Se dan por supuesto muchísimas cosas que no se basan en absoluto en nada más que en la nada. Por ejemplo: los hombres y las mujeres son iguales, el amor es ciego, lo natural es la vida en pareja de dos, que lo óptimo es tener parejas humanas… Estas cuatro barbaridades, fruto de la omnipresente ignorancia da como resultado lo de siempre: sufrimiento. Vamos a analizarlas. La mujer es igual que el hombre: Las mujeres tienen tetas. Y si hemos llegado hasta aquí es porque se han usado. Llevar las tetas puestas implica que las crías deben mantenerse cerca de ellas. Las crías son un impedimento para la caza, lo que implica que las crías no pueden ir de caza. Lo que implica que las mujeres, tampoco. Las crías tienen una reducida capacidad de movimiento lo que implica a su vez que deben permanecer más o menos fijas. Los hombres tienen que salir a buscar comida. Durante tres millones de años no servían la comida por teléfono. Tres millones de años que nos han hecho humanos. Tres millones de años de elevada especialización que ha aparejado que realmente, cerebros en la mano, podamos hablar realmente de diferencias tan notables que, de no saberlo, podríamos atribuir a dos subespecies bien diferenciadas. El hombre requería ser antisocial, cauto, silente, concentrado y paciente, aparte de ser físicamente fuerte, resistente y duro. Si la mujer tuviera los mismos atributos se hubiera comido a las crías a la primera de cambio. Y, como estamos aquí, eso no ha pasado, al menos demasiadas veces. En lugar de ello la mujer es la que se dedicaba a criar y educar a sus hijos y a administrar el refugio. Y ¿por qué? Pues por lo dicho anteriormente: tiene tetas. Y etcétera… Por tanto, no requería de ninguno de esos atributos para sacar adelante a sus hijos, pero sí de ternura, compasión y comprensión. Imaginemos al hombre, cazador, con esas cualidades: no cazaría. Y si con caza no comen, y si no comen, no estaríamos aquí… Y como está asentada en un lugar, ese lugar acaba siendo el lugar donde la comunidad se crea. Y hemos visto que las comunidades son todo un éxito evolutivo. Y para ello, quien está en ellas permanentemente debe desarrollar cualidades sociales como la empatía, la comunicación y la armonía. Los hombres cazaban con hombres mientras que las mujeres vivían con otras mujeres y los hijos. Los sistemas de comunicación se adaptaron a este tipo de emisor y receptor. Estos papeles para el hombre y la mujer; complementarios y adaptados a la supervivencia y al éxito evolutivo funcionaron durante millones de años. Y millones de años crean especies, no menos subespecies. Estos millones de años han producido cambios físicos evidentes (nadie duda en separar pruebas deportivas entre machos y hembras), pero mentales aún más notables. La biología y la herencia nos predisponen a comportarnos de una forma determinada, pero el medio y más específicamente la educación, contribuye a modelar las preferencias neurológicas. MORFOLOGÍA Si ponemos un cerebro en cada mano, el del hombre pesa un 15% más y al nacer el del niño tiene 4.000 millones de neuronas más que el de una niña. Si los observamos de cerca el hemisferio izquierdo es un poco más grande en las mujeres que en los hombres, por tanto, en los hombres el hemisferio derecho es un poco más grande. O sea, labores como el habla, el lenguaje, la lectura y la escritura son más femeninos y en cambio, la percepción, el desarrollo espacial, la capacidad musical, la creatividad y la imaginación son más masculinos. Ya vimos que las mujeres se las pasaban comunicándose tanto con sus hijos como con la comunidad, mientras que el hombre es más silente. Esta diferencia de especialización verbal/espacial es generada por un mayor número de conexiones dendríticas en la mujer, y por tanto tiene más materia o sustancia gris. En cambio, en el hombre los axones de las neuronas son más largos y por lo tanto tiene más materia blanca. Mirando el centro del cerebro, el cuerpo calloso en el cerebro más pequeño es un 20% más grande, lo que significa que las fibras que comunican ambos hemisferios es mayor. Así la mujer puede usar simultáneamente