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Foto del escritorTomás Morales y Durán

Destinos Infernales

Las reglas del Samsara no las puso el Buddha. Él exclusivamente las describió sin explicar los mecanismos que las rigen. Sin embargo, usando las reglas básicas de la condicionalidad, resulta más que evidente de que para que sean coherentes no pueden ser de otro modo. En ellas vemos que los renacimientos rarísima vez evitan el infierno, o el mundo animal o el de los espíritus hambrientos y que muy pocos humanos vuelven a renacer como humanos y, si lo hacen, lo será en unas circunstancias que los llevarán de nuevo a un destino infeliz, principalmente al infierno. Porque hay muy pocos que han visto al Tathagata, menos aún aquellos que oyeron el Dhamma de su boca, menos aún los que lo retienen, menos aún los que lo examinan, menos aún los que lo entienden, menos aun los que practican de acuerdo al Dhamma, menos aún los que tienen un sentido de urgencia para hacer el esfuerzo, menos aun los que logran la concentración, menos aun los que saborean el sabor de la comprensión del Dhamma. Hay muy pocos que han renacido como humanos, de esos muchos no han nacido en condiciones de tener acceso al Dhamma. De los pocos que sí lo han tenido, la mayoría no tiene la inteligencia suficiente o son tontos sin remedio. De los que siendo inteligentes y teniendo opción a conocer el Dhamma, la mayoría vivirá ajena a la realidad, enajenada en vidas fútiles que le arrastrarán al infierno. Otros, aun ostentando esas condiciones, preferirán discursos bonitos que leyeron una vez y no tomarán en cuenta el Dhamma. Otros, aun teniendo acceso al Dhamma no son capaces de retenerlo. Otros, reteniéndolo y sabiéndolo recitar, no lo entienden. Otros, entendiéndolo no sabrán cómo lograr la práctica de la concentración de acuerdo con el Dhamma. Otros, aun sabiendo practicar no tienen noción de urgencia y no pondrán el esfuerzo necesario. Otros, por último, a pesar de todo, no lograrán llegar a saborear la liberación del Dhamma. ¿Y esto, por qué es? Porque hay pocos seres que renacen como humanos, en un entorno propicio, que son inteligentes, pero que piensan que cualquier cosa es válida si es “su” cosa, que el Samsara es democrático y que las doctrinas son libres y que tienen el derecho inalienable a liberarse hagan lo que hagan, siguiendo a quien sigan y practicando lo que tengan a bien. Porque creen que como nacieron humanos, son humanos, siempre fueron humanos, serán humanos y en esta humanidad parten desde cero, sin ningún kamma que les ate y que todo es de aquí para arriba. Que el infierno si existiera es descartable, y desde su errónea atalaya sostienen que todos los seres se liberarán tarde o temprano porque ellos tienen el increíble poder de liberar a los seres… a todos los seres, en cuanto se lo propongan. Y no se dan cuenta de que esta será su última vida como humanos, que de una forma extraordinaria han llegado hasta aquí. No son conscientes de que para ellos una pequeña falta los llevará de nuevo al infierno, y todos esos méritos contraídos no les servirán de nada en los reinos del terror. Y como no ven ni entienden que el Samsara en su conjunto se precipita al infierno, por mucho que recitan que todo es sufrimiento, y que siempre ahora es mejor que siempre luego para tratar de escapar de él. La infinita compasión del Buddha consiste en el enorme esfuerzo de tratar de rescatar a aquellos que aún pueden salvarse a pesar de estar rodeados de necios que han se han sentenciado a sí mismos cuyo único afán es arrastrar a todo el que puedan apresar en su caída, maestrillos infernales consagrados a la tarea de distraer a la gente para que no se apreste a saltar del Samsara. La necedad no es cuestión de elección. Son seres que saltaron del infierno y siguen anclados a él mediante esa misma necedad que usarán son reparos para agarrar a todo el que puedan mientras que los tontos van cayendo solos. Y esa misma necedad los lleva a hacer temeridades como calumniar a los nobles, con mal de