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Foto del escritorTomás Morales y Durán

El Buddha Enojado

Existen dos falsas concepciones muy extendidas por las cuales el Buddha era todo amor y paz, y por otra, que cualquier clase de concepción errónea es respetable. Ambas ideas perniciosas se alimentan mutuamente. Puedo pensar lo que quiera, que todo es buddhismo. Puedo pensar lo que quiera, porque el Buddha es todo amor y paz. Puedo pensar lo que quiera que todo es amor y paz. Por tanto, como el Buddha es todo amor y paz, puedo pensar lo que quiera. No. No, precisamente. Hay que entender que la misión que tiene un buddha es luchar contra la ignorancia. El buddha fue prisionero en la guerra contra la ignorancia, que ha recuperado su libertad y no está en disposición de tolerarla ni consentirla. Una persona corriente que vive dentro de su propia prisión de ignorancia, muy a gusto, no entiende como un arahant puede enojarse de esta forma. ¿No es todo amor y paz y beneficio de los demás? El único beneficio hacia los demás es extirparles la ignorancia. Con ello, les extirpas el sufrimiento y todo lo malo que ello acarrea. Pero la ignorancia sabe defenderse muy bien, y en los necios logra ser una fortaleza inexpugnable. Y es una pelea en la que el “amor y paz” estorban. Y, sí. El Buddha se enfadaba y mucho. En este sutta, el número 38 de la colección de discursos medios, el monje Sāti expone que la conciencia es la misma de un nacimiento al siguiente. Esta opinión, hoy muy extendida, merece la reprobación, el enfado, el insulto, y el escarnio ante todo el Sangha del Buddha. Echa la bronca y explica. Pero echa la bronca. La compasión de un Buddha se muestra así, en su lucha contra la ignorancia. En molestarse en regañar a un necio. Nunca en el respeto hacia el necio.

Majjhima Nikaya 38 Mahatanhasankhaya Sutta Gran discurso sobre la destrucción de la avidez

“¿Qué es esa conciencia Sāti?” “Venerable señor, es aquello que habla, siente y, aquí o allí, experimenta los buenos o malos resultados de las acciones”. “Hombre necio, ¿me has escuchado alguna vez predicar así la Enseñanza a alguien? Hombre necio, ¿no he dicho de muchas maneras que la conciencia surge dependientemente y que sin condición no hay surgir de la conciencia? Sin embargo, tú, hombre necio, con tu mala interpretación, nos calumnias, te dañas a ti mismo y generas mucho demérito. Esto te acarreará perjuicio y sufrimiento durante mucho tiempo”. Entonces el Bienaventurado dijo a los monjes: “¿Qué os parece, monjes? ¿Ha calado en el monje Sāti, el hijo del pescador, la Enseñanza y la Disciplina?”. “¿Cómo podría ser, venerable señor? No, venerable señor”. Dicho esto, el monje Sāti, el hijo del pescador se quedó sentado en silencio, perplejo, con los hombros caídos, cabizbajo, triste y sin palabras. Entonces el Bienaventurado, sabiendo esto, le dijo así: “Hombre necio, serás conocido por tu propia opinión perniciosa. Ahora preguntaré a los monjes”. Entonces, el Bienaventurado dijo a los monjes: “Monjes, ¿entendéis la predicación de la Enseñanza tal y como lo hace el monje Sāti, el hijo del pescador, que, con su mala interpretación, nos calumnia, se daña a sí mismo y genera mucho demérito?”. “No, venerable señor, el Bienaventurado ha dicho de muchas maneras que la conciencia surge dependientemente y que sin condición no hay surgir de la conciencia”. “Bien, monjes, bueno es que entendáis así la predicación de la Enseñanza, porque yo he dicho de muchas maneras que la conciencia surge dependientemente y que sin condición no hay surgir de la conciencia. “Sin embargo el monje Sāti, el hijo del pescador, hombre necio, con su mala interpretación nos calumnia, se daña a sí mismo y genera mucho demérito. Esto le acarreará perjuicio y sufrimiento durante mucho tiempo.

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