ambos hemisferios lo que no puede hacer el hombre lo que le proporciona un mejor desarrollo del lenguaje y un pensamiento más integral. A demás de los hemisferios, el cerebro está dividido en cuatro lóbulos: frontal, parietal, temporal y occipital. El lóbulo frontal es la parte del cerebro que se encarga de la voluntad, de la toma de decisiones, del control de la impulsividad y la agresividad, la responsabilidad, la intención de los actos, la motivación y el deseo de aprender. Es el lóbulo de la civilización. Madura cuatro años antes en la mujer que en el hombre. De aquí se desprende que las adolescentes los prefieran mayores porque de su edad no son bastante maduros, que las niñas están más atentas en clase mientras que los niños, distraídos e inquietos, obstaculizan el avance escolar y obligan al profesor a dedicarles toda la atención, con lo que retrasan a las niñas en su aprendizaje. Y la mujer está antes lista para ser madre y adquirir las responsabilidades de su propia familia. El sistema límbico o cerebro emocional, tiene la misión de controlar la vida afectiva de las personas y almacenar información en la memoria. Contiene componentes que regulan nuestro estado emocional como la ansiedad, el estrés y el miedo. Algunas zonas en esta área son la amígdala, el hipocampo y el hipotálamo. Gracias a la amígdala, las mujeres son capaces de explicar con detalle y sin dificultad sus emociones ya que su cerebro es más afectivo que en los hombres. El hombre tiene mayor dificultad, no solo en reconocer si no en expresar, en forma abierta, sus emociones. Las niñas aprenden en entornos colaborativos y los niños en los competitivos en donde existan claramente ganadores y perdedores. A las niñas les gusta tener metas claras y pedir ayuda a los adultos en la elaboración de sus tareas; los niños casi no utilizan estas estrategias. En matemáticas mientras las niñas tienden a usar un poco más sus dedos para contar, los niños realizan estas operaciones aritméticas en sus cabezas o por medio del cálculo mental. Además las niñas prefieren leer novelas o historias cortas y los niños prefieren historias de ciencia-ficción, reales o de criminalidad. Existe evidencia biológica para la explicación de estas diferencias neuroanatómicas entre los sexos. El cerebro femenino está predispuesto al desarrollo verbal más rápido que el cerebro masculino debido a que en desarrollo temprano la hormona testosterona disminuye el crecimiento del hemisferio izquierdo y acelera el crecimiento de su hemisferio derecho. En el cerebro se localizan dos áreas; la de broca y la de wernicke. El área de Broca tiene la función motora del lenguaje; esto es, tiene cargo la articulación del habla. El área de wernicke desarrolla el aspecto semántico del lenguaje, es decir, tiene por función la comprensión del lenguaje verbal y escrito. En la mujer están mejor desarrolladas que en el hombre. Las mujeres hablan mejor que muchos hombres, por que oyen y escuchan mejor que ellos. El lóbulo temporal, encargado de la percepción auditiva, también se desarrolla más tempranamente en la niña que en el niño. Discriminar el lenguaje oído, por vía auditiva, ayuda a retroalimentar y a producir mejor el lenguaje oral. Los niños tienen dificultad de retroalimentarse o escucharse ellos mismos. Al hablar, el hombre expresa pensamientos y utiliza alrededor de 3000 palabras al día, en cambio, la mujer exterioriza más sentimientos y utiliza un poco más de 8000 palabras al día. Así pasa lo que pasa: cuando el hombre llega a casa ya gastó sus 3000 palabras en el trabajo y su conversación se expresa con muchos monosílabos. Al preguntarle: “¿Cómo te fue?”, contesta solamente “Bien” o a “¿Qué hiciste?” conteste “Nada”. En cambio, debemos entender a las mujeres que se quedaron en casa con sus 8000 palabras pueden estar casi intactas y necesitan gastarlas con su marido, lo que las genera tensión. Lo que darían los hombres porque sus mujeres tuvieran una tecla de “mute” para evitar el interrogatorio cuando llegan a casa: “¿Hubo algo nuevo?”, “¿Por qué no me contestaste?” “¿Dónde estabas?” “¿Qué estabas