Si consideramos la piedra angular sobre la que se edifica el Samsara esta es que “todo está condicionado”.
Las condiciones solo condicionan a otras condiciones, por lo que todo en el Samsara es condición. Si vamos más allá, y observamos que una consecuencia no es solo una consecuencia de unas condiciones directas, sino que, saltando un paso hacia atrás, vemos que como esas condiciones directas son consecuencias de otras condiciones previas, es obvio deducir que la consecuencia actual hunde sus raíces en causas anteriores.
Siguiendo el razonamiento, podemos concluir que todo el Samsara es consecuencia de la primera condición del Samsara, cuando realmente este surge, y no es otra que la primera observación que produjo la conciencia primigenia, o sea, la conciencia del Māra.
De aquí deducimos que todo, incluyéndonos a todos, somos consecuencia de la conciencia del Māra, su sueño. El sueño de la Muerte.
Como hijos de Māra seguimos sus pasos creando condiciones igual que él hizo, perpetuando el kamma con el que el Samsara está construido. Cada vez más caótico, cada vez más infernal.
No te extrañes que el poco trabajo que tiene no se lo den las miríadas de dormidos que siguen soñando su sueño, sino los poquísimos que se ponen a despertarse.
Nada hay más real que el Māra y, si tienes suerte, te tocará enfrentarte con él.
Ese día verás su poder.
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