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¿Qué es lo que nace y muere?
Decimos que tenemos control sobre algo si controlamos todas las condiciones que le afectan.
Pero ¿es posible el control en el Samsara?
Hemos visto que el Samsara es consecuencia de la ignorancia o incertidumbre y que gracias a ellas existen las condiciones. Para poder controlar una condición hay que controlar todas las condiciones que condicionan a esa condición. Si nos remontamos a las condiciones de las condiciones podríamos llegar al mismo inicio del Samsara, y si tomamos la dirección contraria podríamos ver las sucesivas consecuencias hasta el final del Samsara. Vemos que, de hecho, todo está definido y por tanto, controlado. Pero el Samsara solo está controlado por sí mismo y cualquier agente dentro del Samsara solo es parte de ese flujo. Es inconcebible pensar que un agente dentro del Samsara pueda introducir condiciones desde fuera del Samsara capaces de cambiar ese flujo, porque el Samsara es un sistema cerrado.
O casi.
Lo del casi lo trataremos más adelante.
En un sistema cerrado la entropía va a más, de forma que todo el sistema en su conjunto va degenerando hacia mayores niveles de desorden y aunque se produzcan sistemas ordenados surgidos a partir del desorden, cada vez serán menores en complejidad y en cantidad.
Esto significa por un lado que hablar de libertad en el Samsara sea tan ridículo como hablar de cómo cambiar un diálogo en una película filmada hace cincuenta años mientras la estamos viendo. La magia sería el poder de cambiar a voluntad la condicionalidad, como si la voluntad no estuviera condicionada. Y por otro lado, que el Samsara evoluciona a mayores niveles de ignorancia o incertidumbre, con lo que la sensación de descontrol desde la perspectiva limitada de un observador se va haciendo hace cada vez mayor.
Desde luego no parece para nada una perspectiva agradable para un observador arrojado al flujo y siendo parte de él.
E irá a peor.
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