haciendo?” “¿Por qué no me hablaste?” … Los que los hombres entienden que es acoso o directamente celos patológicos es sólo la forma femenina de empezar a gastar su cuota de 8000 palabras. El cerebro femenino se alimenta de afectividad y de palabras y conversaciones cotidianas. Por higiene mental, la mujer debería salir a gastar sus 8000 palabras entre quienes usan tantas palabras, o sea, otras mujeres. ¿Recuerdas? En la tribu se las pasaban hablando entre ellas. Una mujer en el día de descanso del hombre solo le oye tres palabras: cerveza, fútbol y quita! El cerebro de la mujer es más denso que el del hombre debido a su mayor numero de terminaciones nerviosas, y esto trae como resultado que ella tiene una mayor capacidad de relación cognitiva que el hombre. Dada una palabra para asociar con otras, los hombres solamente pueden nombrar un promedio de ocho palabras relacionadas con la racionalidad , y en cambio las mujeres nombraron un promedio de 21 más relacionadas con la emoción y mil cosas más, pero ambos tuvieron palabras comunes basadas en lo observable y concreto. En la mujer sus dos hemisferios funcionan simultáneamente cuando se activa el lenguaje. El cuerpo calloso es en la mujer es 20% más grande que en el hombre. En los mapeos cerebrales se observa que el funcionamiento del cerebro esta mas simétrico; esto es, lo que ocurre en un hemisferio acontece casi igual en el otro. En cambio, el funcionamiento del cerebral del hombre es asimétrico, ya que cada uno de sus hemisferios trabaja en forma más independiente y aislada. Cuando un hombre expresa ideas de forma oral, solamente activa su hemisferio izquierdo, a diferencia de la mujer, que activa ambos. La mujer es multitarea pero el hombre en monotarea. Las mujeres dicen: un hombre que mira y mastica chicle a la vez, necesita tirar el chicle o no entenderá lo que está viendo. El cerebro del hombre se concentra en una cosa a la vez. Por ello, las mujeres confunden al hombre cuando le solicitan un favor, pero incluyen al mismo tiempo dos o más instrucciones y luego se enfadan porque le hizo el favor a medias porque el hombre no siguió las instrucciones al pie de la le-tra. No es que el hombre sea descuidado para realizar el favor, sino que su cerebro requiere que se soliciten pocos favores al mismo tiempo y con el mínimo de instrucciones. Si le pides al hombre en estos términos: ”Ve al mercado y me traes…”, pero antes del mercado pasas con la costurera y le pides… y cuando salgas de la costurera pasas de una vez al banco y… de regreso a casa pasas con mi madre y le dices …” Así ni modo. La clave está en la claridad, orden y brevedad del mensaje. CONCENTRACIÓN No es por nada que al hombre se le llame “El señor de la carne asada” ya que solo se concentra en ponerla, darle vuelta y sacarla. Puede pasarse horas asando carne y tomando cerveza sin que nada lo perturbe; una mujer, en cambio, se impacientaría y se fastidiaría solamente de ver voltear la carne. El hombre está siempre presente ante la carne asada, desde poner el carbón hasta que la última ceniza se apague y no deja que otra cosa que no sea la carne, cebollas o tostadas sean puestas en el asador. Es todo un arte el voltear la carne y discriminarla cuando esta lista, lo cual requiere de supervisión y de toda su atención. En cambio, la mujer abandonaría el asador contantemente para hacer otras cosas y calentaría absolutamente todo sobre el asador. Los hombres no pueden ver un deporte y platicar con sus esposas al mismo tiempo. COMUNICACIÓN La mayoría de los estudios sobre la relación de pareja y matrimonio coinciden en que la causa más importante de divorcio es la comunicación. Algunas mujeres buscan una interacción verbal con el hombre similar a la que tienen con sus amigas. Esto es difícil, ya que la mujer comunica sentimientos y emociones y el hombre comunica pensamientos. El hombre, en la mayoría de los casos, no es el mejor comunicador y la mujer lo interpreta como descortesía, egoísmo e indiferencia hacia su amor. La comunicación si existe entre el hombre y la mujer, pero con distinto código. En el hombre solo existe un