No hay prisión más perfecta que la que no necesita muros, ni barrotes, ni guardias. No hay mejor prisión que la mentira. Es portátil y el preso la lleva encima adonde quiera que vaya. No pesa, es ligera y el mismo reo la mantiene, la conserva e incluso convence a otros para compartirla.
¿Quién es más preso?
¿El carcelero o el recluso? Los dos viven en la misma cárcel. El recluso vive en la cárcel porque le han metido ahí dentro. El recluso es una persona libre que vive en una prisión. El carcelero vive en la cárcel porque es donde quiere vivir. Es una persona presa que vive en una prisión.
Si le liberan, el recluso no vuelve a la prisión.
Todas las mañanas, el carcelero regresa a su prisión.
¿Quién es más libre?
¿Quién es más pobre?
¿El rico que nunca sacia su ansia de dinero o aquel que nada quiere? ¿Quién tiene más necesidad? ¿Quién está dispuesto a degradarse, a prostituirse por dinero? ¿Quién es el mendigo? ¿Quién es el desgraciado?
¿A quien le atormentan las pesadillas de perder su dinero?
¿Quién de los dos cuenta sus amistades como verdaderas?
¿Quién es más rico?
La mentira te hace esclavo, preso, mendigo y desgraciado.
Es tu concha y no sabes vivir sin ella.
Comments