El estado de Jhāna es consecuencia de una combinación específica de cinco drogas endógenas producidas en orden. Se caracteriza por la pérdida casi total de la conciencia. Es un estado en el que todo pensamiento, toda visualización, toda observación, toda respiración cesa. Y, lo más importante, deja efectos en la mente. En principio temporales, pero con la práctica regular acaban haciéndose permanentes coadyuvadas con otras prácticas de fijación de estado. Lo más significativo, aunque para nada lo único, es que desaparece el pensamiento reactivo. De esta forma, el practicante puede parar todo pensamiento. Es el verdadero antivirus mental, el antimemes, sin el cual ninguna clase de verdadero progreso es posible. Incluso, con una práctica suplementaria, la meditación Base Cero, puede desconceptualizar la realidad. Así, solo con esto, el practicante se pondrá a la altura del mismo Buddha: “Pienso en lo que quiero pensar y no pienso en lo que no quiero pensar”. Hay cuatro estados de jhāna, que se diferencian en dos cosas, en que cada uno es más profundo que el anterior y que necesita menos drogas para conseguirse. Y esto, que parece extraño, es solo porque la mente va mejorando su capacidad de entrar en estos estados de conciencia alterada y cada vez lo hace más fácil y más rápido. Llega un momento en el que ya no necesita la acción de ninguna droga para entrar en estados aún más profundos, de verdadera desconexión con namā-rupā que es lo que llaman las jhānas inmateriales. Que son necesarias para acceder a Pañña, a la parte del interfaz que conecta con la Sabiduría, esa sabiduría que no requiere de preguntas y que da contestaciones completas, veraces, coherentes y comprehensivas. Siempre y cuando el practicante tenga esa parte del interfaz. Las jhānas materiales, o sea, las basadas en drogas, se usan para el fin del sufrimiento, para la Iluminación nivel proletario, que fue lo que intentó enseñar el Buddha. Digo intentó, porque si preguntas a sus fans sobre si sufren, se molestan. Las jhānas inmateriales, o sea, las que no están basadas en drogas, se usan para contemplar el Dhamma incondicionado, para visualizarlo y luego tratar de conceptualizarlo usando la tranquilidad y la intuición (samatho-vipassana). Es penoso leer lo que “expertos internacionales” describen como “jhāna”. La prueba del nueve es que nunca describen cómo te deja la experiencia, más allá del cosquilleo del cráneo (propio de un recalentamiento) y una sensación de alegría y felicidad. Piensan mucho, cuando resulta que aquí, de lo que se trata es justamente de no pensar. La próxima vez que un tipo calvo disfrazado esté en tu presencia y admita preguntas, ya sabes, estas dos son cortas, pero jugosas: – ¿Piensas? – ¿Sufres? A ver por dónde sale. Colección de discursos agrupados numéricamente 4.35. Vassakara En una ocasión el Bienaventurado estaba morando en la arboleda de los bambúes, donde la gente alimenta a las ardillas, cerca de Rajagaha. Entonces el brahmán Vassakara, el primer ministro de Magadha se acercó al Bienaventurado e intercambió con él cordiales saludos. Cuando concluyeron sus saludos y amables palabras de bienvenida, se sentó a un lado y dijo al Bienaventurado: “Maestro Gotama, nosotros describimos a alguien que posee cuatro cualidades como a un gran hombre con gran sabiduría. Y, ¿cuáles son esas cuatro? He aquí, ese alguien es altamente instruido en varios campos del saber. Comprende el significado de varias declaraciones, de manera que es capaz de decir: ‘Este es el significado de esta declaración; este es el significado de aquella otra’. Tiene una buena memoria: se recuerda y mantiene en la memoria lo que hizo y se dijo mucho tiempo atrás. Es hábil y diligente en atender distintas tareas del hombre hogareño; posee el sentido juicioso acerca de ellas para llevarlas a cabo y organizarlas apropiadamente. Nosotros