objetivo al hablar: exponer ideas o puntos de vista, es parco, concreto, sintético e impetuoso. La verbalización del hombre no es continua sino periódica: durante el medio tiempo en el futbol, al terminar una jugada de domino o al cambiar la carnada del anzuelo. La mujer comete el error de interrumpir constantemente al hombre en un partido de futbol con preguntas del tipo: AQUÍ ESTOY, HAZME CASO!. El cerebro del hombre está predispuesto hacia el autismo: poca atención hacia el exterior, vive su propio mundo y concentra su atención en la actividad y no en la palabra. RAZONAMIENTO El hombre y la mujer difieren también en el tipo de razonamiento y en el estilo para la solución de problemas. El hombre tiene predisposición a ser más analítico, deductivo y la mujer más sintética, inductiva. El hombre observa la totalidad de la realidad y luego la va descomponiendo en sus elementos hasta llegar a estudiarlos aisladamente. Por el contrario, la mujer estudia el contexto partiendo de sus elementos mínimos y los va agrupando hasta llegar a su totalidad. Un ejemplo lo tenemos en los exámenes de opción múltiple, donde aparece una pregunta y al menos cuatro opciones para elegir una correcta. Aquí las mujeres muestran gran dificultad para resolverlos, a diferencia de los hombres. Y esto es porque ellas buscan diferentes relaciones de esta opción con la pregunta, y generalmente encuentran siempre una relación significativa. De esta forma la alumna encuentra que las cuatro opciones (a, b, c, d.) son correctas, ya que realizo un proceso de integración más allá de lo visto en clase. En contraste, los hombres, aun sin haber estudiado mucho, encuentran más fácilmente la respuesta, ya que por su capacidad deductiva identifican las variantes mínimas de cada opción, descartan las incorrectas y deducen la que es correcta. La función deductiva se realiza en un solo hemisferio, en el derecho, y no es un proceso de ambos hemisferios simultáneamente. Para ciertos tipos de problemas la mujer necesitaría buscar técnicas que bloqueen su razonamiento inductivo. AMISTAD Las amistades entre niñas son diferentes de las amistades entre niños. Las niñas se reúnen para pasar el tiempo juntas. En cambio, los niños se reúnen para compartir un interés o realizar alguna actividad común. En una reunión, es común ver que un grupo de amigas vayan todas juntas al tocador, y el objetivo es continuar charlando, actividad totalmente absurda para un hombre que no entiende cómo se puede colaborar mientras se orina o defeca. La amistad femenina desarrolla más la intimidad que los niños. Si una niña esta frustrada o deprimida, busca a otras para recibir su apoyo y comprensión. En cambio, cuando los niños están estresados o deprimidos, buscan estar solos. ENAMORAMIENTO A la mujer se le conquista por sus lóbulos parietal y temporal, tacto y oído y al hombre por su lóbulo occipital, la vista. Solo las mujeres se pintan y tratan de modificar su propio cuerpo para parecer más atractivas a la vista. El hombre necesita dar amor para satisfacer su deseo sexual y la mujer necesita dar sexo para recibir amor. Durante el noviazgo y los dos primeros años de matrimonio, la mujer recibe una gran cantidad de afecto y cariño a través del contacto físico, El apasionamiento de la pareja comienza a disminuir cuando la rutina empieza a invadir la relación. Y el hombre no alcanza a percibir la necesidad que tiene su pareja del contacto físico, ya que no la identifica como una necesidad propia. La mujer tiene una alta sensibilidad táctil por el desarrollo y actividad de su lóbulo parietal y por ello relación su proximidad táctil con su afectividad y se convierte en uno de los termómetros más importantes para valorar el cariño y amor que otras personas tienen hacia ella, especialmente su pareja. Además del tacto, a la mujer se le conquista mediante su lóbulo temporal. Una de las funciones más importantes de este lóbulo es la percepción auditiva. El lóbulo temporal de la mujer es 10 o 12% más grande que el del hombre. La mujer tiene más capacidad auditiva que el hombre asi que se queja de que los hombres nunca