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La Irritante Superioridad Femenina (II)

Foto del escritor: Tomás Morales y DuránTomás Morales y Durán

En entradas anteriores vimos las diferencias morfológicas y funcionales del cerebro femenino. La superioridad de este sobre el masculino para el logro del Arahantado es más que evidente. Las dos características que desarrollar para ello son la tranquilidad y la intuición. Son fundamentales y necesarias para el logro, como veremos en el AN 4.170 donde Ananda, acompañante del Buddha relata que absolutamente todos los arahants que delante de él, o sea, en presencia del Buddha lo han declarado lo han hecho usando tranquilidad e intuición. Y aquí es donde entra el cerebro femenino, un cerebro diseñado para la intuición. En el cerebro de las mujeres se dan más conexiones entre el hemisferio derecho e izquierdo, mientras que en el de los varones hay una mayor conectividad entre las zonas anterior y posterior. ¿Y en qué influye esta diferencia? Como el hemisferio derecho se encarga de la intuición y el izquierdo de la actividad racional, la conexión entre ambos facilita el pensamiento analítico e intuitivo de las mujeres. Por otra parte, la zona anterior y la posterior controlan los músculos y la vista, respectivamente, lo que se traduce en una mayor coordinación entre vista y movimientos en los hombres. Estudios de metabolismo cerebral han arrojado que los cerebros de las mujeres presentan mayor metabolismo en el hemisferio izquierdo del sistema límbico: regiones fronto-orbitaria, cíngulo posterior y corpus callosum posterior. Lo que comúnmente se denomina “intuición femenina”, se debe a la activación de estas áreas que agudizan la percepción del detalle sobre las emociones y sofistican la producción de una respuesta simbólica ante tales emociones. Sin embargo, los hombres alcanzan mayor tasa de metabolismo en el hipocampo y en la amígdala, así como en el cerebelo, esto explicaría las facilidades en actividades motoras, la mejor organización de mapas mentales, y la producción de respuestas instrumentales a las emociones, como es la agresividad. Mientras que la mujer elabora respuestas simbólicas, el cerebro masculino tiende a dar respuestas motoras. Aunque los hombres cuentan con cuatro billones de células cerebrales, más que la mujer, en general, las mujeres obtienen una puntuación un 3% más elevada en los test de inteligencia que los hombres. La tartamudez es un defecto del habla casi exclusivo de los hombres, y por cada niña que acude a clases de refuerzo de lectura hay entre tres y cuatro niños. El estrógeno impulsa a las células nerviosas a establecer más conexiones entre los dos hemisferios cerebrales. Por lo tanto, una mujer tiene un cuerpo calloso (haz de neuronas que conecta los dos hemisferios cerebrales) un 30% más grueso que los hombres. Esta capacidad contribuye a que las mujeres puedan realizar varias tareas a la vez. En cambio, el cerebro del hombre está configurado para realizar una tarea a la vez. La desventaja es que al 50% de las mujeres se les dificulta identificar inmediatamente la derecha de la izquierda. Un cerebro preparado para la intuición es lo adecuado para el logro del arahantado, y tener que detenerse a pensar dónde está la derecha no es obstáculo para nada. Así resulta siempre mucho más gratificante enseñar a mujeres que a hombres. Este es un hecho que el Buddha mismo entendió y experimentó. Mahapajapati, por ejemplo, logró el arahantado con muy pocas instrucciones, y al Buddha le encantaba su presencia. Aṅguttara Nikāya 4. Libro de los Cuatro 170. En Tándem En una ocasión el venerable Ananda estaba en Kosambi, en el monasterio de Ghosita. Allí se dirigió a los monjes, «¡Amigos!» -Sí, amigo -respondieron los monjes. El venerable Ananda dijo: «Amigos, cualquiera que sea monje o monja, declara el logro de arahantado en mi presencia, todos lo hacen por medio de uno u otro de cuatro caminos. ¿Cuáles cuatro? «Es el caso en que un monje ha desarrollado intuición precedida por la tranquilidad. A medida que desarrolla la intuición precedida por la tranquilidad, el camino nace. Sigue ese camino, desarrollándolo y continuando por él. Mientras sigue el camino, desarrollándolo y continuando por él, sus cadenas son abandonadas, sus obsesiones destruidas. «Entonces está el caso donde un monje ha desarrollado la tranquilidad precedida por la intuición. A medida que desarrolla la tranquilidad precedida por la intuición, el camino nace. Sigue ese camino, desarrollándolo y continuando por él. Mientras sigue el camino, desarrollándolo y continuando por él, sus cadenas son abandonadas, sus obsesiones destruidas. «Entonces está el caso donde un monje ha desarrollado la tranquilidad en tándem con la intuición. A medida que desarrolla la tranquilidad en tándem con la intuición, el camino nace. Sigue ese camino, desarrollándolo y continuando por él. Mientras sigue el camino, desarrollándolo y continuando por él, sus cadenas son abandonadas, sus obsesiones destruidas. «Entonces está el caso donde la mente de un monje mantiene bien bajo control su inquietud con respecto al Dhamma. Llega un momento en que su mente se vuelve firme interiormente y llega a hacerse unificada y concentrada. En él nace el sendero. Sigue ese camino, lo desarrolla, lo persigue. Mientras sigue el camino, desarrollándolo y continuando por él, sus cadenas son abandonadas, sus obsesiones destruidas. «Quienquiera que sea monje o monja que declare el logro del arahant en mi presencia, todos lo hacen por medio de uno u otro de estos cuatro caminos».

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