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Foto del escritorTomás Morales y Durán

Haciendo Caja

Los prejuicios son siempre malos consejeros, porque predisponen a pensar sobre algo sin conocerlo realmente. El prejuicio es una clase de fe, de creencia y, como sabemos, no es ética lo que conduce a más ignorancia. Dentro de los prejuicios hay dos clases, los negativos mediante los cuales lo infravaloramos y los positivos por los que lo supravaloramos. El peor, sin duda, es el prejuicio de supravaloración. Y esto porque lo normal en la realidad es que las cosas sean peores de lo que parecen. Si supravaloramos la diferencia con la realidad es mayor que si infravaloramos y, a mayor diferencia, mayor ignorancia. Supravaloramos a un individuo si nos aparece disfrazado con una túnica y tiene aspecto serio. En estos casos el prejuicio se mantiene hasta que la realidad te acaba de sacar de la ignorancia. Si va vestido de monje, es que es un monje. Y si es un monje se dota presunción de veracidad, o sea, sea lo que sea lo que el individuo diga es verdad, aun a pesar de que se pegue contra la lógica y el discurso aceptado. Esta es una técnica psicológica que se usan para la estafa, llamada

  1. Conformidad social

Stanley Milgram estudió como tendemos a ser obedientes cuando el que nos dice/pide las cosas le creemos alguien con autoridad en la materia.  Pero hay más:

  1. Seguir al rebaño

El efecto de imitación que tiene mucha gente, hace que funcione como una masa o un  rebaño. Hacen lo mismo que ven hacer a otros. La gente funciona muchas veces como un rebaño, cree lo que creen otros, hace lo que hacen otros. Salomon Asch, realizó un estudio clasico sobre la conformidad en los años 50. Los resultados mostraban que la gente “es capaz de negar la evidencia aún viéndola para encajar con los demás”.

  1. Usar cómplices “o ganchos” que simulan comprar algo es otra técnica que usan los estafadores.

  1. Falta de honradez.

Jugar con el miedo de la gente. En general mucha gente es honrada, pero en condiciones especiales pueden hacer cosas no tan honradas si cree le beneficia. Hay gente piensa que pagándole a una secta de monjes va a tener logros espirituales. Muchos estafadores saben que la gente no denunciará por el miedo o la vergüenza de que se sepa han sido timados.

  1. Engaño

Trampean a la gente fácilmente, incluso cuando ella piensa que ella está teniendo cuidado. Los espabilados se aprovechan del hecho de que la mayoría de la gente va junto con sus expectativas de qué sucederá en cualquier situación dada. Si el comportamiento el espabilado cabe la situación entonces la gente aceptará lo que ella dice.

  1. Jugar con la necesidad y la codicia.

Los estafadores son hábiles para jugar con la necesidad. Lamentablemente la gente cuanto más desesperada está es más fácil de manipular.

  1. La presión del tiempo

Un estudio clásico de cómo la gente toma decisiones bajo la presión de tiempo demuestra lo que saben los estafadores. Cuando no hay tiempo para pensar se toman decisiones precipitadas. Las diferentes sectas usan estas técnicas, apoyándose más en una u otra, según sea la tradición budista. Por ejemplo, la forma clásica empleada por los theravadines es la conformidad social, sin descuidar las demás, por supuesto. Un buen montaje de estafa siempre funciona porque la gente, antes de revisar su prejuicio prefiere mantenerlo y esperar a que todo cambie. Es un síntoma de necedad. Aquellos que han sido estafados y lo saben llegan a negarlo y se inmiscuyen aún más, tan solo por la pura necedad. Vamos a dejar varios puntos establecidos: El objetivo del monje no es otro que la Iluminación. Se supone que una vez conseguida, a ratos, puede dar clases de Dhamma. Pero si ningún monje se ilumina ¿Qué hacen vendiendo dhamma? La respuesta es que son falsos monjes, obviamente, que están ahí para “ayudarte”. El alarde de la virtud. Los monjes tienen conductas que desde fuera no tienen ningún tipo de ética, asi que lo compensan a base de “virtud”, haciéndose prevalecer sobre sus víctimas por ser más escrupulosos en cuestiones intrascendentes como el uso del lenguaje. Es una forma de distracción: si alguien es puntilloso hasta con lo que dice ¿Cómo me va a estar robando delante de mí?. Pues sí, para eso vale la virtud. El comportamiento de las personas logradas, los nobles, es ético porque su mente no le permite actuar de otro modo. Lo hacen involuntariamente, actúan funcionalmente así. Sin embargo, los estafadores son virtuosos, o sea, se esfuerzan para aparecer éticos delante de sus víctimas. Aunque una forma de captar adeptos es el debate y dejan abierto su espacio para el mismo, un estafador no va a permitir que puedas desmontar su tinglado, por lo que no tarda en montar una red de bulling en base a sus propios fanáticos con el fin de acosar al disconforme. Si éste no se somete, simplemente se le expulsa. Mires donde mires, unos roban dinero, otros roban tiempo, otros roban prestigio… Un monje no roba. Se va a la selva y se ilumina. Si ves a un monje, pregúntale si está completamente iluminado, si es un Buddha. Si te dice que no, mándale de regreso a la selva, pero no le des para el boleto. Y avisa a todos.

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