top of page
Foto del escritorTomás Morales y Durán

La Mentira de la Democracia

Si quieres eliminar los regalos, todo lo que debes hacer es denominar “regalar” a vender, y “regalo” a lo que se vende. Si la gente se pasa la vida regalándose cosas a nadie se le ocurrirá no pagar por un regalo.

Recordemos la frase de Wittgenstein: “el límite de mi mundo es el límite de mi lenguaje”. Si en ese mundo reescribes una palabra dándole un significado diferente, logras que desaparezca su significado original.

En algún momento de los últimos dos siglos robaron la palabra “Democracia” para que nadie la pudiera reivindicar y lo hicieron aplicando esta palabra al concepto antagónico: el gobierno representativo y, por supuesto, se pusieron de acuerdo en un consenso global de enaltecer la “democracia” como forma “ideal” de gobierno de los pueblos y se homologó a “civilización”.

En esencia solo hay dos formas de gobierno:

  1. En la que no existe representación del pueblo, por lo que éste no cede su soberanía y por tanto nadie ostenta su poder.

  2. En la que existe algún tipo de representación, esto es, un subconjunto del pueblo detenta su representación y actúa en su nombre.

La primera forma es la Democracia, término que proviene del griego antiguo δημοκρατία y fue acuñado en Atenas en el siglo V a.EC. a partir de los vocablos δῆμος («demos», que puede traducirse como «pueblo») y κράτος (krátos, que puede traducirse como «poder» o «gobierno»), es decir, el poder lo tiene el pueblo.

La segunda forma realmente abarca todas las demás formas de gobierno, donde el poder no lo tiene el pueblo: desde la monarquía absolutista, la tiranía africana o la dictadura totalitaria hasta diversos sistemas de representación participativa. En estos casos una persona o varias se arrogan el derecho a representar a todo el pueblo y ejercen el poder.

Las subdivisiones del gobierno representativo se pueden hacer en base a la forma de lograr la representación si es en base a algún tipo de elección o no. Y si es uno o un grupo los representantes. De esta forma:

  1. Uno, sin elección: monarquía, emirato, sultanato, califato, tiranía o dictadura militar o civil, fascismo, nacionalsocialismo.

  2. Uno, con elección: presidencialismo.

  3. Varios sin elección: Oligarquía. Ejemplos son los sistemas de gobierno colegiado de partido único como los regímenes comunistas del siglo XX.

  4. Varios con elección: aquí entran las repúblicas parlamentarias.

El grupo d) podemos subdividirlo aún más considerando la diferencia entre aquellos en los que no hay limitación legal de acceso al voto pasivo, y en los que sí la tienen. Un ejemplo de sistema de representación de varios representantes con elección, pero con limitación legal de voto pasivo es la llamada “democracia orgánica” del franquismo en la España del siglo pasado, y si es sin tal limitación los que se denomina “democracia inorgánica” o “república de gobiernos representativos” como se denominan las que hoy se autocalifican erróneamente como “democracias”.

El voto como forma de elegir representantes es la herramienta antidemocrática por excelencia debido a que le roba al pueblo su soberanía para dársela a otros. En un sistema democrático donde no se presta la soberanía no existen representantes por lo que no tiene sentido el concepto de “elección” y por tanto de “voto”.

En resumen, cuando oigas la elección democrática o el voto democrático o el gobierno democrático electo te están mintiendo.

Como vemos hay poca diferencia entre los sistemas representativos, simplemente el pueblo cede el poder a alguien que hace con él lo que le parece. Que se pueda revocar, que se pueda cambiar por otro igual, no cambia en absoluto la esencia de la representatividad.

En una democracia los cargos son individuos designados mediante sorteo para ejecutar lo que el pueblo reunido en asamblea decide. Y se llaman cargos porque es una carga. Solo pueden hacer lo que se les encarga, de otra forma se les mata.

En una república de gobierno representativo se eligen representantes, o se arrogan con la representación, y éstos durante el periodo de mandato “interpretan” la voluntad popular, o sea, hacen lo que les da la gana. Si después de su mandato el pueblo no está conforme en lugar de matarlos les suele premiar concediéndoles pensiones vitalicias.

En resumen, si el poder es tuyo y no lo cedes, estás en una democracia. Si lo cedes, por las buenas o por las malas, es representación; vamos, como estás ahora.

9 visualizaciones0 comentarios

Entradas Recientes

Ver todo

Comments


bottom of page