Cuando se levanta el viento de la sabiduría y barre el polvo de la ignorancia, solo queda el ridículo de ser humano. EDUCACIÓN Todos dais por supuesto que se tiene que educar a los niños. Que deben entrar en el colegio a los seis años o antes, que deben estar en aulas, que deben tener un profesor, que deben tener asignaturas, que debe haber un plan de estudios, que deben evaluarse según el plan de estudios, que deben estudiar, que deben hacer tareas y algunos hacer una o varias carreras universitarias que, aun costando mucho dinero, le garantizará un trabajo en el futuro. ¿Estáis locos, o qué? Un poco de historia. Este formato educativo no se creó en base a nada más que a las necesidades del Gobierno de Su Majestad Británica la Reina Victoria que necesitaban funcionarios listos para hacer tareas determinadas en diferentes puestos y que, dentro de su categoría, pudieran ser trasladados de puesto de trabajo dentro del Imperio, fuera donde fuera, sin que el servicio a Su Majestad se resintiera lo más mínimo. Así debían estudiar y prepararse una serie de materias estándar como Matemáticas, Física, Química, Dibujo, Ciencias Naturales y Sociales, Política, Religión, inglés y francés como lengua internacional de la diplomacia. Debían ajustarse al programa oficial del Gobierno y evaluarse según el mismo, dando preferencia a la estandarización. Todos los alumnos, que entraban con diferentes capacidades, virtudes y defectos, debían acabar siendo perfectamente intercambiables. Aquellos que no se ajustaran al estándar eran rechazados con la figura de la reprobación y expulsados de la carrera. Sin embargo, los que lograban acabar y evaluar positivamente obtenían un trabajo bien remunerado y fijo de por vida. Años después se implanta la educación obligatoria que obligaba a los padres bajo amenaza de prisión a acarrear a sus hijos a las escuelas. Solo se copiaron el plan de estudios de los funcionarios ultramarinos y de ahí, en un repetido copia y pega se extendió por todas partes. A pesar de las innumerables reformas educativas este sistema se respetó. Y la pedagogía lo puso como tótem. Heredaron un trozo de madera y ahora lo adoran como a un dios. Estandarizar gente era adecuado en la época de la primera revolución industrial. Después fue eficaz porque tenías a la población homogeneizada y siempre lista para amansarla. La Iglesia toma rápidamente control sobre ella viendo las posibilidades que tiene. La educación de esta forma se configura como un elemento de manipulación mental desde lo más íntimo. Así, conseguido: una población homogeneizada, obediente y lista para entrar en las cadenas de producción. La educación consigue arrancar lo humano del individuo y lo deja listo como una pieza más del sistema productivo, tanto a nivel de los obreros como de las élites. Aquí las élites cayeron en la trampa exactamente igual, eso sí, con una educación más refinada. ¿Qué nos hace humanos? Obviamente pensar… ¿Cuántos universitarios han pensado alguna vez en su vida? ¿Existe eso? Y no es exageración. Cuando en una carrera de ingeniería, que se supone que sirve para pensar, existe un profesor que exige pensar por sí mismos a sus alumnos se convierte en la carrera más difícil del país o se acaban produciendo manifestaciones, conflictos y disturbios… Al niño se le doma. Para ello se le sustituye su conciencia creativa por una memoria ROM de solo lectura. Si son capaces de repetir lo que se les enseña con gran fidelidad tienen el éxito académico asegurado. Están preparados para ocupar la oficina de correos de Bombay. En la época de la escritura a mano, saber repetir con fidelidad tenía un valor altísimo. Cuando llega la máquina de escribir, se exigía velocidad. Pero cuando llega el ordenador, un elemento que copia muchísimo más rápido y con muchísima más fidelidad que un humano, se le exige que vaya comiendo poco. Aparece el desempleo. Y la sociedad reacciona como sabe, con más estupidez. Mete más educación a los jóvenes, usando el principio de que, si algo demuestra claramente que no funciona, repítelo hasta que se canse y lo haga. Todo lo estandarizado es programable. Y a nadie se le escapa que una máquina logra nuevas capacidades con tan solo copiarle nuevas aplicaciones. Hace 40 años con un bachillerato bastaba. Hace 30 años con una carrera. Hace 20 años hacía falta un máster. Hace 10 años, varias carreras y dos o tres masters. Hoy, ni poniéndole velas a San Judas Tadeo. Es la carrera entre el hombre y el coche. Absurda de todo punto y la solución es más entrenamiento, más recursos, más dinero para inundar el infinito agujero de la ignorancia. ¿Cómo un pedagogo zombificado puede cometer el anatema de pensar que el coche evoluciona geométricamente mientras el humano ha llegado al límite de su capacidad? La prueba del crimen de lesa humanidad que la Educación ha infligido es la disminución del tamaño del cerebro de los humanos. Hoy es inferior al Neanderthal y disminuyendo. Se espera que de seguir así en doscientos años los pitecántropos nos superen. Que bien. Y mientras unos cuantos idiotas rompiendo los límites de la Inteligencia Artificial. Así a partir de 2030 las máquinas nos habrán superado en (casi) todos los campos. Y habrá otros cuantos idiotas que den derechos sociales a los robots. Y otros cuantos que dejen el gobierno a unas máquinas que son infinitamente más fiables que los homínidos producto de la imbecilización. Y logrará la Educación sus últimos objetivos estratégicos: que todos sirvan al sistema sin pensar. La diferencia, si es que es tal, es que lo liderarán las máquinas que lo hacen mejor y más rápido. No es ciencia ficción. En 20 años desaparecerá el 63% de todos los puestos de trabajo de hoy. La mente humana tiene una capacidad 2,5 Petabytes (o sea, 2,500,000 GB) … La tarea de la Educación es reducirla a 100 o 200 libros como mucho. O sea, 0,1 o 0,2 GB… Hay que reconocer que esta labor de imbecilización es más que notable. Enhorabuena. ¿Cuántos humanos han desarrollado alguna vez el Conocimiento Directo? ¿Ha hecho alguien alguna vez la labor de que lo hagan? ¿Alguien ha explicado alguna vez por qué los humanos tienen que estudiar para saber? Solo aquellos capaces de acceder al Conocimiento Directo podrán competir con las máquinas. Repito la pregunta: ¿Estáis locos, o qué?
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