oyen, mientras que ella percibe hasta el más mínimo cuchicheo a sus espaldas. Además, las mujeres pueden recordar sin esfuerzo una conversación. El mantra “¿qué te dije?” es para el hombre la gota malaya. El amor entra por el oído femenino; por ejemplo, una palabra bonita, un poema romántico o un buen piropo aceleran y activan su cerebro y producen una gran cantidad de serotonina. A la mujer no solo es que le guste escuchar palabras bonitas que expresen amor, cariño y afecto, sino que lo necesita para mantener su cerebro estable y protegido de los trastornos emocionales comunes en las mujeres, como la depresión, un sentimiento pesimista y negativo de la vida, ansiedad, histeria o paranoia. Y eso lo debe hacer un autista… El enamoramiento del hombre se centra más en su sistema límbico, área del proceso emocional del cerebro, cuyo sentimiento de amor se focaliza en la pasión y en la euforia, por lo tanto, es un sentimiento temporal y pasajero. En cambio, el sentimiento amoroso de la mujer se centra más en la corteza cerebral y muy poco en el sistema límbico y, por consecuencia, a la mujer se le enamora más fácilmente con atenciones, palabras y actitudes y no solamente por el deseo o el instinto. La forma de interesar a una mujer es ganar y juntar puntos con pequeños detalles: a la mujer le gusta ser especial y ser notada en lo que se pone, en lo que dice y en lo que hace… Ella valora la frecuencia sobre la cantidad: así vale 12 veces más dar una rosa una vez por día durante 12 días que la docena de una vez. Las mujeres son muy predecibles en materia de amor: les gusta ver películas y leer novelas románticas, les encanta ser consideradas especiales e indispensables. Y alabadas con atenciones y pequeños detalles que las hagan sentirse únicas y amadas. El cerebro femenino ha sido creado para responder a todo estimulo afectivo en forma intensa y penetrante, el hombre, en forma consciente o involuntaria, ha encontrado siempre la forma de conquistarla. Pero no podemos decir lo mismo de la mujer hacia el hombre. El cerebro masculino no responde con la misma intensidad al afecto y cariño que la mujer, en otras palabras, es un misterio para ella comprender el proceso de enamoramiento del hombre. En los estudios neurológicos por medio de la tomografía de emisión de positrones se observa una sobreactivación del lóbulo occipital en el hombre cuando se ve a una mujer bella; en cambio, la mujer al ver a un hombre atractivo, su cerebro apenas reacciona. Tanto el cerebro del hombre como el de la mujer tienen predisposición hacia la belleza física del sexo opuesto, pero el varón determina más la elección de su pareja por la belleza física que la mujer. Todo esto tiene un componente evolutivo evidente. El hombre busca instintivamente una hembra fértil y que pueda parir hijos con facilidad y pueda amamantarlos. Grandes pechos, cintura pequeña y grandes caderas son señales visuales de estas capacidades. La mujer, en cambio, requiere de un hombre que mantenga a sus hijos durante su largo crecimiento. Por eso, las atenciones constantes del hombre dan señales a la mujer de mantenimiento de su interés por ella y aleja las perspectivas de abandono. EMOCIONES La mujer critica las actividades del hombre, como ir a un partido de futbol, ir a pescar o jugar billar, ya que está cerrada al mundo emocional del varón. El hombre, mientras participa en estas actividades expresa emociones que en otras circunstancias nunca lo haría. Asi que tenemos un absurdo: mientras la mujer critica que el hombre no expresa emociones no quiere participar en las actividades en las que el hombre las expresa. Así se cierran los pocos canales de comunicación afectivos que tiene el hombre. MULTITAREA El cerebro de la mujer puede escuchar y hablar al mismo tiempo. El hombre habla o escucha en forma separada; la mujer necesita darle tiempo para que procese lo que oye, reflexione y responda verbalmente. VISTA Lo que más le molesta a una mujer cuando la acompaña su pareja es que pase una mujer al lado de ellos y que el hombre voltee a verla con interés. Para la mujer significa un insulto y una