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Foto del escritorTomás Morales y Durán

La conciencia como proceso lógico

Sigo explorando dónde está la conciencia… Pero para ello, vamos a ver qué es, o al menos, modelos que nos puedan clarificar de qué estamos tratando. No es nuevo asimilar la conciencia al programa con el que funciona nuestro cerebro. Esto tiene muchísimas connotaciones. Primero: la conciencia es un proceso lógico. Y eso ¿qué es? Es software. Pero el software no es nada en sí, como todo. El software no es más que una forma de construir y materializar un algoritmo. Éste puede hacerse tanto en hardware como en programas. es lo mismo. Una pila LIFO se puede construir con puertas lógicas o con varias simples líneas de código. Es lo mismo. Hace lo mismo al menos. Conciencia y mente-materia son codependientes. Y claro, un proceso lógico no puede materializarse sino en codependencia de un proceso físico. Un programa corriendo se traduce en múltiples cambios de voltaje en diversos puntos alternando síncronamente. Sin el proceso lógico el físico no se mueve. Sin el proceso físico el lógico no se materializa. Momento mental y kamma. Un programa no es «algo»: es una secuencia de instrucciones complejas que son secuencias de microinstrucciones del microprograma que duran 1 ciclo de reloj. A 1 GHZ, son 1,000,000,000 de microinstrucciones por segundo. ¿Y qué tiene que ver una instrucción con la siguiente, que es lo que vemos como «programa»? Que una instrucción es condición de la siguiente. Y es asi, cualquier estado es asi porque la instrucción anterior lo ha dejado así. Kamma instantáneo, kamma diferido. Pero no son todas las condiciones las que determinan el estado. Muchas de ellas se reservan para que en el futuro, en un ciclo de reloj lejano, creen un estado y éste sea a su vez condición de otros. Otro símil más romántico puede ser la ola del mar. La ola como tal no es «nada». Son movimientos en trayectoria vertical, arriba a abajo de las partículas de agua. Una particula subiendo y bajando no es una ola. Ni parecido. Como un espectador en un campo de fútbol que está solo y se sienta y se para una y otra vez. Un tipo extraño. Ahora bien, una sucesión de particulas subiendo y bajando con un leve desfase que resulte acumulativo condicionado por la propia naturaleza de las particulas de agua si es una ola. Como un estadio lleno de gente haciendo la ola. Y, claro, lo que se «transmite» es la condicionalidad, es decir, una particula condiciona a la siguiente. Una vez hecho eso, es  particula ya no forma parte de la ola. Ya no es. Ya no está, ya no existe. Sin  particulas subiendo y bajando, la ola no existe. Sin la ola existiendo las particulas no se mueven. Sin mente-materia la conciencia no existe, sin conciencia la mente-materia tampoco. Y la condicionalidad es el viento que lo mueve todo. Y mucho más. Mucho más.

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