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Foto del escritorTomás Morales y Durán

¿En qué consiste la Iluminación en la práctica? Primera parte.

¿Para qué meditas? ¿Para qué te sientas dos veces al dia, día tras día, año tras año?. ¿Para qué? ¿Para iluminarte? Y ¿lo has logrado? Si es que sí lo que sigue en esta entrada te sonará muy, muy familiar. Los cambios fisiológicos que experimentas son tan evidentes que te identificarás inmediatamente con las siguientes características. Si es que no, fíjate bien en qué consiste, en la práctica, en el día a día, ser un Sotāpanna. En la próxima entrada, entraré a comentar los puntos. Sotāpanna: es el «que entra en la corriente’,o ‘el aprendiz’ es la categoría inferior de los ocho Nobles Discípulos. Si un hombre, después de la desaparición de las tres cadenas mentales más burdas: creencia en la personalidad, la duda escéptica, el apego a las normas y rituales; ha entrado en la corriente de Nibbana, no estará más sujeto a renacer en los mundos inferiores y está irremisiblemente destinado a la iluminación total. La creencia en la personalidad se da el día en el que eres consciente, que ves claramente, la multiplicidad de subprocesos y procesos físicos y mentales que están contínuamente interactuando entre sí, enviándose mensajes unos a otros, condicionándose unos a otros, corriendo en tiempo real. Ese día cuando te levantas de la meditación empiezas a hablar en plural mayestático: «nosotros vamos a casa», «dinos como se hace», «estamos todos los procesos de acuerdo, ¿no?»… Los amigos te miran raro, pero no puedes evtarlo porque el uso de la partícula «yo» es mentir descaradamente. Y mentir no es una opción. Al cabo de unas semanas el tema se va calmando y solo queda un resto: no puedes escribir «yo». El desapego a normas y rituales se verifica claramente no cuando tienes racionalizado que hacer movimientos «mágicos» es inútil, sino cuando lo ves que es de idiotas, ¿pero está gente qué hace? ¿están tontos? Me recuerda al cuento del Rey Desnudo. Parece que eres el único que ve a todos como idiotas viendo un traje invisible que no hay, que está desnudo. Pero ¿qué está pasado? ¿Están todos tontos o están dormidos?. Luego queda una risa que te aguantas como puedes viendo a los devotos inclinarse con las manos juntas ante estatuas y cosas así, intoxicándose con inciensos y mandangas semejantes. Muy «OM». Os remito al post anterior del Infantilismo… Y lo de la duda, si que es bien problemático. Si llevas años en una secta, haciendo lo que los santones de la secta te han dicho que hagas, leyendo los textos de los santones anteriores de la secta dicen que el el camino.. iba a poner que meditando según técnicas de la secta, pero no, si meditas así es muy improbable que estés en este punto. Resumiendo, el efecto de la cola que no se mueve. Te lo explico con una anécdota real. En 1985 conocí en Madrid a una pareja de futuros ingenieros dominicanos que estaban estudiando en la URSS. En aquella época, no había muchos productos de consumo, y la gente hacía cola para todo. Incluso colas para cosas que no necesitaba: Botas Finlandesas, de un número que no te servía: es igual, la puedo cambiar por patatas y algo de vodka. En ese marco, en una tarde oscura, esperando en la calle, bajo un frío impenitente, la chica se coloca detrás de su novio. Y ahí se quedan. Al cabo de un rato miran hacia atrás y ven como se había formado una cola que ¡doblaba la esquina! Entre soprendidos y asustados, muy despacio se salen de la cola y la recorren hasta dar la vuelta a la esquina. Allí escucharon estos comentarios: -¿Que venden en esta cola? -No sé, pero tiene que ser buena porque no se mueve. Ahora, mírate. ¿Cuánto tiempo llevas practicando y oyendo que el esfuerzo y la paciencia son unas bellisimas paramitas?¿Que la iluminación lleva mucha vidas? ¿De qué? Estar sentado haciendo nada o bobadas, por mucho que te esfuerces y tengas la paciencia del Santo Job, te lleva a eso: a la cola que no se mueve. Y si no se mueve, ahí te vas a quedar para siempre: cuanto más tiempo lleves así y veas que hay gente que va entrando en la cola que no se mueve, más razón tienes de quedarte ahí. Es la estúpida tendencia humana de repetir siempre lo mismo esperando que el resultado sea distinto. Pero, ¿qué pasa si te diseñas tu propia meditación de concentración y averiguas que es Sāti, y lo aplicas, y te sale, y lo ves, ¡lo ves!? Que la duda se evapora. Y ves a tus «maestros» desnudos, sus textos llenos de mentiras y lo peor, que son mentiras interesadas. Y claro, la ruptura es inevitable y violenta. Y te alejas de cualquier secta y ves que solo son reales los suttas desnudos, sin comentar. Y ahí, después de la erradicación de la duda, te quedas más solo que la una, todos siguen dormiditos bien a gusto conectados a su matrix, y en lugar de comentar con colegas de matrix, como hasta ese momento, te tienes que conformar con hacerlo en un blog como éste. Mañana más.

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