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Sabemos que el Buddha pertenecía al clan Ādiccā de la raza sākka: (ādiccā nāma gottena, Sākiyā nāma jātiyā, SNP 3.1), es por ello que el nombre gotra del Buddha era Ādiccā y él mismo fue llamado Ādiccabandhu: “el pariente del clan Sol”. Sin embargo, los textos tempranos con fragmentos biográficos, como el Ariyapariyesana Sutta MN 26, no hacen mención del nombre o nombres de Buddha en absoluto, y esto es porque prohibió específicamente que le llamaran por su nombre.
Cuando el Buddha se reúne con los cinco ascetas después de su despertar que se dirigen a él “por su nombre y como amigo”. El Buddha les dice que no le llamen por su nombre porque él es un arahant, un Tathāgata perfectamente despierto. Fue entonces su nombre borrado de los textos, porque no era apropiado para los bhikkhus que lo usaran. Es en este pasaje donde les prohíbe expresamente que nombren su nombre:
Colección de Discursos de Mediana Longitud
MN26. La Noble Búsqueda
Algunos salieron a recibirme y recibieron mi cuenco y mi túnica, algunos extendieron un asiento, mientras que otros pusieron agua para lavarme los pies. Pero todavía se dirigían a mí por mi nombre y como “reverendo”. Entonces les dije:
—Bhikkhus, no se dirijan a mí por mi nombre ni como “reverendo”. El Realizado es perfecto, un Buddha completamente despierto. Escuchen, bhikkhus: ¡he logrado lo Inmortal! Yo les instruiré, les enseñaré el Dhamma. Si practican según las instrucciones, pronto se darán cuenta del fin supremo del camino espiritual en esta misma vida. Viviréis habiendo logrado con vuestra propia intuición el objetivo por el que los caballeros pasan con razón de la vida laica a la indigencia.
Es posible que los primeros buddhistas inicialmente minimizaron el nombre personal del Buddha por la misma razón que no utilizaron imágenes antropomórficas de Buddha.
Así que su nombre se olvidó.
Entonces, ¿por qué fue posteriormente volvieron a nombrarle?
Los compiladores de los Nikayas se refieren a él como “Gotama”, y es típico encontrar la palabra por todos los textos.
Sin embargo, “Gotama” no es un nombre propio sino un nombre gotra. El Gotra es un segmento de linaje dentro de una casta india. El gotra prohíbe los matrimonios mixtos en virtud de la descendencia de los miembros de un ancestro mítico común, un factor importante para determinar posibles alianzas matrimoniales hindúes. El nombre sánscrito, que significa “cobertizo de ganado”, indica que el segmento de linaje contemporáneo actuó como una familia conjunta, teniendo posesiones en común.
Originalmente el gotra se refería a uno de los siete segmentos del linaje de los sacerdotes brahmanes, que trazan su descendencia de los siete antiguos videntes: Atri, Bharadvaja, Bhrigu, Gotama, Kashyapa, Vasishtha y Vishvamitra. Un octavo gotra se agregó desde el principio, el Agastya, que lleva el nombre del vidente íntimamente vinculado con la difusión del hinduismo védico en el sur de la India. En tiempos posteriores, el número de gotras proliferó cuando se sintió la necesidad de justificar la descendencia brahmánica reclamando pertenecer al linaje de un vidente védico.
La práctica de prohibir el matrimonio entre miembros del mismo gotra tenía la intención de mantener el gotra libre de defectos hereditarios y también para ampliar la influencia de un determinado gotra por alianzas más amplias con otros linajes poderosos. El sistema fue, hasta cierto punto, adoptado por grupos que no eran brahmanes a fin de adquirir algo del prestigio social otorgado a los brahmanes.
Originalmente, los kshatriya (guerreros-nobles) también tenían sus propias dinastías, las principales tradicionales eran las dinastías Lunar y Solar, a las que los héroes de las epopeyas sánscritas el Majábharata y el Ramayana pertenecían respectivamente. Las epopeyas no presentan un cuadro suficientemente claro para determinar la exogamia de tales linajes; las alianzas matrimoniales parecen haber estado motivadas más bien por consideraciones territoriales. En épocas posteriores, los Kshatriya y los Vaishya (comerciantes-artesanos) también adoptaron el concepto de gotra a su manera, asumiendo para sus grupos el nombre gotra de sus brahmanes adyacentes o los de sus gurús (guías espirituales), pero esta innovación nunca fue muy influyente.
