión. Los primeros 500 arahants tuvieron que aprenderse de memoria más de 1.700 palabras sin redundancia, si al menos hay tres recordando lo mismo, eso sube a mas de 5.000 palabras y eso debe recordarse de generación en generacion al menos 25 veces… Si el Buddha llegó al Dhamma mediante conocimiento directo, ¿a qué viene, insisto, llegar a él a través de textos, conocimiento indirecto, que no reflejan ninguna clase de conocimiento indirecto, porque ni el proio Buddha disponía de ellos? ¿Por qué, insisto, no tratan de llegar al mismo conocimiento directo del Buddha usando su mismo método, en lugar de analizar cada palabra rebuscando significados ocultos? Si es solo con ánimo cultural y/o antropológico, me parece perfecto. Los suttas empiezan a ser reconocibles en cuanto se logran jhānas. Pero solo cuando se llega al mismo corazón del Dhamma, se pueden contemplar con todo su significado, por encima de las pésimas traducciones que arrastran. Pero ¿para qué se quieren los suttas cuando ya has visto el Dhamma? ¿Cómo comprobación? ¿De qué? De que el Dhamma es independiente de quien lo contemple y de cuando lo contemple. Es la única opción. Estudiar suttas no ilumina. Es virtualmente imposible. La comprensión del Buddha del mundo era limitada y así se refleja en los suttas. A continuación señalo algunos casos muy evidentes:
Majjhima Nikaya 28
Mahahatthipadopama Sutta
Gran Discurso sobre el símil de la huella del elefante
Esto he escuchado: En una ocasión, el Bienaventurado estaba morando cerca de Savatthi, en la Arboleda Jeta del Parque Anapathindika. Allí el Venerable Sariputta se dirigió a los monjes con estas palabras: “Amigos, monjes”.—»Amigo”, respondieron los monjes y el Venerable Sariputta continuó: “Amigos, al igual que la huella de cualquier ser que camina puede colocarse dentro de la huella de un gran elefante, hecho por el cual, la huella del gran elefante ha sido declarada como la principal entre ellas por causa de su gran tamaño, de la misma manera, todos los saludables estados están incluidos dentro de las Cuatro Nobles Verdades . ¿Cuáles son estas cuatro? En la noble verdad de la insatisfacción, en la noble verdad del origen de la insatisfacción, en la noble verdad del cese de la insatisfacción y en la noble verdad del sendero que conduce al cese de la insatisfacción. “Y, ¿qué es, amigos, la noble verdad de la insatisfacción? El nacimiento es insatisfacción, la vejez es insatisfacción, la muerte es insatisfacción; el pesar, el lamento, la pena, el dolor, la desesperanza y el sufrimiento; no obtener lo deseado es insatisfacción; en breve, los cinco cúmulos del apego son insatisfacción. “Y, ¿qué son, amigos, los cinco cúmulos de apego? Estos son: el cúmulo del apego de la forma, el cúmulo del apego de la sensación, el cúmulo del apego de la percepción, el cúmulo del apego de las formaciones mentales y el cúmulo del apego de la conciencia. “Y, ¿qué es, amigos, el cúmulo del apego de la forma? Son los cuatro grandes elementos y las formas derivadas de estos cuatro elementos. “Y, ¿cuáles son estos cuatro grandes elementos? Estos son: el elemento de la tierra, el elemento del agua, el elemento del fuego y el elemento del aire. “Y, ¿qué es, amigos, el elemento de la tierra? El elemento de la tierra puede ser tanto interno como externo. Y, ¿qué es el elemento interno de la tierra? Todo lo que internamente, perteneciendo a uno mismo, es sólido, solidificado o adherido, es decir, cabellos, vellos, uñas, dientes, piel, carne, tendones, huesos, riñones, corazón, hígado, membrana, bazo, pulmones, intestinos, mesenterio, comida sin digerir, excremento o cualquier otra cosa que internamente, perteneciendo a uno mismo, es sólida, solidificada o adherida: todo esto se llama el elemento interno de la tierra. Ahora bien, ambos—el elemento interno de la tierra y el elemento externo de la tierra- se constituyen simplemente en el elemento de la tierra. Y éste debería ser visto tal como realmente es con la correcta sabiduría así: ‘esto no es mío, esto no soy yo, esto no