infidelidad y no alcanza a comprender: ¿porque la ve si yo estoy a su lado? El género femenino necesita entender que se trata de una reacción con una fuerte connotación biológica y casi refleja. El cerebro del hombre requiere de la testosterona (H, M) y la dopamina para sentirse satisfecho y pleno; y mediante la observación de mujeres se activan ambos componentes neurológicos. Una buena noticia para las mujeres es que el cerebro masculino también se activa viendo automóviles deportivos y lo último en tecnología, como computadoras, cámaras de video y de fotografía, televisores y aparatos de sonido. Un hombre es capaz de pasar horas en una tienda de aparatos electrónicos y tecnológicos y en una exposición de automóviles último modelo o deportivos. En este caso la mujer puede estar tranquila, ya que se trata de una reacción natural del cerebro del hombre. El hombre necesita fijar su mirada varios segundos en la persona u objeto para poder percibirlo bien y es aquí cuando la mujer lo descubre. En cambio, la visión femenina es global y el hombre no sabe que está viendo: los zapatos que está comprando, el precio o al muchacho. El hombre en cambio, necesita enfocar una cosa o una persona a la vez; si su visión en túnel le impide fijar la atención en varios objetos simultáneamente. La mujer, frecuentemente, se queja de que el hombre no puede encontrar nada de lo que se le pide y esto se debe a su visión recta. Aun mas, la mujer puede pasar en frente de su pareja sin que él la vea, o incluso agitar la mano sin que el hombre la perciba. Para el cerebro del hombre es importante el aspecto físico de la mujer, por ello, no es de extrañar que él tienda a consumir más pornografía que la mujer. Es muy común que los adolescentes escondan bajo su cama u en su closet revistas con fotografías de mujeres desnudas, para en la noche cuando la testosterona alcanza sus niveles mínimos, sacarlas y verlas para reactivar su cerebro nuevamente. Esto no significa que el cerebro del hombre base sus respuestas solo en su instinto, por un lado, existe una predisposición biológica para actuar de esa forma, pero, por otro lado, el cerebro es capaz de determinar y controlar sus conductas mediante el ejercicio de la voluntad y la educación del carácter. MEMORIA Un refrán conocido dice ¨la mujer puede perdonar, pero nunca olvida¨ La humanidad, a través de varios siglos, han podido comprobar y reconocer que la mujer tiene una memoria admirable. Un cerebro emocional debe ser eficiente recordando. El sistema límbico, que regula el aspecto emocional de la persona, y uno de los elementos neurológicos de que consta es el hipocampo, considerando como la puerta de entrada al proceso de aprendizaje y a la memoria. En el hipocampo se deposita el contenido de la memoria de trabajo o de corto plazo, y contiene la información que puede ser recordada de inmediato, o cuando más en unos segundos o minutos. La función del hipocampo es crucial en el proceso de la memoria, ya que de aquí envía la información significativa a la corteza cerebral para ser almacenada en la memoria a largo plazo o permanente. El hipocampo de la mujer es 15% más grande que el del hombre y en la etapa de la adolescencia tiene un crecimiento acelerado. A demás su actividad neurológica conexión sináptica es más alta y abundante que en el hombre. Un cerebro afectivo activa casi toda su corteza, ya que la amígdala envía una serie de agentes bioquímicos y endorfinas que lo predisponen para la adquisición del aprendizaje y su permanencia en la materia gris. RESUMEN La avaricia llevó al hombre a buscar más y más recursos. Aquí, allá y más allá, abandonando cada vez más tiempo el grupo familiar y haciendo que la evolución creara dos subespecies muy especializadas para desarrollar tareas diferentes. Si nos fijamos en nuestros parientes más próximos, los bonobos, la diferencia entre sexos es casi imperceptible. Mientras la avaricia mantuvo separados a ambos sexos todo fue relativamente llevadero, salvo en los casos de conflicto en el que la incomprensión entre sexos podía derivar en violencia. Los hombres funcionan muy