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Foto del escritorTomás Morales y Durán

El Ridículo de Ser Humano (I)

Cuando se levanta el viento de la sabiduría y barre el polvo de la ignorancia, solo queda el ridículo de ser humano. A cualquier parte que miro solo veo ridiculeces. Nada es capaz de soportar ni el más mínimo debate.  Ni nadie. Todo es tan estúpido que es increíble que se sostenga solo. Todo es todo. Mire a donde mire. DINERO Empiezo por lo más ridículo. El dinero. Es la cadena que usa el estado para atar corto a sus esclavos a los que llama “ciudadanos”. La gente ama el dinero, y ni siquiera sabe que es la cadena que le encadena. El argumento es bien simple: todo dinero procede del estado o de aquellos a los que subcontrata para crear dinero de la nada. Bancos centrales y bancos comerciales. De la nada es de la nada. Aquí es banquero es Dios. O lo más parecido. Esta gentuza fabrica el dinero, bien mediante acuñación o simple tecleo. Fabrica cebos. Luego en un alarde de “generosidad” el gobierno de turno inyecta ese dinero a su sociedad… pero a cambio de trabajo o bienes reales, tangibles. Es lo que llaman “gasto público”. Los funcionarios o trabajadores públicos venden su trabajo, su tiempo y si vida a cambio de papelitos. La empresas suministran bienes reales y servicios y construcciones a cambio de papelitos. Al Estado no le cuesta nada dar papelitos. Luego, a través de comercio, maldito comercio, ese dinero, esos papelitos se van cambiando por trabaji real, por bienes reales, por servicios reales. Así, si llegas al lugar más recóndito de la sierra cualquier indígena tiene un billete en el bolsillo. Hasta allí llega la infamia. Y luego, una vez echado el cebo, a recoger con el anzuelo. Todo el dinero va de vuelta al Estado gracias a eso tan estupendo que se llaman “impuestos”. Así, si se recoge todo, el déficit público será cero. Objetivo cumplido. Si queda algo por recoger, no hay problema, se apunta a lo que se llama “Deuda Pública”. Así, si se acaba con la Deuda Pública, simplemente la gente no tendrá dinero alguno. Si esto lo hace un particular sería un escándalo. Una pareja va a un restaurante y pide la carta. Eligen. Les sirven y pagan. Al salir el chico le dice a la chica que espere un momento. Se acerca a la dueña del restaurante y le exige que le devuelva lo que le ha pagado… “impuestos” dice… Viendo la cara de desolación de la empresaria al regresarle el billete, el chico le deja una propinilla: tome… no se ponga así, un poco de déficit público para que respire. Pero, no se olvide, se lo llevo apuntado todo en la Deuda Pública. Un día pasaré por aquí y le retiraré todas las propinas que le he ido dejando… El dinero es el cebo del anzuelo de los impuestos de un estado que comercia con tu estupidez de pez. ¿Trabajas por dinero? ¿Te gusta el dinero? ¿Harías todo por dinero? Tranquilo, aun queda mucho más… POLITICA En las sociedades primitivas había hombres importantes que exigían a los menos importantes que trabajaran para ellos. Un día, los menos importantes se llevaron una guillotina a ver al hombre importante y se trajeron su cabeza goteando sangre. Lo de ser importante empezó a ser peligroso. Así que los hombres importantes inventaron la “democracia”. Fue un invento, porque lo que Atenas implementó era una aristocracia: en Grecia la gente no era “igual”. Este invento se sustenta en la idea tan bonita como estúpida de que todo el mundo es “igual”… Y es dogma de fe: si se te ocurre cuestionarlo te invitan amablemente a la hoguera… Como la gente es imbécil por pura estadística y agarrando el principio de que todo el mundo no puede estar equivocado, asi la Tierra era plana y lo sigue siendo para muchos porque en la Biblia el diablo le mostró a Jesús todos los reinos de este mundo… o sea, tiene que ser plana por narices… Y los dinosaurios son decorados de