habla y mente. Larguísima condena, inmenso sufrimiento por cien mil treinta y seis nirabbudas, más cinco abbudas en el infierno. El tema es grave y muy urgente. Nunca estuvo peor y seguirá empeorando hasta el final. Colección de discursos agrupados numéricamente 333–377. Cuarto sub-capítulo “Monjes, al igual que en este Jambudipa son pocos los parques deliciosos, arboledas, paisajes y estanques con lotos, mientras que más numerosas son las colinas y las laderas, ríos difíciles de cruzar, lugares con troncos y espinas, y montañas escabrosas, así también son pocos los seres que han nacido en la tierra seca, mientras que son más numerosos los seres que han nacido en el agua. …así también son pocos los seres que han renacido entre los seres humanos, mientras que son más numerosos los seres que han renacido en otra parte que entre los seres humanos. …así también son pocos los seres que han renacido en las provincias del medio, mientras que son más numerosos los seres que han renacido en las provincias periféricas, entre los extranjeros groseros. …así también son pocos los seres que son sabios, inteligentes, capaces de entender lo que ha sido dicho bien o mal; mientras que son más numerosos aquellos seres que no son sabios, estúpidos, obtusos, incapaces de entender lo que ha sido dicho bien o mal. …así también son pocos los seres que son equipados del noble ojo de la visión; mientras que son más numerosos aquellos seres que están confusos e inmersos en la ignorancia. …así también son pocos los seres que llegan a ver al Tathagata; mientras que son más numerosos aquellos seres que no llegan a verlo. …así también son pocos los seres que llegan a escuchar el Dhamma y disciplina expuesto por el Tathagata; mientras que son más numerosos aquellos seres que no llegan a escucharlo. …así también son pocos los seres que, habiendo escuchado el Dhamma, lo retienen en su mente; mientras que son más numerosos aquellos seres que, habiendo escuchado el Dhamma, no lo retienen en su mente. …así también son pocos los seres que, habiendo retenido el Dhamma en su mente, lo examinan; mientras que son más numerosos aquellos seres que, habiendo retenido el Dhamma en su mente, no lo examinan. …así también son pocos los seres que entienden el significado del Dhamma y luego practican de acuerdo con el Dhamma; mientras que son más numerosos aquellos seres que no entienden el significado del Dhamma ni tampoco practican luego de acuerdo con el Dhamma. …así también son pocos los seres que adquieren el sentido de urgencia acerca de cosas que inspiran urgencia; mientras que son más numerosos aquellos seres que no adquieren el sentido de urgencia acerca de cosas que inspiran urgencia. …así también son pocos los seres que adquieren el sentido de urgencia y realizan un cuidadoso esfuerzo; mientras que son más numerosos aquellos seres que no adquieren el sentido de urgencia y no realizan esfuerzo cuidadoso alguno. …así también son pocos los seres que obtienen la concentración, unificación mental basada en la liberación; mientras que son más numerosos aquellos seres que no obtienen la concentración, unificación mental basada en la liberación. …así también son pocos los seres que obtienen el exquisito sabor de una comida deliciosa; mientras que son más numerosos aquellos seres que no obtienen semejante comida, sino que subsisten de los restos traídos en el cuenco. …así también son pocos los seres que obtienen el sabor de la comprensión, el sabor del Dhamma, el sabor de la liberación; mientras que son más numerosos aquellos seres que no obtienen el sabor de la comprensión, el sabor del Dhamma, el sabor de la liberación. Por eso, monjes, debéis entrenaros de esta manera: `Obtendremos el sabor de la comprensión, el sabor del Dhamma, el sabor de la liberación`. De esta manera, monjes, debéis entrenaros. “Monjes, al igual que en este Jambudipa son pocos los parques deliciosos, arboledas, paisajes y estanques con lotos, mientras que más numerosas son las colinas y las laderas, ríos difíciles de cruzar, lugares con troncos y espinas, y montañas escabrosas, así también son pocos los seres que, cuando mueren como seres humanos, renacen entre los seres humanos. Son más numerosos aquellos seres que, cuando mueren entre los seres humanos, renacen en el infierno.  …en el reino animal. …en la esfera de los espíritus hambrientos. “…así también son pocos los seres que, cuando mueren como seres humanos, renacen entre los devas. Son más numerosos aquellos seres que, cuando mueren entre los seres humanos, renacen en el infierno.  …en el reino animal.  …en la esfera de los espíritus hambrientos. “…así también son pocos los seres que, cuando mueren como devas, renacen entre los devas. Son más numerosos aquellos seres que, cuando mueren como devas, renacen en el infierno.  …en el reino animal.  …en la esfera de los espíritus hambrientos. “…así también son pocos los seres que, cuando mueren como devas, renacen entre los seres humanos. Son más numerosos aquellos seres que, cuando mueren como devas, renacen en el infierno.  …en el reino animal.  …en la esfera de los espíritus hambrientos. “…así también son pocos los seres que, cuando mueren en el infierno, renacen entre los seres humanos. Son más numerosos aquellos seres que, cuando mueren en el infierno, renacen en el infierno.  …en el reino animal. …en la esfera de los espíritus hambrientos. “…así también son pocos los seres que, cuando mueren en el infierno, renacen entre los devas. Son más numerosos aquellos seres que, cuando mueren en el infierno, renacen en el infierno.  …en el reino animal.  …en la esfera de los espíritus hambrientos. “…así también son pocos los seres que, cuando mueren en el reino animal, renacen entre los seres humanos. Son más numerosos aquellos seres que, cuando mueren en el reino animal, renacen en el infierno. …en el reino animal.  …en la esfera de los espíritus hambrientos. “…así también son pocos los seres que, cuando mueren en el reino animal, renacen entre los devas. Son más numerosos aquellos seres que, cuando mueren en el reino animal, renacen en el infierno.  …en el reino animal. …en la esfera de los espíritus hambrientos. “…así también son pocos los seres que, cuando mueren en la esfera de los espíritus hambrientos, renacen entre los seres humanos. Son más numerosos aquellos seres que, cuando mueren en la esfera de los espíritus hambrientos, renacen en el infierno.  …en el reino animal. …en la esfera de los espíritus hambrientos. “…así también son pocos los seres que, cuando mueren en la esfera de los espíritus hambrientos, renacen entre los devas. Son más numerosos aquellos seres que, cuando mueren en la esfera de los espíritus hambrientos, renacen en el infierno.  …en el reino animal.  …en la esfera de los espíritus hambrientos”. Anguttara Nikāya El libro de los cuatros 3. Manchado «Bhikkhus, que posee cuatro cualidades, la persona tonta, incompetente y mala se mantiene en una condición mutilada y herida; es culpable y está sujeto a reproches por parte de los sabios; y él genera mucho demérito. ¿Qué cuatro? «Sin investigar ni escudriñar, elogia a alguien que merece desaprobación. (2) Sin investigar ni escudriñar, habla con desdén de alguien que merece elogios. (3) Sin investigar ni escudriñar, cree en un asunto que merece sospecha. (4) Sin investigar ni escudriñar, sospecha de un asunto que merece ser creído. Poseyendo estas cuatro cualidades, la persona tonta, incompetente y mala se mantiene en una condición mutilada y herida; es culpable y está sujeto a reproches por parte de los sabios; y él genera mucho demérito. «Bhikkhus, poseedora de cuatro cualidades, la persona sabia, competente y buena se conserva sin problemas y sin daños; él es irreprensible e irreprochable por los sabios; y él genera mucho mérito. ¿Qué cuatro? (1) «Habiendo investigado y examinado, él habla con desdén de alguien que merece desaprobación. (2) Después de haber investigado y examinado, elogia a alguien que merece ser alabado. (3) Después de haber investigado y examinado, sospecha sobre un asunto que merece