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La Tortuga Tuerta

Foto del escritor: Tomás Morales y DuránTomás Morales y Durán

Copyright © 2022 Tomás Morales y Duran. Todos los Derechos Reservados

¿Qué es lo que nace y muere?

¿Qué haces aquí? ¿Te acuerdas como llegaste?

Quizás no lo recuerdes, pero hace tiempo tuviste mucha, pero que mucha suerte…

Supón que una persona tira un yugo con un solo agujero al océano. El viento del este lo lleva al oeste, el viento del oeste lo lleva al este, el viento del norte lo lleva al sur, y el viento del sur la lleva al norte. Y supón también que hay una gran tortuga tuerta que aparece una vez cada cien años.

A ver, ¿qué te parece? ¿qué probabilidad hay de que esa tortuga tuerta meta el cuello por el agujero de ese yugo?

Me dirás que solo después de mucho tiempo, si es que lo llega a hacer alguna vez.

Pues bien, fue más fácil que esa tortuga tuerta metiera el cuello por el agujero de ese yugo que tu renacieras como humano.

Para que fueras concebido todas estas cosas tuvieron que darse en el mismo momento: que tu madre y tu padre se juntaran, que tu madre estuviera en la parte fértil de su ciclo menstrual, estando sana y dispuesta, igual que tu padre y que tú estuvieras ahí presente.

Si hubieras llegado tarde, porque aún no habías muerto, o demasiado pronto, o cuando llegaste tus padres no estaban con ganas de hacer nada o simplemente ni se conocían, no hubieras nacido humano. Date una vuelta por el astral y mira la cantidad de espíritus hambrientos que se quedaron ahí.

¿Y si tus padres hubieran sido moscas y te hubieran depositado dentro de un huevo en el interior de un cubo de basura hedionda? ¿Y si tu destino hubiera sido peor y hubieras renacido en uno de los infiernos, que es más fácil que fallar en el primer intento de ganar el gordo la lotería?

Esa pulsión tuya por adquirir de nuevo unas qualia te está llevando de un lado para otro, de vida en vida. Y es que, empeñado en existir, no te queda otra que vivir. Vivir donde sea, cuando sea.

Y ahora me contestas que eso no puede ser, que como te pudo pasar si no te acuerdas de nada de eso. A ver, si no te acuerdas ni siquiera de cuando ya eras un feto ¿cómo te vas a acordar de antes de serlo? Desde que empezaste a vivir, recuerda, una de las propiedades que adquieres es la memoria. Es decir, no puedes echar mano de una memoria que no existía cuando tú ni siquiera habías sido concebido.

Si realmente quieres acordarte de todo esto, y de paso de tus vidas anteriores, debes someterte a una anoxia cerebral sin neuroprotección. Lograrás estar muerto del todo y así no sufrirás la interferencia de tu memoria. Y si quieres hacerlo sin morirte para siempre, hazlo entrando en la cuarta jhāna.

 
 
 

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