bien con otros hombres y las mujeres con otras mujeres. Hasta los años 60 del siglo pasado, el entorno de la mujer era la casa, la familia, los hijos, las amigas… Para el hombre era la calle, el trabajo y la relación colaborativa con otros hombres. Pero la avaricia no quedó ahí. La avaricia no tiene fondo. Al menos la avaricia del hombre importante. El sistema económico necesitó la incorporación masiva de mano de obra para la segunda guerra mundial y posterior reconstrucción y crecimiento económico. Se hacía necesario que la mujer se incorporara al trabajo fuera de casa, desempeñando todos los puestos disponibles haciendo un dumping social: sustituir al hombre cobrando menos que el hombre. Una especie de inmigración ilegal dentro de casa. Para hacer la fórmula perfecta, se hizo a costa de la masa global salarial que le correspondía al hombre. Mientras que en los años sesenta, el trabajo del padre daba para mantenerse a él mismo, a la mujer y a una familia numerosa, ahora ni el trabajo de los dos da para sostener un solo hijo. Así trabajan los dos por menos de lo que se pagaba a uno. Y ¿qué hay que hacer para cometer semejante fraude?. Porque si le vas a la pareja y les propones que, aparte del trabajo de casa, debían cargarse los dos de trabajo y cobrar menos, te mandarían directamente a la chingada. Para eso los masones, hombres, echaron mano de la estupidez, que tan bien resulta en la especie humana, e inventaron el “feminismo”. Todo lo que tenían que hacer era proclamar la “desigualdad” entre hombres y mujeres y echarle la culpa al “patriarcado”. Mensaje corto, fácil y que además no necesita pensar: éxito asegurado. El trabajo de la mujer (la base de la cultura, la educación y la supervivencia de la especie) era “malo” y el del hombre (mero recolector) era “bueno”. Otro mensaje corto, fácil y que además no necesita pensar: éxito asegurado. Los descerebrados se frotan las manos… Así que ahora, en una primera fase se “lucha” por la igualdad entre géneros, tarea del todo absurda porque es poner a competir a peces con pájaros. Pero da lo mismo. Las primeras en apuntarse son las fracasadas del papel que la evolución les asignó y vieron en esta “lucha” la forma de vengarse de unos hombres que no las tenían en cuenta porque sencillamente la vista no daba para mucho. El primer objetivo fue romper la estructura social. Se aísla a la mujer de la familia y de la red social que tres millones de años de evolución la habían adaptado. El entorno de la mujer cambia de lo que antes eran familias de abuelos, tíos, padres, primos, sobrinos, hijos y nietos, amigas íntimas, amigas de visitas, amigas de comunidad, ahora era un departamento en una ciudad con un hombre. Un bicho con el que no se puede comunicar. Y con la consigna de que tienes que ser igual que él. Fuera, porque en casa es un perfecto inútil: no es capaz de realizar un pedido ni de ver lo que tiene delante de las narices. La diversificación del trabajo crea nichos perfectos para el cerebro femenino, aquellos derivados de la comunicación, educación o cuidado. De esta forma, la mujer va ocupando los puestos medios y medios altos. El hombre se queda con los trabajos penosos de baja cualificación y los muy altos, que requieren de su mente concentrada y analítica. El trabajo compartido conlleva que la mujer cargue con doble tarea, la de la casa y la de fuera. Además, tiene que resistir la presión social de tener que ser madre. Se la fuerza a serlo y, lo que es peor, a amar a sus hijos. La represión social hacia cualquier madre que no quiera querer a sus hijos es tremenda. Se la condiciona para hacerse odiosa a los ojos del hombre a la vez que se facilita la ruptura de la pareja: se introduce primero el divorcio, luego el divorcio exprés, y luego la pareja de hecho que se resuelve con un simple correo electrónico. Además, se la prima a romper la pareja con el aliciente de quedarse con todos los bienes y derechos de la pareja sin más requerimientos que demostrar su sexo. Al final, madre soltera, pobre y trabajadora. Por menos sueldo del que disponía cuando estaba en pareja. Y aquí entra, de