El fin del sufrimiento parece ser el fin último de la realización en el buddhismo, y no es así. El fin del sufrimiento es una consecuencia marginal del cambio de modo de funcionamiento de la conciencia. Una más entre muchísimas otras. Si le preguntas a un despierto qué ventajas tiene estarlo, podrá ponerse a dar una interminable cantidad de maravillas que, al oyente, le van a parecer vacías de contenido porque sencillamente no se imagina ninguna de ellas, porque nada de eso ha experimentado. Volvemos de nuevo a la dificultad de transmitir experiencias. Siempre es imprescindible tomar de referencia otra que resulte familiar al receptor. Si no es así resulta estéril el intento. Así que nos vemos al Despierto, en el MN 85, después de encontrarse con el mendicante desnudo que le despidió sacudiéndose la cabeza, yendo a la búsqueda de sus cinco conocidos. A ver qué les dice para que le entiendan, para que vean la ventaja, de este Dhamma y le escuchen. Ir de estrella de rock como que no funciona. ¿Qué tiene en común la mente de un arahant con la de un hombre corriente? Muy poco., pero hay una cosa que sí sirve: el sufrimiento, e este caso su ausencia. Un despierto no sufre. Es imposible. Ha perdido la capacidad de sufrir. Y es justamente eso, esa diferencia la que pueden valorar como deseable los cinco ascetas que no le esperan. Y así fue. Fue muy poco a poco, explicando el sufrimiento, su verdad, su origen, su fin y el camino para lograrlo. Eso lo entendieron. Y les gustó. Y, a partir de ese momento, ése fue el tema de enganche con el resto de los discípulos que tuvo el Buddha en vida. Podría hacer una relación no exhaustiva de cosas que puedes hacer cuando has despertado. Prácticamente todo lo imaginable desde el punto de vista mental. Cualquier cosa que se te ocurra no tardas en conseguirla. Y una de ellas es que no sufres. Es algo que no ya tienes, y así, con el tiempo, te acabas olvidando, como quien olvida una deuda que ya pagó, y eso te vuelve bastante insensible, por otra parte. Sin embargo, es ideal para preguntarle a cualquera ¿sufres? -Si, claro. Cómo no. La característica principal del modo estándar es la continuidad del ruido del sufrimiento. Nunca cesa. Hasta en los mejores momentos, siempre está ahí. Los pensamientos reactivos no paran en su impenitente tortura. Para una conciencia en el modo estándar todo lo condicionado es sufrimiento, porque esa es la condición de SU conciencia. Lo condicionado para un arahant no es sufrimiento, ni insatisfacción. Es puro decorado, como su mismo cuerpo. Un decorado le podrá gustar poco o incluso nada, pero sufrir, no se pone a sufrir por un decorado aunque resulte espantoso. Alguien al que dolor físico transforma en colores brillantes y que nada toma en serio porque no hay nada hay que sea algo, pues qué quieres. Y además, es que no sufre. No puede. No hay manera. Así le puedes llegar a la verdulera, al gobernador, al terrateniente, al burócrata, al militar… hasta al cura: -¿Tú sufres?. -Si. -¿Te pone?. -No, nada. -¿Y que haces para dejar de sufrir?. – Trato de ser feliz. Me esfuerzo mucho. – ¿Y siendo feliz eliminas el sufrimiento?. – No. – ¿Y eres feliz? – Tampoco. – ¿Y sabes ser feliz? – No. – ¿Y sabes dejar de sufrir? – Menos. – ¿Y qué vendes? – La salvación eterna. – ¿Y eso en que consiste? – En que serás feliz eternamente. – ¿Y cuando? – Cuando me muera. – Pues ya sabes como ser feliz. Toma – y le acercas un revolver. – No, no… Y ahí, en ese punto, después de calmar tu risa, se pueden optar por varias vías. Te puedes poner académico brahamanista o polemizador y ponerte a desgajar y analizar el sufrimento como si de su estructura interna se tratara. .. que es limpiar basura antes de tirarla, o -Déjalo.- Enséñales cómo se hace, y cuando lo sepan y no sufran ya verás como no tienen el más mínimo interés en saber el mecanismo del sufrimiento. Cuéntales mejor el final de una serie. (Mejor no. Que alguno se molesta.)
top of page
bottom of page
Comments