Una bucólica reminiscencia a aquellos renunciantes del Sangha del Buddha, de aquellos que salieron de la existencia cómoda de la civilización para irse a lo profundo del bosque y hacer de la vida salvaje su forma de vivir.
La vida en la selva era peripatéticamente igualitaria. Nadie era más que nadie porque nadie tenía profesiones o empleos reglados en la jerárquica sociedad védica. Hombrecillos salvajes, ninfas semidesnudas, tigres y serpientes. Era la contraposición a la incipiente urbanización en la llanura gangética.
Los renunciantes renunciaban a toda posesión y su vida dependía de las limosnas que los habitantes de las aldeas lindantes con el bosque quisieran darles. De ahí la palabra bhikkhu: aquel que pide para comer. Es por eso que se restringían a una conducta acorde con lo que esperaría la gente de familia de ellos.
De ahí las otras dos reflexiones: se espera que un renunciante se comporte como un renunciante, no como un cabeza de familia y su conducta sea ética. No dice virtuosa, sino ética.
Además, el renunciante debe poner a examen su conducta ante sus compañeros sensatos para que la evalúen.
Un renunciante es aquel que renuncia, y renuncia a aquello que ama. Carece de sentido renunciar a lo que se odia.
El renunciante debe vivir considerando el kamma en todo momento, asumiendo las consecuencias de sus propios actos y tomándolas como propias.
El autoanálisis debe llevarle a comprobar en qué clase de persona se está convirtiendo, si sigue siendo una persona corriente o es uno de los cuatro tipos de nobles, verificando los cambios que en él se han producido.
¿Se encuentra bien en una choza vacía? Es ahí donde debe practicar. En otras palabras ¿le sigue atrayendo la práctica?
Y, por último debe considerar si ha logrado alguna abhiñña o la visión de la realidad que le permita justificar esa vida de renunciante.
Idílica y en las antípodas de los que se hacen llamar monjes budistas o cosas así. Ellos no viven en la selva, viven en casas como cualquier laico. No salen del bosque a pedir comida para el día, a no ser que lo hagan de manera simbólica y envíen a un samana recién llegado. Viven bien, no trabajan y les mantienen ¿a qué han renunciado?
Su conducta es, a lo más, escrupulosamente virtuosa, haciendo ostentación de que cumplen la letra pequeña de las reglas, obviando todo lo sustancial. Ética no es virtud. No viven siendo conscientes de sus actos, si lo hicieran no vivirían así.
Y respecto a cambios en el camino de la nobleza, ahí lo tienen fácil: han renunciado a ella.
Y, a final, si hacen el balance, será de una vida estéril que no dio fruto alguno.
Colección de Discursos Agrupados Numéricamente AN 10.48 Diez reflexiones regulares para un Renuncia
—Bhikkhus, uno que ha salido a menudo debería revisar estas diez cosas.
—¿Que diez cosas?
—Alguien que ha salido a menudo debería revisar esto:
Me he convertido en un descastado.
Mi vida depende de los demás.
Mi comportamiento debería ser diferente del de los cabezas de familia.
Espero que no haya razón para culparme a mí mismo cuando se trata de la ética de mi conducta.
Espero que, después de un minucioso examen, mis compañeros de vida santa sensatos no reprochen ningún aspecto de mi ética.
Debo separarme de todo lo que aprecio y amo.
Soy el dueño de mis obras y heredero de mis obras: los hechos son mi matriz, mi pariente y mi refugio.
Soy el dueño de mis acciones, heredero de mis acciones, nacido de mis acciones, relacionado con mis acciones y tengo mis acciones como mi árbitro. Sea lo que sea que haga, para bien o para mal, de eso seré el heredero… Seré el heredero de cualquier acto que haga, sea bueno o malo.
A medida que pasan los días y las noches, ¿en qué tipo de persona me estoy convirtiendo?
¿Me regocijo en una choza vacía?
¿He alcanzado un logro sobrehumano, una distinción verdaderamente noble de conocimiento y visión, tal que, cuando mis compañeros en la vida santa me cuestionen en los últimos días de mi vida, no me sentiré avergonzado? Una persona que ha salido a menudo debería reflexionar sobre esto.
Estas son las diez cosas en las que una persona que ha salido debe reflexionar a menudo.
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