Akṣapāda Gotama es uno de los Saptarshis (del sánscrito: सप्तर्षि saptarṣī), considerados los siete patriarcas de la religión védica. Fue un filósofo indio temprano que escribió los Nyāya Sutras, antiguos textos en sánscrito indio que constituyen el fundamento de la escuela Nyāya de la filosofía hindú. Las contribuciones más significativas de esta escuela a la filosofía india fueron el desarrollo sistemático de la teoría de la lógica, la metodología y sus tratados de epistemología.
Como el Buddha no solo no era brahmán sino que ni siquiera ningún sākka lo era, Gotama no podría ser su nombre de ninguna manera. Sin embargo, etimológicamente, la palabra Gotama significa “el mejor buey” del sánscrito गो (go) “buey, vaca” y तम (tama) “mejor”. Es posible que fuera elegido en su acepción de “el mejor buey” de los sākkas. Por tanto, la elección de Gotama vendría a significar, “el mejor buey de los parientes del sol”, una forma de decir que era el más insigne de los sākkas.
Más tarde, empezó a emplearse el nombre Siddhārtha que se considera como un compuesto bahuvrīhi y viene a significar “uno que logra su propósito”. La forma pali del nombre, Siddhatta, sólo ocurre en el Apadana, las partes en prosa de los Jatakas, unos trabajos muy tardíos. Aunque la palabra no aparece ni en los Nikayas pāli ni en el Vinaya como nombre del Buddha, sí se utiliza para otras personas, entre ellas un Buddha del pasado. La forma vocativa de Siddhatta sólo ocurre fuera del canon, lo que significa que nadie será calificado como “Siddhartha” en los Nikayas o en el Vinaya.
Realmente no sabemos cómo se llamaba el Despierto porque nunca quiso que lo supiéramos. Posiblemente fue su forma de centrar la atención no en el individuo, su nacimiento, su origen, sino en su Realización, lo que posteriormente se usará políticamente para implantar en dos ocasiones el budismo en India con el fin de minimizar el sistema de castas y el poder de los brahmanes.
El Buddha no dejó sucesor ni nombre que recordara su último destino humano.
Todos los buddhistas reconocen la figura de su fundador histórico, a pesar de que se trata a menudo en epítetos impersonales como bhagavat-, arahant, Tathāgata, sugata, mahāśrāmaṇa etc.
Para muchos buddhistas tardíos el Buddha histórico se sustituye por figuras míticas como Amitābha o Avalokiteśvara como el foco de su fe. Para los Mahāyāna en términos generales el Buddha histórico es de interés secundario comparado con los buddhas y bodhisattvas arquetípicos. De hecho, el propio Buddha tradicional adquiere un aspecto más arquetípico y se convierte en Sakyamuni, el cuerpo de manifestación (nirmanakaya) del principio abstracto del despertar, una manifestación de un principio trascendental, más importante para ellos que la persona física.
Al Buddha le gustaba referirse a sí mismo con el término Tathāgata que significa literalmente “el que se ha ido” haciendo referencia a que ha cortado los lazos de la existencia y no renacerá. Este sutta lo ilustra a la perfección:
Colección de Discursos Agrupados Numéricamente
4.36 Doṇa
Se acercó Doṇa el brahmán al Buddha y le dijo:
—Señor, ¿podría ser usted un dios?
—No seré un dios, brahmán.
—¿Podría ser un hada?
—No seré un hada.
—¿Podría ser un espíritu nativo?
—No seré un espíritu nativo.
—¿Podría ser un humano?
—No seré un humano.
—Cuando le preguntan si puede ser un dios, un hada, un espíritu nativo o un ser humano, responde que no será ninguno de estos. ¿Qué podría ser usted entonces?
—Brahmin, si no hubiera renunciado a las impurezas, podría haberme convertido en un dios… un hada… un espíritu nativo… o un humano. Pero he renunciado a esas impurezas, las corté de raíz, las hice como un tocón de palma, las borré para que no puedan surgir en el futuro. Supongamos que hubiera un nenúfar azul o un loto rosado o blanco. Aunque brotó y creció en el agua, se elevaría por encima del agua y permanecería sin agua adherida a él. De la misma manera, aunque nací y crecí en el mundo, vivo dominado el mundo, y el mundo no se me pega. Recuérdame, brahmán, como un Buddha. Podría haber renacido como un dios o como un hada volando por el cielo. Podría haberme convertido en un espíritu nativo o regresar como humano. Pero las impurezas que podrían provocar estos renacimientos las terminé, las destrocé y las destruí. Como un loto elegante, al que el agua no se adhiere, el mundo no se adhiere a mí, y por eso, brahmán, soy un Buddha.
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