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Cuando dicen que la práctica de la enseñanza del Buddha comienza con la toma de refugio, esto suscita seguidamente una pregunta: «¿Para qué quiero un refugio?». Y la respuesta no contesta esa pregunta. Es más, tampoco el planteamiento es el correcto.
Es cierto que en los textos cada vez que alguien era convencido por el Buddha acababa diciendo algo como esto:
Me refugio en el Buddha, en la Enseñanza y en el Saṅgha de los bhikkhus. A partir de este día, que el Buddha me recuerde como un seguidor laico que se ha refugiado de por vida.
Es más, en el MN 56, un seguidor jainista, el cabeza de familia Upāli de Nāḷandā se refugia hasta tres veces, mientras compara al Buddha, a su Enseñanza y a su Sangha con sus homólogos corrompidos jainistas.
Esta fórmula la emplean indistintamente reyes, príncipes, guerreros, jefes de aldea, jefes guerreros de elefantes o soldados de caballería… pero ¿por qué?
La respuesta es que la toma de refugio encuentra claros antecedentes en la religión brahmánica. Ejemplo de ello, nos lo proporciona el mismo Rig Veda, un texto diez siglos anterior al propio Buddha:
Himno LI. Indra.
14 El refugio del buen hombre en su necesidad es Indra, firme como un dintel, alabado entre los Pajras.
Solo Indra es el Señor de la riqueza, el Dador, amante de las riquezas, los carros, las vacas y los caballos.
Himno LVIII. Agni.
8 Concédenos, Hijo de la Fuerza, tú rico en amigos, un refugio sin defecto este día para nosotros tus alabadores.
Oh Agni, Hijo de la Fuerza, con fortalezas de hierro presérvate de la angustia al hombre que te alaba.
Himno III. Apris.
8 ¡Tres Diosas, con poder inherente, sentadas, protegen esta Santa Hierba, nuestro refugio perfecto!
Himno XLVI. Indra.
9 Oh Indra, concede un hogar feliz, un triple refugio triplemente fuerte.
Himno LI. Visvedevas.
11 Que ellos, Tierra, Aditi, Indra, Bhaga, Pusan aumenten nuestra alabanza, aumenten el pueblo quíntuple.
Dando buena ayuda, buen refugio, buena guía, sean ellos nuestros buenos libertadores, buenos protectores.
Himno XXXIV. Visvedevas.
22 Que aquellos que prodigan regalos otorguen esos tesoros: que Rodasi y Varunani escuchen.
Que él, con los Varutris, sea nuestro refugio, que el generoso Tvastar nos dé una reserva de riquezas. Guárdalos, Dios victorioso, de la calumnia y del daño. Danos un refugio famoso lejos.
25 Que Indra, Varuna, Mitra y Agni, Aguas, Hierbas, Árboles acepten las alabanzas que ofrecemos.
Que encontremos refugio en el seno del Marut. Protégenos siempre, Dioses, con bendiciones.
Himno CI. Parjanya.
2 Dador del crecimiento de las plantas, el Dios que gobierna sobre las aguas y todas las criaturas que se mueven, concédenos un triple refugio para nuestro refugio, y una triple luz para socorrernos y ser nuestro amigo.
Himno XXVII. Visvedevas.
9 Vosotros, Dioses inocentes, concédenos un refugio fuerte por todos lados, o protección segura, Vasus, inexpugnable de cerca o de lejos.
Himno XCVII. Soma Pavamana
47 Él, purificado con antiguo vigor vital, impregnando todas las formas y figuras de su Hija, Encontrando su triple refugio en las aguas, va cantando, como un sacerdote, a las asambleas.
Himno LXVI. Visvedevas.
5 Con Santos Pensamientos Sarasvan, el firme Varuna, el gran Vayu, Pusan, Visnu y los Asvins Twain, señores de toda riqueza, inmortales, promotores de la oración, concédannos un refugio de triple protección contra la angustia.
Es decir, la toma del refugio es una fórmula consuetudinaria en esa época y significa lo que significa, que un individuo le expresa al Buddha que desea que lo acepte como discípulo.
Ahora veremos qué sentido tiene.
SN 45.3: SĀRIPUTTA
En Sāvatthī. Entonces Sāriputta se acercó al Buddha, se inclinó, se sentó a un lado y le dijo:
—Maestro, los buenos amigos, compañeros y asociados, son la totalidad de la Disciplina.
—¡Bien, bien, Sāriputta! Los buenos amigos, compañeros y asociados, son la totalidad de la Disciplina. Un bhikkhu con buenos amigos, compañeros y asociados puede esperar desarrollar y cultivar el noble óctuple camino.
—¿Y cómo un bhikkhu con buenos amigos desarrolla y cultiva el noble óctuple camino?
—Es cuando un bhikkhu desarrolla la creencia correcta, la disposición correcta, el discurso correcto, la acción correcta, la conducta correcta, el esfuerzo correcto, la práctica correcta y la concentración correcta que se basan en el recogimiento, en el desapasionamiento y la cesación, y maduran en el abandono. Así se desarrolla y cultiva un bhikkhu con buenos amigos el noble óctuple camino.