describimos a alguien que posee estas cuatro cualidades como un gran hombre con gran sabiduría. Si el maestro Gotama piensa que lo que dije debe ser aprobado, que lo apruebe. Si piensa que lo que dije debe ser reprobado, que lo repruebe”. “Sin aprobar tu [declaración], brahmán, ni reprobarla, voy a describir más bien a alguien que posee [otras] cuatro cualidades de un gran hombre con gran conocimiento. Y, ¿cuáles son esas cuatro? He aquí, él está practicando por el bienestar y la felicidad de mucha gente; es alguien que establece a mucha gente en el noble método, es decir, en la bondad del Dhamma, en lo beneficioso del Dhamma. Piensa en lo que quiere pensar y no piensa en lo que no quiere pensar; intenta lo que quiere intentar y no intenta lo que no quiere intentar; de esta manera alcanza la maestría mental sobre las maneras de pensar. Gana a voluntad y sin problema, ni dificultad, los cuatro jhanas que constituyen la mente elevada y una placentera morada en esta presente vida. Con la destrucción de las contaminaciones, ha descubierto por sí mismo y con el conocimiento directo, en esta presente vida, la inmaculada liberación de la mente, liberación a través de la sabiduría y, habiendo entrado en ella, permanece allí. “Así que sin aprobar tu [declaración], brahmán, ni reprobarla, te describo bien a alguien que posee estas [otras] cuatro cualidades de un gran hombre con gran conocimiento. “Es maravilloso y asombroso, maestro Gotama, que bien esto fue declarado por el maestro Gotama. Y nosotros consideramos al maestro Gotama como a alguien que posee esas cuatro cualidades. Como a alguien que está practicando por el bienestar y la felicidad de mucha gente; alguien que establece a mucha gente en el noble método, es decir, en la bondad del Dhamma, en lo beneficioso del Dhamma. Alguien que piensa en lo que quiere pensar y no piensa en lo que no quiere pensar; intenta lo que quiere intentar y no intenta lo que no quiere intentar; y que alcanza, de esta manera, la maestría mental sobre las maneras de pensar. Alguien que gana a voluntad y sin problema, ni dificultad, los cuatro jhanas que constituyen la mente elevada y una placentera morada en esta presente vida. Y alguien que, con la destrucción de las contaminaciones, ha descubierto por sí mismo y con el conocimiento directo, en esta presente vida, la inmaculada liberación de la mente, liberación a través de la sabiduría y, habiendo entrado en ella, permanece allí”. “Ciertamente, brahmán, tus palabras son entrometidas e intrusivas, pero sin embargo, voy a responderte. Realmente estoy practicando por el bienestar y la felicidad de mucha gente; establezco a mucha gente en el noble método, es decir, en la bondad del Dhamma, en lo beneficioso del Dhamma. Pienso en lo que quiero pensar y no pienso en lo que no quiero pensar; intento lo que quiero intentar y no intento lo que no quiero intentar; y alcanzo, de esta manera, la maestría mental sobre las maneras de pensar. Gano a voluntad y sin problema, ni dificultad, los cuatro jhanas que constituyen la mente elevada y una placentera morada en esta presente vida. Y, con la destrucción de las contaminaciones, he descubierto por mí mismo y con el conocimiento directo, en esta presente vida, la inmaculada liberación de la mente, liberación a través de la sabiduría y, habiendo entrado en ella, permanezco allí”. El que encontró, por el bien de todos los seres, La liberación de la trampa de la muerte; Quien reveló el Dhamma, el método, Para beneficiar a los devas y los seres humanos; En quien mucha gente ha depositado la confianza Cuando lo ven y lo escuchan; Que es hábil en el sendero y lo que no es el sendero, Uno sin mancha que completó la tarea; El Iluminado que soporta su último cuerpo Es llamado “el gran hombre con gran sabiduría”.
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