es mi yo’. Cuando uno ve esto tal como realmente es con la correcta sabiduría, uno llega a estar desencantado con el elemento de la tierra y hace que su mente sea desapasionada hacia el elemento de la tierra. “Ahora bien, llega el tiempo, en el cual el elemento del agua se ve perturbado y entonces, el elemento externo de la tierra se desvanece. Siendo que hasta este elemento externo de la tierra—así de grande como es- se manifiesta como impermanente, sujeto a la destrucción, la desaparición y el cambio, ¿cuánto más este cuerpo, que está sujeto por la codicia y dura sólo un momento? Esto no puede ser considerado como ‘yo’, ‘mío’ o ‘yo soy’. “De esta manera, cuando los otros abusan, injurian, regañan o acosan al monje [quien entiende este elemento tal como realmente es], él tiene esta comprensión: ‘esta sensación dolorosa que surgió en mí ha nacido del contacto del oído. La misma es dependiente, no independiente. ¿Dependiente de qué? Dependiente del contacto. Entonces, ve que el contacto es impermanente, aquella sensación es impermanente, aquella percepción es impermanente, aquellas formaciones mentales son impermanentes y aquella conciencia es impermanente. Y su mente, habiendo hecho del elemento su apoyo objetivo, entra dentro de él y adquiere la confidencia, firmeza y resolución. “Ahora bien, si los otros atacan a aquel monje de manera indeseable, inesperada y desagradable, a través del contacto con los puños, zoquetes, palos o cuchillos, él tiene esta comprensión: ‘este cuerpo de esta naturaleza ha entrado en contacto y ha sido asaltado por los puños, zoquetes, palos o cuchillos. Pero esto ha sido dicho por el Bienaventurado en su «consejo con el símil de la sierra» : «Monjes, incluso si los bandidos cortasen todos vuestros miembros uno por uno salvajemente con una doble sierra, aquel, en cuya mente surgiera el odio hacia ellos, no sería portador de mi enseñanza.» Así de incansable es la energía que debería surgir en mí y así de incesante la atención consciente que debería ser establecida, para que mi cuerpo sea tranquilo y quieto, mi mente concentrada y unificada. Así que, que venga y me asalte el contacto con los puños, zoquetes, palos o cuchillos; es justamente así cómo la enseñanza del Buda ha de ser practicada.’ “Cuando aquel monje recuerda al Buda, el Dhamma y el Sangha, si la ecuanimidad apoyada en lo saludable no llega a establecerse en él, entonces [al menos] hace surgir el sentido de la urgencia de esta manera: ‘esta es una pérdida para mí, esta no es ganancia alguna para mí, este es un mal para mí, este no es un bien para mí, que cuando recuerdo así al Buda, el Dhamma y el Sangha, la ecuanimidad apoyada en lo saludable no llega a establecerse en mí’. Al igual que una hijastra que ve a su padrastro, hace surgir en ella el sentido de la urgencia , así también cuando aquel monje recuerda al Buda, el Dhamma y el Sangha, si la ecuanimidad apoyada en lo saludable no llega a establecerse en él, entonces [al menos] hace surgir el sentido de la urgencia. Pero, cuando aquel monje recuerda al Buda, el Dhamma y el Sangha y la ecuanimidad apoyada en lo saludable llega a establecerse en él, entonces está satisfecho con ella. Llegado a este punto, amigos, el monje puede hacer mucho más. “Y, ¿qué es, amigos, el elemento del agua? El elemento del agua puede ser tanto interno como externo. Y, ¿qué es el elemento interno del agua? Todo lo que internamente, perteneciendo a uno mismo, es líquido, aguado o adherido, es decir, bilis, flema, pus, sangre, sudor, grasa, lágrimas, linfa, saliva, moco, sinovia, orín o cualquier otra cosa que internamente, perteneciendo a uno mismo, es líquida, aguada o adherida: todo esto se llama el elemento interno del agua. Ahora bien, ambos—el elemento interno del agua y el elemento externo del agua- se constituyen simplemente en el elemento del agua. Y éste debería ser visto tal como realmente es con la correcta sabiduría así: ‘esto no es mío, esto no soy yo, esto no es mi yo’. Cuando uno ve esto tal como realmente es con la correcta