Al igual que en programación, el Dhamma puede darse interpretado o compilado. En el caso del Buddha, lo vió completo en las 36 horas en las que transcurrió su iluminación. Vió el conjunto completo y lo comprendió. A partir de ahí, durante sus 45 años de enseñanza lo que hizo fue interpretarlo según le fue necesario para explicar uno u otro aspecto. La interpretación significa que tuvo que hacer el esfuerzo de verbalizar, racionalizar y explicar cada aspecto que se ve en los suttas. La interpretación, al igual que en programación, requiere de más tiempo en ejecución porque se debe traducir a palabras, lo que requiere de bastante tiempo. Por ejemplo, nos fijaremos en el Bodhirajakumara Sutta, MN85, donde describe todo su proceso de iluminación. En este sutta, cuando ya fue convencido por el deva de que enseñara, después de varias vicisitudes, fue a la búsqueda de los cinco ascetas que se encontraban en un barrio de Varanasi. Esto dice el sutta: Colección de Discursos Medianos Majjhima Nikaya 85 Bodhirajakumara Sutta “Entonces, príncipe, recorriendo los estados, finalmente llegué a Benarés, al Parque de los Venados, en Isipatana, donde estaba el grupo de los cinco monjes y me acerqué a ellos. En ese momento, el grupo de los cinco monjes me vio venir desde cierta distancia. Y, viéndome, se pusieron de acuerdo entre sí de esta manera: ‘Amigos, este asceta Gotama está viniendo; él vive ahora en abundancia, está vacilando en su esfuerzo y ha vuelto a la vida abundante. Él no debería ser saludado, ni deberíamos ponernos de pie, ni debería ser recibido su cuenco ni su hábito amarillo; sin embargo, el asiento pude ser puesto y él puede sentarse, si lo desea. Sin embargo, mientras me acercaba, aquellos monjes se encontraron con que no fueron capaces de adherirse a su propio acuerdo previo; pues uno salió a recibirme, otro tomó mi cuenco y hábito exterior, otro me preparó el asiento y otro trajo el agua para lavar mis pies. Sin embargo, se dirigían a mí por mi nombre, usando el epíteto ‘amigo’. “Por eso les dije: ‘No os dirijáis, monjes, al Tathagata por su nombre, usando el epíteto «amigo». El Tathagata, monjes, es un Arahant, perfectamente despierto. Prestad atención, monjes, lo inmortal ha de ser hallado. Voy a instruiros y voy a enseñaros el Dhamma, haciendo recorrido acorde a lo que debe ser disfrutado, realizado pronto, aquí y ahora, por vuestro propio conocimiento: la meta suprema de la vida santa, por la cual el joven hombre hogareño correctamente renuncia a la vida hogareña, para vivir el estilo de vida sin hogar’. “Cuando esto fue dicho, el grupo de los cinco monjes se dirigió a mí con estas palabras: ‘Pero tú, amigo Gotama, no alcanzaste el estado del hombre superior, la eminencia de la visión del verdadero noble conocimiento, la perfección de la conducta mediante el curso de la práctica de austeridades. ¿Cómo puedes tú llegar al estado del hombre superior, a la eminencia de la visión del verdadero noble conocimiento, mientras vivas en abundancia, estés vacilando en tu esfuerzo y hayas vuelto a la vida abundante?’. Cuando esto fue dicho, me dirigí al grupo de los cinco monjes con estas palabras: ‘El Tathagata, monjes, no vive en abundancia, no está vacilando en su esfuerzo ni ha vuelto a la vida abundante. El Tathagata, monjes, es un Arahant perfectamente iluminado. Prestad atención, monjes, lo inmortal ha de ser hallado. Voy a instruiros y voy a enseñaros el Dhamma, haciendo recorrido acorde a lo que debe ser disfrutado, realizado pronto, aquí y ahora, por vuestro propio conocimiento: la meta suprema de la vida santa, por la cual el joven hombre hogareño correctamente abandona la forma de vida hogareña, para vivir el estilo de vida sin hogar’. “Y por segunda vez, el grupo de los cinco monjes se dirigió a mí con estas palabras: ‘Pero tú, amigo Gotama, no alcanzaste el estado del hombre superior…’ y por segunda vez me dirigí al grupo de los cinco monjes con estas palabras: ‘El Tathagata, monjes, no vive en abundancia…’. Y por tercera vez, el grupo de los cinco monjes se dirigió a mí con estas palabras: ‘Pero tú, amigo Gotama, no alcanzaste el estado del hombre superior… ¿Cómo puedes tú llegar al estado del hombre superior, a la eminencia de la visión del verdadero noble conocimiento, mientras vivas en abundancia, estés vacilando en tu esfuerzo y hayas vuelto a la vida abundante?’. “Cuando esto fue dicho, les pregunté a los cinco monjes: ‘¿Aceptáis, monjes, que nunca he hablado a vosotros de esta manera?’