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Foto del escritorTomás Morales y Durán

La sorprendente ética del Buddha. Lo malo.

“Hacer el bien, evitar el mal, purificar la mente, ésa es la enseñanza de los Buddhas…” (Dhammapada).

Anguttara Nikaya. Colección de discursos agrupados numéricamente

10.178–188. Lo malo

“Monjes, voy a enseñaros lo que es bueno y lo que es malo. Escuchad y prestad atención que voy a hablar”. “Sí, Venerable Señor”, respondieron aquellos monjes y el Bienaventurado continuó: “Y, ¿qué es lo malo, monjes? La destrucción de la vida, tomar lo que a uno no le ha sido dado, la inapropiada conducta sexual, la mentira, la forma de hablar que causa divisiones, la áspera forma de hablar, las charlas frívolas, el anhelo, la animadversión y el incorrecto punto de vista. Esto se llama lo malo. “Y, ¿qué es lo bueno, monjes? La abstención de la destrucción de la vida, la abstención de tomar lo que a uno no le ha sido dado, la abstención de la inapropiada conducta sexual, la abstención de la mentira, la abstención de la forma de hablar que cause divisiones, la abstención de la áspera forma de hablar, la abstención de charlas frívolas, el no-anhelo, la benevolencia y el recto punto de vista. Esto se llama lo bueno”. Para el Buddha lo malo son acciones con el cuerpo: La destrucción de la vida, tomar lo que a uno no le ha sido dado, la inapropiada conducta sexual. Habla de la destrucción de la vida. No sólo de seres sintientes. La vida son procesos al igual como nosotros somos procesos, todos, atrapados en el el mismo Samsara. Todos los procesos son dinámicos y tienden a su equilibrio y al equilibrio de los demás. Destruir la vida, tomar lo que no ha sido dado y la inapropiada conducta sexual son hechos que violentan ese equilibrio y crean condiciones de desequilibrio tanto en los otros como en el entorno. Hacen muy pesado el kamma propio al aumentar las condiciones que le afectan. Quien piense que talar un árbol no tiene consecuencias, es un necio. El Planeta está entrando en una vorágine de degradación no solo por la muerte masiva de animales sino, sobre todo, por las talas incontroladas de los bosques. Y un árbol no es un ser sintiente. El Buddha no hace distinción al hablar de destruir una vida. Destruir la vida de un árbol genera mucha más condicionalidad y desequilibrio que destruir la de un insecto. Quien distinga entre clases de vidas no se atiene al sutta. Comer cadáveres solo condiciona la forma de descomposición del mismo, no de toda una vida que se trunca. El kamma pesado derivado de quitar la vida, recae en quienes la condicionan: el que lo encarga, el ganadero, el tratante, el transportista y el matarife. Si se corta esa cadena el animal no muere. Si uno solo se inhibe, el animal no muere. Pero una vez muerto el animal comer su carne no le devuelve la vida. Enterrar su carne o echarla al vertedero no le hace resucitar. No se puede condicionar el pasado. Quitar la vida a los vegetales está en el ámbito de lo malo. Y el kamma ya lo estamos sufriendo. Y es un kamma muy pesado. Esta instrucción es la base de una vida sostenible en el Planeta, es la precursora del ecologismo bien entendido. No provocar condicionalidades que nos afecten negativamente es la base de toda ética correcta. La vida en la Tierra lleva más de cuatro mil millones de años y todas y cada una de las especies han colaborado en hacer un entorno propicio para el hombre. Un delicado equilibrio del que somos el fruto. Es una necedad alterarlo. Comer una fruta no afecta al árbol. Cortar el árbol afecta a todo su entorno presente y futuro, Lo malo también son las acciones con el habla: la mentira, la forma de hablar que causa divisiones, la áspera forma de hablar, las charlas frívolas, todas ellas causan animadversión en los otros y crean condiciones que terminarán perjudicándonos. El habla está en la misma raíz de la esencia de la condicionalidad. El habla condiciona. El mal habla condiciona negativamente. La condición es información y el habla comparte su naturaleza informativa. Por último, también incluye acciones con el pensamiento, que condicionan la conducta: el anhelo, la animadversión y el incorrecto punto de vista. Los tres se basan en la ignorancia. El último más puramente que los demás, pero todos se basan en la ignorancia. La ignorancia es la que genera a fin de cuentas todas las condiciones, y esa ignorancia no es una ignorancia “activa”, es también “pasiva”.  En ningún momento se subordina “lo malo” a “la volición”. El anhelo no es volitivo, es reactivo, la animadversión es también reactiva, no volitiva, el incorrecto punto de vista no es volitivo en absoluto: el incorrecto punto de vista se cree correcto punto de vista. Si consideramos los seis malos actos, los que tienen el kamma más pesado, cuatro son una combinación de ignorancia y de destrucción de una vida: matar al padre, matar a la madre, matar a un arahant y herir con sangre al mismo Buddha, las otras dos, son ignorancia en estado puro: hacer un cisma en el Sangha y elegir un maestro que no sea el mismo Buddha. Todos ellos basados en el incorrecto punto de vista. Actuar con ignorancia, bien sea por inconsciencia, bien sea por negligencia, puede desencadenar condiciones que perfectamente nos puedan perjudicar. Es lo mismo que tocar botones sin saber, o hacerlo sabiendo que lo estamos haciendo mal. Lo normal es que no suceda nada bueno a consecuencia de esto, en el primer caso es posible, en el segundo, es seguro..

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