sabiduría, uno llega a estar desencantado con el elemento del agua y hace que su mente sea desapasionada hacia el elemento del agua. “Ahora bien, llega el tiempo, en el cual el elemento del agua se ve perturbado. Entonces, arrastra consigo pueblos, aldeas, ciudades, distritos y países. Llega el tiempo, en el cual el elemento del agua del gran océano se hunde a cien leguas, a doscientas leguas, a trescientas leguas, a cuatrocientas leguas, a quinientas leguas a seiscientas leguas y a setecientas leguas. Llega el tiempo, en el cual el elemento del agua del gran océano se eleva a siete palmas de profundidad, a seis… a dos palmas de profundidad, a una sola palma de profundidad. Llega el tiempo, en el cual el elemento del agua del gran océano se eleva a siete brazas de profundidad, a seis… a dos brazas de profundidad, a una sola braza de profundidad. Llega el tiempo, en el cual el elemento del agua del gran océano se eleva a media braza de profundidad, a seis… a dos tallas de profundidad, sólo a una talla de profundidad, sólo a una rodilla de profundidad, sólo a un tobillo de profundidad. Llega el tiempo, en el cual el elemento del agua del gran océano no es suficiente ni siquiera para mojar un dedo. Siendo que hasta este elemento externo del agua—así de grande como es- se manifiesta como impermanente, sujeto a la destrucción, desaparición y el cambio, ¿cuánto más este cuerpo, que está sujeto por la codicia y dura sólo un momento? Esto no puede ser considerado como ‘yo’, ‘mío’ o ‘yo soy’. “De esta manera, cuando los otros abusan, injurian, regañan o acosan al monje [quien entiende este elemento tal como realmente es], él tiene esta comprensión: …(se repiten los versos del 8 a 10)… Llegado a este punto, amigos, el monje también puede hacer mucho más. “Y, ¿qué es, amigos, el elemento del fuego? El elemento del fuego puede ser tanto interno como externo. Y, ¿qué es el elemento interno del fuego? Todo lo que internamente, perteneciendo a uno mismo, es fuego, flameante o adherido, es decir, aquello por lo cual uno está caliente, envejecido y consumado, y aquello por lo cual, aquello que se come bebe y consume, aquello que se saborea, llega a estar completamente digerido, o cualquier otra cosa que internamente, perteneciendo a uno mismo, es fuego, flameante o adherida: todo esto se llama el elemento interno del fuego. Ahora bien, ambos—el elemento interno del fuego y el elemento externo del fuego- se constituyen simplemente en el elemento del fuego. Y éste debería ser visto tal como realmente es con la correcta sabiduría así: ‘esto no es mío, esto no soy yo, esto no es mi yo’. Cuando uno ve esto tal como realmente es con la correcta sabiduría, uno llega a estar desencantado con el elemento del fuego y hace que su mente sea desapasionada hacia el elemento del fuego. “Ahora bien, llega el tiempo, en el cual el elemento del fuego se ve perturbado. Entonces, quema a los pueblos, las aldeas, las ciudades, los distritos y los países. Se extingue por falta de combustible solamente cuando llega a los pastos verdes, al camino, a las rocas, al agua o al espacio libre. Llega el tiempo, en el cual se esfuerzan para hacer fuego incluso para los asuntos de cocina o de una mondadura cubierta. Siendo que hasta este elemento externo del fuego—así de grande como es- se manifiesta como impermanente, sujeto a la destrucción, desaparición y el cambio, ¿cuánto más este cuerpo, que está sujeto por la codicia y dura sólo un momento? Esto no puede ser considerado como ‘yo’, ‘mío’ o ‘yo soy’. “De esta manera, cuando los otros abusan, injurian, regañan o acosan al monje [quien entiende este elemento tal como realmente es], él tiene esta comprensión: …(se repiten los versos del 8 a 10)… Llegado a este punto, amigos, el monje también puede hacer mucho más. “Y, ¿qué es, amigos, el elemento del aire? El elemento del aire puede ser tanto interno como externo. Y, ¿qué es el elemento interno del aire? Todo lo que internamente, perteneciendo a uno mismo, es aire, aireado o adherido, es decir, los