Y aquí hay otra forma de entender cómo los buenos amigos son toda la vida espiritual. Porque, al confiar en mí como un buen amigo, los seres que están sujetos al renacimiento, a la vejez y la muerte, al sufrimiento, a la lamentación, al dolor, a la tristeza y a la angustia se liberan de todas estas cosas. Esta es otra forma de entender cómo los buenos amigos son toda la vida espiritual.
Aquí vemos como teniendo buenos amigos se puede esperar el desarrollo y el cultivo del noble óctuple camino. Y esos buenos amigos son el Sangha del Buddha que le incluye a él mismo. Tomar refugio en el Buddha, en el Dhamma y en el Sangha es entrar en el círculo de amigos del Buddha, que constituye la totalidad de la Disciplina.
Ahora lo que sigue es ¿tiene sentido hoy día tomar refugio en el Buddha, en el Dhamma y en el Sangha? O en otras palabras… ¿alguien puede hacerse amigo y entrar en el grupo de amigos del Buddha?
Pues no. Y aunque la respuesta es obvia, vamos a analizarla.
El Buddha se extinguió, que para eso es un buddha. Los buddhas después de morir no renacen, no están en ningún cielo con devas, no regresan. Los buddhas se extinguen, que es el propósito de la iluminación. Nadie, lógicamente, puede hacerse amigo o ser discípulo de alguien extinto. Planteamientos de mantener a un «amigo invisible», al estilo de «diosito» o de «Jesús» que te acompaña es puro infantilismo.
La remembranza de la figura imaginaria de un Buddha a la que tomar refugio no pasa de ser una ideación devota, pero nada práctica en términos de enseñanza, porque esa figura imaginaria, y ya no digamos como ídolo, no tiene la capacidad de ayudar en la iluminación de nadie. La madera, el granito o el jade no sirven de maestros y la imaginación calenturienta, tampoco.
Respecto a un Sangha noble, encabezado por el Buddha, si no hay Buddha, tampoco tiene sentido refugiarse ahí. Pero además, se refiere al Sangha noble.
SN 55.1: UN MONARCA UNIVERSAL
«El Saṅgha de los discípulos del Buddha está practicando de la manera correcta, directa, metódica y apropiada. Consiste en los cuatro pares, los ocho individuos. Este es el Saṅgha de los discípulos del Buddha que es digno de ofrendas dedicadas a los devas, digno de hospitalidad, digno de limosnas, digno de saludar con las palmas unidas, y es el campo de mérito supremo para el mundo».
Los cuatro pares, los ocho individuos, son todos aquellos que han logrado alguno de los cuatro niveles de iluminación: sotapanna, sakadagami, anagami o arahant, en dos niveles cada uno: cuando lo obtienen y cuando se dan cuenta.
Y ¿cuánta gente conoces tú que esté iluminada?
Eso lo puedes saber si se lo preguntas a un Buddha, con lo que nos remitimos a lo anterior.
Por último, respecto a la Enseñanza, el Buddha nos dice esto:
AN 2.47 DOS ASAMBLEAS
—¿Y qué es una asamblea educada en el discurso elegante y no en el cuestionamiento?
—Es una asamblea donde, cuando se recitan los discursos pronunciados por el Tathāgata, profundos, eminentes, trascendentes, que tratan del vacío, los bhikkhus no quieren escuchar. No prestan atención ni aplican su mente para entenderlos, ni creen que valga la pena aprender y memorizar esas enseñanzas. Pero cuando se recitan discursos compuestos por poetas, poesía, con palabras y frases elegantes, compuestas por forasteros o habladas por discípulos, los bhikkhus quieren escuchar. Prestan atención y aplican su mente para comprenderlas, y creen que vale la pena aprender y memorizar esas enseñanzas. Pero cuando han aprendido esas enseñanzas, no se cuestionan ni se examinan entre sí, diciendo: «¿Por qué dice esto? ¿Qué significa eso?». De modo que no aclaran lo que no está claro, ni revelan lo que no está claro, ni disipan las dudas sobre los muchos asuntos dudosos. A esto se le llama una asamblea educada en el discurso elegante y no en el cuestionamiento.
Esas enseñanzas compuestas por poetas, poesía, con palabras y frases elegantes, compuestas por forasteros o habladas por discípulos, es lo que la gente quiere escuchar, pero cuando oyen la palabra del Buddha, se tapan los oídos y gritan para no oírla. Esas son las enseñanzas en las que la gente toma refugio.
Al final, la toma del refugio hoy día no es más que una ceremonia de origen hinduista que abre la puerta a ser miembro de una secta que tiene tres pilares sostenidos: la adoración al templo, las escrituras y la tradición maestro-discípulo. Alrededor de estas disciplinas espirituales giran la oración, la meditación y adoración ritual en el hogar y el monasterio, estudio de las Escrituras, recitación de mantras, peregrinación a lugares sagrados, austeridad, servicio desinteresado, generosas donaciones, buena conducta y las diversas prácticas.
Justamente la definición de hinduismo. Un hinduismo mestizo y bastardo que se niega a sí mismo. No le llames buddhismo, porque no lo es y nunca lo fue.
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