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Foto del escritorTomás Morales y Durán

La Estructura de la Realidad (IX)

A veces, el objeto más simple es el que nos sirve para entender la totalidad.

Para entender la realidad, es fundamental comprender el mecanismo por el cual funcionan las condiciones. Y antes que eso en básico entender el tiempo como efecto subjetivo de la condicionalidad.

Desde nuestro punto de vista privilegiado de observadores del universo, vemos como el tiempo transcurre de forma regular, sin sobresaltos. Miremos a donde miremos, ese tiempo es el mismo. Nuestro reloj va siempre en hora y, desde nuestro punto de vista, el tiempo es fijo, estable e incluso nos puede parecer real. Es más, una parte de la Física lo usa como dimensión inamovible.

Pero lo que vemos no es el ahora de lo que vemos. Vemos el pasado de lo que se aleja y el futuro de lo que se acerca. Nuestro reloj sigue homogéneamente marcando los segundos, pero lo que vemos, miremos a donde miremos son relojes que están descabalados.

Si nos ponemos en otro punto del Universo pasará lo mismo. Yo miro a tu pasado, y tú al mío, aunque estemos a milímetros de distancia.

El tiempo es solo mi tiempo porque soy un observador. Si no hubiera espectadores no habría tiempo.

El pasado, el presente y el futuro están disponibles para diferentes observadores, a los que no podemos tener acceso. Todo el tiempo está ahí, pero solo vemos un fotograma de la película.

Intuitivamente nos parece que “el tiempo transcurre”, lo que no es cierto. Somos nosotros los que cambiamos de punto de observación. Lo mismo que cuando miramos por la ventanilla de un tren. Nos sorprende lo rápido que corren los árboles. Y las casas… Pero ni los árboles ni las casas se mueven.

Así sucede con la realidad.

Todo está ahí fuera. Todo. Y todo es estático.

Y aquí retomo el símil de la película cinematográfica. En la película está todo, el planteamiento, el nudo y el desenlace. Todo. Y cuando nos ponemos a verla no sucedió el principio al principio, ni el nudo se va haciendo y acabará en un final. No. La película te la venden entera, y tú solo lo que haces es recorrerla secuencialmente. Si te crees la película, si te crees que eres el personaje, entonces te crees que el tiempo existe.

Sin embargo, si lo observas desde fuera no se produce nada. Todo está hecho. Todo está ahí. Solo eres un observador que te traes tu tiempo, como las palomitas, y lo vas consumiendo mientras ves la película.

El tiempo es tuyo. Y de nadie más. Realmente es tu ilusión y de nadie más.

Pero podemos incluso ponernos desde el sitio correcto para entender el universo, que no es otro que desde el punto de vista de un fotón.

Para el fotón el Universo es estático, totalmente estático porque es un punto. Un miserable punto adimensional, y esto es así porque el fotón nos parece que “viaja” a la rapidez de la luz, C, por lo que su tiempo es cero. Su reloj está parado. Por millones de kilómetro que viaje, no se mueve.

Un punto es incapaz de moverse dentro de sí mismo. Es absurdo. El punto es estático por definición, como lo es el Universo.

El Samsara es semejante a una película de video en DVD. Es siempre la misma. Es estática, fija. Pero tenemos copias repartidas a cada uno de los observadores. Sin observadores el Samsara no vaga, son los espectadores los que vagan por el Samsara. Cada uno viendo la película en un determinado instante, ninguno ve lo mismo, aunque sea la misma película. Hay observadores que la ven desde un punto y otros desde otro, durante más o menos tiempo.

Como el libre albedrío es otra ilusión, todo lo que hacemos, decimos y pensamos está condicionado, encadenado a la película.

Pero el asunto va más allá incluso.

En Álgebra el punto es un objeto realmente fascinante. Aunque sea adimensionalmente pequeño, es en sí mismo todo un espacio vectorial con las mismas propiedades que cualquier espacio de cualquier número de dimensiones.

Pero hay más.

El punto representa el vacío de la dimensionalidad. Esto es así, porque todos los espacios de cualquier número de dimensiones se basan en el punto. No existe espacio sin punto, ni con infinitas dimensiones, es decir, el punto condiciona toda la dimensionalidad.

Si todo el Universo no ocupa más que un punto… en una recta habrá un Aleph1 de Universos, en un plano un Aleph2, en un espacio un Aleph3…

Dimensiones hacia abajo, dimensiones hacia arriba.

Nada hay más condicionado que una película grabada.

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