vientos que se elevan, los vientos que bajan, los vientos en el vientre, los vientos en los intestinos, los vientos que atraviesan a los miembros, la inhalación, la exhalación, o cualquier otra cosa que internamente, perteneciendo a uno mismo, es aire, aireado o adherida: todo esto se llama el elemento interno del aire. Ahora bien, ambos—el elemento interno del aire y el elemento externo del aire- se constituyen simplemente en el elemento del aire. Y éste debería ser visto tal como realmente es con la correcta sabiduría así: ‘esto no es mío, esto no soy yo, esto no es mi yo’. Cuando uno ve esto tal como realmente es con la correcta sabiduría, uno llega a estar desencantado con el elemento del aire y hace que su mente sea desapasionada hacia el elemento del aire. “Ahora bien, llega el tiempo, en el cual el elemento del aire se ve perturbado. Entonces, arrastra a los pueblos, las aldeas, las ciudades, los distritos y los países. Llega el tiempo, en el último mes de la temporada calurosa, en la cual están tratando de hacer el viento con el fin de abanicarse o berrear, cuando hasta las hebras de la paja en su borde no se agitan. Siendo que hasta este elemento externo del aire—así de grande como es- se manifiesta como impermanente, sujeto a la destrucción, desaparición y el cambio, ¿cuánto más este cuerpo, que está sujeto por la codicia y dura sólo un momento? Esto no puede ser considerado como ‘yo’, ‘mío’ o ‘yo soy’.
Colección de discursos agrupados numéricamente
7.66. Los siete soles
En una ocasión el Bienaventurado estaba morando en la Arboleda de Ambapali, cerca de Vesali. Estando allí, el Bienaventurado se dirigió a los monjes: “Monjes”. “Sí, Venerable Señor”, respondieron los monjes, y el Bienaventurado continuó: “Monjes, los fenómenos condicionados son transitorios; los fenómenos condicionados son inestables; los fenómenos condicionados son poco fiables. Esto es suficiente para llegar a estar desencantado con todos los fenómenos condicionados, suficiente para llegar a estar desapasionado hacia ellos, suficiente para estar liberado de ellos. “Monjes, Sineru, el rey de las montañas, tiene 84.000 yojanas de alto y 84.000 yojanas de ancho; está sumergido 84.000 yojanas en el gran océano y se eleva 84.000 yojanas por encima del gran océano. (=940.800 km) “He aquí, monjes, vendrá el tiempo, en el cual no caerá lluvia por muchos años, por cientos de años, por miles de años, por cientos de miles de años. Cuando la lluvia no cae, las semillas vitales y la vegetación, las plantas medicinales, el pasto y los gigantes árboles del bosque se marchitan, se secan y dejan de existir. Así de transitorios son los fenómenos condicionados; así de inestables y poco fiables. Esto es suficiente para llegar a estar desencantado con todos los fenómenos condicionados, suficiente para llegar a estar desapasionado hacia ellos, suficiente para estar liberado de ellos. “He aquí, monjes, vendrá el tiempo cuando, después de mucho tiempo, aparecerá el segundo sol. Con la aparición del segundo sol se secarán y se evaporarán los pequeños ríos y lagos, y dejarán de existir. Así de transitorios son los fenómenos condicionados… Esto es suficiente para estar liberado de ellos. “He aquí, monjes, vendrá el tiempo cuando, después de mucho tiempo, aparecerá el tercer sol. Con la aparición del tercer sol se secarán y se evaporarán los grandes ríos Ganges, Yamuna, Aciravati, Sarabhu y Mahi, y dejarán de existir. Así de transitorios son los fenómenos condicionados… Esto es suficiente para estar liberado de ellos. “He aquí, monjes, vendrá el tiempo cuando, después de mucho tiempo, aparecerá el cuarto sol. Con la aparición del cuarto sol se secarán y se evaporarán los grandes lagos a partir de los cuales se originan aquellos grandes ríos—Anotatta, Sihapapata, Rathakara, Kannamunda, Kunala, Chaddanta y Mandakini— y dejarán de existir. Así de transitorios son los fenómenos condicionados… Esto es suficiente para estar liberado de ellos. “He aquí, monjes, vendrá el tiempo cuando, después de mucho