. ‘No lo hiciste, venerable señor’. ‘El Tathagata, monjes, es un Arahant plenamente iluminado. Prestad atención, monjes, lo inmortal ha de ser hallado. Voy a instruiros y voy a enseñaros el Dhamma, haciendo recorrido acorde a lo que debe ser disfrutado, realizado pronto, aquí y ahora, por vuestro propio conocimiento: la meta suprema de la vida santa, por la cual el joven hombre hogareño correctamente abandona la forma de vida hogareña, para vivir el estilo de vida sin hogar. “Entonces, supe convencer al grupo de los cinco monjes. Después de esto sucedió que, algunas veces instruía a dos monjes, mientras los otros tres salían en busca de la comida de las limosnas y, los seis, nos alimentábamos de lo que aquellos tres monjes traían de las limosnas. Otras veces instruía a tres monjes, mientras los otros dos salían en busca de la comida de las limosnas y, los seis, nos alimentábamos de lo que aquellos dos monjes traían de las limosnas. “Entonces, los monjes del grupo de los cinco, no mucho después de haber sido enseñados e instruidos por mí, mediante el descubrimiento por ellos mismos y con el conocimiento directo, en esta presente vida, entraron y permanecieron en aquella meta suprema de la vida santa, por la cual los hombres de clan correctamente abandonan la vida hogareña y asumen el estilo de vida sin hogar”. En este sutta vemos que el Buddha requirió de varios días para explicar las Cuatro Nobles Verdades que es el contenido de ese discurso. Si el Buddha hubiera tenido racionalizado y verbalizado este conocimiento, una o dos horas hubieran sido más que suficientes para que los ascetas o comprendieran, que es lo que se tarda en comprender. Esa diferencia temporal indica que el Buddha, mientras lo explicaba, o iba traduciendo o, dicho de otra forma, lo iba interpretando. El Dhamma interpretado tiene las ventajas de que puede ser revelado en una sola sesión, y que, desde el principio, se tiene la visión de conjunto. De forma simétrica, la interpretación tiene el inconveniente de que solo se tiene la visión de conjunto, y que es revelado en una sola sesión, o sea, se debe disponer de una memoria y una comprensión extraordinarias para mantenerlo en mente durante años y años. Otra ventaja es que no requiere de escritura. Al no estar verbalizado es imposible escribirlo. Al interpretarse en cada momento, debe ser verbalizado, lo que exige un trabajo extra. Así, la forma de uso es verbalizar y enseñar. A cada uno el aspecto que necesite. El inconveniente es que se necesita a personas que vayan recordando cada aspecto, cada tema, cada sutta. La escritura se sustituye por la memoria. En el tiempo del Buddha en India, los arios acabaron con la escritura preexistente, por lo que el único Dhamma capaz de ser revelado es el destinado a la interpretación. La otra forma de que tiene el Dhamma de ser revelado es mediante la compilación. En este caso, se revela cada aspecto particular, uno a uno. Una vez revelado, comprendido y visto, cada aspecto se verbaliza, racionalizar y se escribe, ya que las palabras deben ser recordadas y son demasiadas para que la memoria pueda usarse, por lo que se requiere de una cultura escrita. Es interesante observar que, a pesar de su número, ninguna revelación se repite. De esta manera, de manera similar a un mosaico, donde cada pieza se crea, se da forma y se colorea, poco a poco se va viendo todo el conjunto y es solo al final, cuando se tiene la comprensión completa, el cuadro total. La compilación requiere de mucho más trabajo previo, pero una vez concluido, la tarea de enseñar se facilita muchísimo, porque puede ser estudiado previamente y así el maestro solo tiene que contestar dudas o detallar algún aspecto que haya quedado difuso o poco claro. Es diferente enseñar con libros de texto, donde solo tienes que explicar, que elaborar el temario en tiempo real mientras impartes la materia, donde el receptor va a entender lo que le dices, pero otro que lo oiga más tarde no lo va a entender, como así le pasó al Buddha. Solo recordamos lo que sucedió en el primer Concilio que, precisamente por la falta de comprensión, resultó cismático. No tiene sentido usar un Dhamma interpretado como compilado porque la interpretación solo la puede hacer un Sammasambuddha en cada acto de enseñanza. Por eso, los suttas no sirven de enseñanza, más que para comprobación a posteriori, después de ver e Dhamma en su grandeza aun sea solo aspecto particular por aspecto particular.
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