Hollywood que los evolucionistas han puesto ahí para confundir a los hijos de Dios… Descubrir que la gente es imbécil es genial. Y los que no son imbéciles que aplauden con las orejas están los que no participan de la política, o sea, los idiotas. Solo tienes que subcontratar a mentirosos para que se ganen la vida mintiendo a los imbéciles con el fin de que los hombres importantes sigan no ya viviendo del cuento, sino robándoles todo a los imbéciles y además a los idiotas, todo por el mismo precio. Lo de subcontratar mentirosos tiene además la ventaja de que, si los tontos se vuelven a rebelar, es la cabeza de los políticos la que rueda, no la suya. Y, además, salen “gratis total”. Con dejarles las migajas del latrocinio tienen suficiente. Así los tontos se quejan de la corrupción galopante sin entender que sin ella a ver quien paga a los estafadores que les tienen entretenidos mientras los hombres importantes se quedan con todo lo suyo… eso que llaman “desigualdad”. Pero ¿no éramos todos iguales? ECONOMIA Como no puede ser de otra forma, la Economía está hecha para los hombres importantes. No pensarás que sea de otra forma. ¿Trabajan los hombres importantes? Por supuesto que no. O sea, el trabajo se paga mal y debe soportar el peso de los impuestos. ¿Qué tienen los hombres importantes? Dinero. O sea, la economía debe girar a pagar al que tiene dinero… ¿Qué hace el que tiene dinero? Lo deja. DEJA. Un rato. Para tenerlo acumulado lo usa. Así con un poco de dinero no hay problema en encontrar una bola de esclavos dispuestos a poner conocimiento empresarial, arquitectónico, ingenieril para crear una “empresa”. Y esclavos encantados con dejarse explotar para hacer más rico al rico a cambio de comida y vestido. Los esclavos no ahorran. No se puede permitir. ¿Un esclavo con ahorros? No trabajaría… Libre empresa. Libertad de circulación de capitales. Y a veces, libertad de circulación de esclavos. TRABAJO Etimológicamente proviene del nombre de un instrumento de tortura romano, el Tripalium. Una especie de cruz en forma de aspa con un palo vertical que sostiene la estructura. Tuvo su importancia cuando era imprescindible y gracias a eso los proletarios, una especie de ganaderos de sus propios hijos, arrancaron a los hombres importantes beneficios sociales que, gracias al neoliberalismo, son prescindibles. La mano de obra cada vez es más barata. Así un trabajador puede ser considerado realmente como un “siervo mostrenco”. Está ahí. No tienes que mantenerle si no trabaja. Al esclavo sí. Había una serie de prerrogativas de comida, teco, vestido y salud, que no elo siervo ni el trabajador tienen. Si no trabajan, no comen. Y si trabajan es justo para poder seguir trabajando. Se les paga solo con lo que se mantenía a los esclavos, pero con la ventaja de que si no los ocupas no consumen recursos y además, y lo que te ahorras en látigos… Los más afortunados son los esclavos, ahora llamados “funcionarios”. Ahora que, para llegar ahí hace falta demostrar una sumisión a prueba de hambre. El caso es que entre vivir e impuestos no les quede nada. Cero. Ese es su pago: cero. Esa es su condición: esclavitud o servilismo. Y si no quieren prostituirse se les mata de hambre: se compran humanos a precio de rata en Asia y ahí viene la panacea de la robotización. En veinte años la mitad de los trabajos se esfuman. Los hombres importantes están debatiendo si dejar que se mueran de hambre o concederles una renta básica, por aquello de que si no hay pobres… ¿de qué sirve ser rico? Decoran… llenan las calles y son imbéciles ¿qué más quieren? Si te viste reflejado en una parte (o en todo) de este artículo, tienes un serio problema. Se llama Ignorancia. Pero, aunque es mortal en la mayoría de los casos, se puede curar. Mira al Buddha o incluso a Diógenes. Ambos se curaron.

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