tiempo, aparecerá el quinto sol. Con la aparición del quinto sol, las aguas del gran océano bajarán mil yojanas, doscientas yojanas… trescientas yojanas… setecientas yojanas. El agua que queda en el gran océano alcanzará la altura de siete palmeras… altura de seis palmeras… cinco palmeras… cuatro palmeras… tres palmeras… dos palmeras… una sola palmera. El agua que queda en el gran océano tendrá siete brazas de profundidad… seis brazas de profundidad… cinco brazas de profundidad… cuatro brazas de profundidad… tres brazas de profundidad… dos brazas de profundidad… una sola braza de profundidad… media braza de profundidad… El agua que queda en el gran océano llegará hasta la cintura… hasta las rodillas… hasta los tobillos. Al igual que en el otoño, cuando las gruesas gotas de lluvia se vierten hacia abajo, las aguas están en las huellas del ganado aquí y allí, así también las aguas que quedan en el gran océano estarán aquí y allá en charcos del tamaño de la huella del ganado. Con la aparición del quinto sol, el agua que queda en el gran océano no será suficiente ni siquiera para cubrir las articulaciones de los dedos. Así de transitorios son los fenómenos condicionados… Esto es suficiente para estar liberado de ellos. “He aquí, monjes, vendrá el tiempo cuando, después de mucho tiempo, aparecerá el sexto sol. Con la aparición del sexto sol, esta gran tierra y Sineru, el rey de las montañas, van a humear, vaporizarse y arder en llamas. Al igual que, cuando se enciende el fuego del alfarero, el mismo humea, se vaporiza y arde en llamas, así también con la aparición del sexto sol, esta gran tierra y Sineru, el rey de las montañas, van a humear, vaporizarse y arder en llamas. Así de transitorios son los fenómenos condicionados… Esto es suficiente para estar liberado de ellos. “He aquí, monjes, vendrá el tiempo cuando, después de mucho tiempo, aparecerá el séptimo sol. Con la aparición del séptimo sol, esta gran tierra y Sineru, el rey de las montañas, van a estallar en llamas, se incendiarán intensamente, hasta llegar a ser una gran masa de fuego. Al arder y quemarse, esta gran tierra y Sineru, el fuego, levantado por el viento, subirá hasta el mundo de Brahma. Al arder y quemarse, al someterse a la destrucción y siendo superados por la gran masa de calor, los picos de las montañas de la altura de cien yojanas se desintegrarán. Picos de las montañas de la altura de doscientas yojanas… trescientas yojanas… cuatrocientas yojanas… quinientas yojanas se desintegrarán. “Cuando esta gran tierra y Sineru, el rey de las montañas, ardan y se quemen, no se verá hollín ni cenizas. Al igual que cuando arde y se quema la mantequilla o el aceite, no se ven hollín ni cenizas, así tampoco se verán hollín ni cenizas cuando se quemen y ardan esta gran tierra y Sineru, el rey de las montañas. Así de transitorios son los fenómenos condicionados; así de inestables y poco fiables. Esto es suficiente para llegar a estar desencantado con todos los fenómenos condicionados, suficiente para llegar a estar desapasionado hacia ellos, suficiente para estar liberado de ellos. “Monjes, ¿quiénes, excepto aquellos que han visto la verdad, pensarían o creerían esto: ‘Esta gran tierra y Sineru, el rey de las montañas, se van a quemar, destruir y no existirán más’? “He aquí, monjes, en el pasado remoto, vivía un maestro de nombre Sunetta, el fundador de una doctrina espiritual sin codicia por los placeres sensuales. El maestro Sunetta tenía cientos de discípulos, a los cuales enseñaba el Dhamma por la compañía con el mundo de Brahma. Cuando estaba enseñando, aquellos que entendieron su enseñanza por completo, con el quebrantamiento del cuerpo, después de la muerte, renacieron en el buen destino, en el mundo de Brahma. Pero los que no entendieron su enseñanza por completo, con el quebrantamiento del cuerpo, después de la muerte, algunos renacieron en compañía de los devas que controlan lo que ha sido creado por otros, otros en compañía de los devas que se deleitan en la creación, otros en compañía de los devas