Buscando la forma de acabar con cetanā, el impulso, la respuesta me lleva a la esencia a su condición próxima. Y la condición siempre presente en el impulso es el tiempo. Sin el tiempo como condición, cetanā no se da. Sin el tiempo como condición las dimensiones longitudinales tampoco se dan. Y ¿Qué es aquello que no es afectado por el tiempo ni por la distancia? La luz. El fotón no viaja. Para él, el tiempo no existe. Desde fuera podemos ver que recorre el universo de lado a lado y, sin embargo, él no se mueve. Para él las dimensiones lineales tampoco existen. Para el fotón no hay un instante siguiente. Para un fotón, cetanā carece de sentido. El fotón no es más que energía, una clase de energía. Otra clase de energía es la información. La conciencia está construida de información. Somos información. Transformar una clase de energía en otra es normal, se da continuamente. Solo hace la ingeniería. La transformación de la conciencia pura en luz pura es la explicación física de un parinibbāna. Una forma bella, poética, de fundirse en Nibbāna. El agujero negro de la conciencia….
top of page
bottom of page
Comments