nuevo, más estupidez. La culpa no es de los ricos que la están explotando y la dieron la manzana envenenada, sino del hombre, una vez más. Donde su cerebro no alcanza, lo hacen las cuotas. Se desplazan de los altos puestos de la Administración a hombres que estaban ahí por sus propios méritos, sustituyéndolos por mujeres de cuota. Esto es perfecto para incrementar el nivel de tontería global del sistema. Pero no acaba aquí el tema. Se introduce el feminazismo, una ideología racista más propia del Eje en los años 30 y 40. Se impone el pensamiento único en todos los niveles sociales: el hombre ya no es sujeto alguno de derecho. El hombre es el negro de la sociedad occidental. Negro a exterminar. Los asesinatos dentro del entorno de la pareja donde las víctimas son mujeres son 2/3 del total. El resto 1/3 son hombres asesinados por sus mujeres. Este último tercio ya no existe por ley y se concede una enorme cobertura mediática a los 2/3 restantes como si de actos de terrorismo se tratara, un hombre mata a su pareja por puro terrorismo, una mujer nunca mata a su marido, es defensa propia. Es terrorismo que un negro mate a un blanco en la Sudáfrica del apartheid. Respecto a las violaciones, el número de víctimas masculinas es inmensamente superior al de mujeres. En las instituciones penitenciarias las violaciones a hombres es algo habitual. En parte alguna las violaciones a mujeres es norma común. Sin embargo, estas últimas son un gravísimo problema social mientras que las otras no existen. Nada demuestra que los hombres sean menos honestos que las mujeres. Sin embargo, las cárceles tienen mayoría de población masculina. Igual sucede con la pena de muerte en aquellos países en la que está establecida. La proporción entre hombres y mujeres ejecutados es escandalosa. En la guerra, aunque la igualdad de género sirva para que las mujeres tengan empleos en el ejército cada vez mejores, sirve para cobrar, pero no para morir. Las mujeres pueden acceder a un puesto de responsabilidad muy bien pagado solo por completar una cuota políticamente bien vista. En caso de separación o divorcio el hombre solo tiene dos opciones: o bien cede todo voluntariamente y con alegría: casa, coche, negocio, pensión, custodia de los hijos, o bien, es acusado de violencia doméstica y además de lo anterior en inmediatamente detenido, encarcelado y su cabeza exigida por toda la sociedad. La mujer es considerada autoridad pública en caso de conflicto con un varón, igual que un juez, un inspector de trabajo o un policía. Su palabra solo puede ser rebatida con pruebas, y probar la no existencia de algo es lógicamente absurdo, piénsese en Dios. En los rarísimos casos en los que el hombre pudo demostrar su inocencia, las denuncias falsas no tienen consecuencia alguna para la mujer. En los casos, cada vez más frecuentes, de violencia doméstica de mujeres sobre hombres, éstos se encuentran en un verdadero laberinto. Si denuncian, los detienen a ellos y pierden todo. Si se defienden, los detienen a ellos y pierden todo. Si no hacen nada, pierden hasta la vida. Ante una mujer maltratadora solo queda la huida y perderlo todo menos la libertad. Las tasas de suicidio de hombres, cuya difusión está prohibida por el Gobierno, son escandalosas, tanto, que representan una verdadera epidemia. Por cada mujer asesinada por violencia de género en España de 2007 a 2016, 665 se han suicidado más de 28.000 varones, muchos de ellos debido a las situaciones derivadas de un divorcio injusto. Esto representa que por cada mujer asesinada hay 42 hombres que prefirieron acabar con su vida. Y así. Al final, la estupidez del humano le ha despojado de familia y de hijos. Y su fin como especie favorece la necesidad de la élite de eliminar humanos una vez que el trabajo lo están empezando a hacer las máquinas. Solo tres cuestiones: Todo esto se hace en base a la Igualdad. Los consejos de administración y las grandes fortunas están compuestas solamente por hombres. Y las pocas que hay están por ser hija o esposa de un rico. Y, todo esto… ¿para qué? …la pregunta del sabio.
top of page
bottom of page
Comments