de Tusita, otros en compañía de los devas de Yama, otros en compañía de los devas de Tavatimsa y otros en compañía de los devas de los Cuatro Grandes Reyes. Algunos renacieron en compañía de los influentes khattiyas, otros en compañía de los influentes brahmanes y otros en compañía de los influentes hombres hogareños. “Entonces, monjes, esto se le ocurrió al maestro Sunetta: ‘No es conveniente que tuviera exactamente el mismo destino que mis discípulos. Voy a desarrollar más el amor benevolente’. Entonces, por siete años, el maestro Sunetta desarrolló el amor benevolente. En consecuencia, en espacio de siete eones de la disolución y evolución del mundo no regresó a este mundo. Y cuando el mundo fue disuelto pasó al [reino] de la corriente de resplandor. Cuando el mundo evolucionó, renació en las mansiones vacías del Brahma. Allí, llegó a ser Brahma, el Gran Brahma, el vencedor, el invicto, el visionario universal, el portador de la maestría. Llegó a ser Sakka, el gobernador de los devas, treinta y tres veces. Muchas veces llegó a ser el Monarca que pone en movimiento la rueda, el recto rey que gobierna mediante el Dhamma, el conquistador, cuya reinado se extiende a los cuatro puntos cardinales, que logra la estabilidad en su país, que posee las siete gemas. Tuvo mil hijos que fueron héroes, vigorosos, capaces de aplastar a los ejércitos de sus enemigos. Reinó, después de haber conquistado la tierra hasta sus límites con el océano, y no a través de la fuerza y las armas, sino mediante el Dhamma. “Monjes, por más que tuvo semejantemente grande espacio vital y continuó por tiempo igualmente largo, el maestro Sunetta todavía no estaba libre del nacimiento, de la vejez, la muerte, el dolor, lamento, pena, desaliento ni angustia. Aún no estaba libre de la insatisfacción, afirmo yo. Y, ¿por qué así? Porque no entendió aún la penetración de cuatro cosas. Y, ¿cuáles son estas cuatro? La noble conducta virtuosa, la noble concentración, la noble sabiduría y la noble liberación. “La noble conducta virtuosa, monjes, ha de ser comprendida y penetrada. La noble concentración ha de ser comprendida y penetrada. La noble sabiduría ha de ser comprendida y penetrada. La noble liberación ha de ser comprendida y penetrada. El anhelo por la existencia ha de ser apartado; el conducto a la existencia ha de ser destruido; entonces, no habrá más existencias renovadas”. Esto es lo que dijo el Bienaventurado. Habiendo dicho esto, el Sublime, el Maestro agregó: “Conducta virtuosa, concentración, sabiduría E insuperable liberación: Estas cosas el ilustre Gotama Entendió por sí mismo. “Habiendo conocido estas cosas, El Buda enseñó el Dhamma a sus monjes. El Maestro, el que pone fin a la insatisfacción, El que tiene la visión, alcanzó el Nibbana”.
Anguttara Nikaya
El Libro de los Ochos
19. Pahārāda
En una ocasión, el Bienaventurado estaba morando en Verañjā al pie del árbol de neem de Naḷeru. Entonces Pahārāda, príncipe de los asuras, se acercó al Bienaventurado, le rindió homenaje, y se puso a un lado. El Bendito le dijo entonces: «Pahārāda, los asuras se deleitan en el gran océano?» «Bhante, los asuras se deleitan en el gran océano.» «Pero, Pahārāda, el número de las cualidades extraordinarias y sorprendentes hacen los asuras ver en el gran océano, debido a que se deleitan en ella?» «Los asuras ver ocho cualidades extraordinarias y sorprendentes en el gran océano, debido a que se deleitan en ella. Qué ocho? (8) «Una vez más, el gran océano es la morada de grandes seres como timis, timiṅgalas, timirapiṅgalas, asuras, nagas, y gandhabbas. Hay en los grandes seres del océano con cuerpos de cien yojanas de largo, doscientos, trescientos, cuatrocientos y quinientos ioyanas larga. Este es el octavo calidad asombrosa y sorprendente que los asuras ver en el gran océano, debido a que se deleitan en ella.
Definiciones para yojana
Diccionario Conciso Pāli
Yojana (neutro): yugo; solicitud; una medida de longitud, que está alrededor, 7 millas.
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