sospecha. (4) Después de haber investigado y examinado, cree en un asunto que merece ser creído. Poseyendo estas cuatro cualidades, la persona sabia, competente y buena se preserva sin problemas y sin daños; él es irreprensible e irreprochable por los sabios; y él genera mucho mérito». Aquel que alaba a uno que merece la culpa, o culpa a alguien merecedor de alabanza, lanza con la boca un lanzamiento desafortunado por el cual no encuentra felicidad. Leve es el lanzamiento desafortunado en los dados que resulta en la pérdida de la riqueza de uno, la pérdida de todo, uno mismo incluido; mucho peor es este lanzamiento desafortunado de abrigar odio contra los afortunados. Por cien mil treinta y seis nirabbudas, más cinco abbudas, el calumniador de los nobles va al infierno, habiéndolos difamado con mal habla y mente. Colección de discursos agrupados numéricamente 5.236. Primer discurso sobre alguien que merece censura “Monjes, poseyendo cinco características, el monje residente está depositado en el infierno como si estuviera llevado allí. Y, ¿cuáles son esas cinco? Sin investigar ni escudriñar alaba al que merece ser censurado. Sin investigar ni escudriñar censura al que merece ser alabado. Sin investigar ni escudriñar cree en los asuntos que merecen ser sospechados. Sin investigar ni escudriñar sospecha de los asuntos que merecen ser creídos. Derrocha las dádivas que fueron ofrecidas por la fe. Poseyendo estas cinco características, monjes, el monje residente está depositado en el infierno como si estuviera llevado allí. “Monjes, poseyendo cinco cualidades, el monje residente está depositado en el cielo como si estuviera llevado allí. Y, ¿cuáles son esas cinco? Habiendo investigado y escudriñado censura al que merece ser censurado. Habiendo investigado y escudriñado alaba al que merece ser alabado. Habiendo investigado y escudriñado sospecha de los asuntos que merecen ser sospechados. Habiendo investigado y escudriñado cree en los asuntos que merecen ser creídos. No derrocha las dádivas que fueron ofrecidas por la fe. Poseyendo estas cinco cualidades, monjes, el monje residente está depositado en el cielo como si estuviera llevado allí”. Colección de discursos agrupados temáticamente Pathamapajjunnadhitu Sutta 1.39. Primer discurso con la hija de Pajjunna Esto he escuchado: En una ocasión el Bienaventurado estaba morando en la casa con el techo de dos aguas, en el Gran Bosque, cerca de Vesali. Entonces, cuando la noche ya era avanzada, Kokanada, la hija de Pajjunna, de una extraordinaria belleza, iluminando todo el Gran Bosque se acercó al Bienaventurado, le rindió homenaje, se quedó a un lado y recitó estos versos en la presencia del Bienaventurado: “Alabo al Buda, el más grande de los seres, Que mora en el bosque de Vesali. Soy Kokanada, “Antes solamente escuché que el Dhamma Ha sido realizado por Uno que tiene la Visión; Pero ahora lo sé cómo una testigo, Mientras el Sabio, el Afortunado enseña. “Aquella gente ignorante que anda por ahí Criticando el noble Dhamma Pasa al terrible infierno de Roruva Y experimenta el sufrimiento por mucho tiempo. “Pero aquellos que tienen la paz y la aquiescencia Con respecto al noble Dhamma, Al descartar el cuerpo humano Van a completar las huestes de los devas”. Colección de discursos agrupados numéricamente 4.212. Punto de vista “Monjes, poseyendo cuatro características, uno es depositado en el infierno como si se lo llevara allí. Y, ¿cuáles son esas cuatro? Mala conducta corporal, mala conducta verbal, mala conducta mental y equivocado punto de vista. Poseyendo estas cuatro características, monjes, uno es depositado en el infierno como si se lo llevara allí. “Monjes, poseyendo cuatro cualidades, uno es depositado en el cielo como si se lo llevara allí. Y, ¿cuáles son esas cuatro? Buena conducta corporal, buena conducta verbal, buena conducta mental y recto punto de vista. Poseyendo estas cuatro características, monjes, uno es depositado en el cielo como si se lo llevara allí”.

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