Explicado hasta para que tú lo entiendas. En entradas anteriores vimos que el sufrimiento es el dolor físico que se produce al tener que romper sinapsis en el cerebro para reutilizar las neuronas, también vimos que la construcción inútil de sinapsis se produce por el apego y también vimos que el apego se produce por la tendencia irracional para conseguir cualquier forma de felicidad, o sea, es la respuesta a la drogodependencia a la serotonina. O sea, sufres porque quieres ser feliz. Y haces estupideces por tratar de ser feliz, o sea, sufres porque eres un vil drogodependiente de la serotonina. Actúas irracionalmente y eso te trae problemas, y los problemas te hacen infeliz y tratas de solucionarlo haciendo aún más irracionalidades que te hacen aún más infeliz. Además, el propio síndrome de dependencia de la felicidad es el sufrimiento. Así que te las pasas auto cultivando sufrimiento en tu “búsqueda de la felicidad”. Asi que, lo primero es que vamos a analizar cuál es la motivación de tu felicidad. Pensar en que vas a gozar de algo, sin importar sus consecuencias, te hace feliz: – “Si tuviera esa casa…”. – “Un carro como ese me haría verme…”. – “Si me liara con la mujer de mi jefe…”. –“Acabando la carrera podré …”. –“Si me tocara la lotería…”. –“La vacación de este verano serán especiales…” O cosas más vulgares: – “Voy a presentar a mi hija que es bellísima para que me den likes…”. –“Para qué voy a acabar el trabajo con lo a gusto que estoy”. –“Ese cabrón del banco me las va a pagar porque conozco a…”. – “Si pudiera, lo mataría con mis manos” …. Hay dos vías para tener esos pensamientos, los que llamo “pensamientos reactivos” que son los pensamientos involuntarios, esos pensamientos que salen a pesar de tu voluntad, que forman el ruido de fondo de la mente. La segunda, son los pensamientos deliberados, es decir, pensamientos que tú mismo provocas. Ambos dos, reactivos y deliberados se necesitan para poder apegarse a cualquier tontería. Así que, vamos a empezar por ahí. De momento vamos a acabar con los pensamientos indeseables, los pensamientos reactivos. En otras palabras, lo primero es pasarle el antivirus a la mente. Y eso se hace con las jhānas. Es una de sus principales propiedades. ¿Cómo se logran las jhānas? Lograr la primera es más que suficiente para este empeño y lo tienes en post anteriores en “El Curso de Jhānas”, en lo que no te debes emplear más de seis horas/culo, a lo más. (Si ocupas más tiempo es que algo estás haciendo mal). Este método se basa en recuperar un reflejo ancestral que aún tenemos los seres humanos mediante el cual, a través de la concentración en formas, podemos segregar todo tipo de neurotransmisores. O sea, es un resto evolutivo olvidado, pero verdaderamente útil. Ahora bien, la segunda sesión está dedicada a la serotonina. La raíz de todos tus males. Bueno, ella en sí misma, no, sino las tonterías, maldades, crímenes que se haces por darte un chute de la misma a través de la estimulación indirecta. Así que nos vamos a detener en ella. Es realmente útil que practiques la serotonina y la segregues hasta la sobredosis, y eso lo sabrás porque te pondrás a convulsionar. Así que ahí tienes la prueba de que no tienes que hacer nada en tu vida ni complicártela con apegos irracionales ya que ninguno de ellos puede, ni de lejos, llegar a ese nivel. O sea, maldito drogodependiente: tienes a disposición toda la droga que quieras, así que o te pongas a robar y a matar para conseguirla… ¿entendido? Ahora es cuestión de que hagas dos jhānas por día, estando en ese estado como mucho 10 minutos, No es cuestión de abusar. Y así durante al menos 30 días. Mientras puedes jugar es este juego: cuando vayas por la calle y te cruces con alguien, sonríele. Eso te podrá feliz “gratis” y si te responde con otra sonrisa, te podrá aún más feliz. Depende de países, claro. Hay algunos que solo te sonríen si les pagas… Parece que no, pero ya llevamos la mitad de la terapia hecha. Bien, ahora que estás desbordante de serotonina, vamos a empezar a tratar tu drogadicción. Para ello, lo primero es que te tienes que concienciar admitiendo que eres un drogadicto que actúas irracionalmente buscando serotonina. Hasta que no lo tengas claramente fijado no sigas. Ahora sabes que eres un drogadicto feliz. Lo que viene ahora es arrancar la felicidad de tu vida. Para este ejercicio se emplean 90 días, aunque según dicen los psicólogos, cualquier rutina se puede eliminar en 66 días. Tu verás. En ese tiempo tienes que emplearte a fondo. A todas horas que estés consciente (e incluso en sueños si puedes). Con atención constante a todo, analiza tu toma de decisiones. Considera que eres un niño malcriado, egoísta y caprichoso que hay que enderezar. Nunca te permitas hacer, o dejar de hacer, nada de nada llevado porque eso te hace más feliz o porque eso se hace infeliz. Eso lo vas a tener terminantemente prohibido. La pregunta clave es la pregunta del sabio: ¿para qué? Ejemplos: Pasas por la calle y pasa una cucaracha… si tiendes a matarla… ¿para qué? Respuestas de “me molesta”, “es fea”, “me da asco” es tu maldita aversión a perder tu felicidad. Asi que, nada. Estás hablando con tu jefe y te pregunta algo incómodo. Vas a contestar una mentira… ¿para qué? Vas a posponer el problema y además lo engordarás. Suéltale la verdad y que salga el Sol por donde quiera. Cuando hagas varias veces esto de soltar la verdad a quemarropa, verás que no solo es divertido sino muy cómodo porque no tienes que estar recordando mentiras. Si a alguien le molesta la verdad, es alguien que no merece la pena. Puedes quedarte con algo que obviamente no es tuyo y nadie se va a enterar. ¿Para qué? Si es porque te hace feliz tenerlo o te hace feliz quitárselo a su dueño, ya sabes la respuesta: NO. Estás detrás de liarte con una persona que te atrae mucho, pero tiene problemas. ¿para qué? ¿Porque es muy atractiva o la deseas? Lo que vas a hacer es meter un avispero en tu vida, en la de la otra persona y en las personas que están a vuestro alrededor. Respuesta: NO. Estás cansado del día a día y piensas… me voy a tomar unas cervezas y relajarme… ¿para qué? ¿te hace feliz pasar de la realidad y empezar a hacer todo lo de los anteriores puntos solo porque estás bebido? No. Pero vamos a cosas más simples. Pasas por una tienda y ves una bolsa de patatas fritas. Tienes dinero, y piensas ¿para qué? ¡porque me hace feliz? ¿o porque tengo hambre? Sé honesto y actúa en consecuencia. Te sientas y hay una piedrecilla que molesta. Quieres levantarte ¿para qué? ¿para no perder tu bienestar o porque tu vida corre peligro? Tú mismo. Vas a comprar un celular… ¿lo necesitas o es porque te hace ilusión? Tú mismo Así ABSOLUTAMENTE con todas las tomas de decisión que tengas que hacer o tiendas a hacer todo el día. Piensa que el subconsciente cada vez que rechazas algo por apego o aversión, toma nota y empieza a reprogramarse. Es fundamental que no dejes perder ni la más mínima oportunidad. Aunque no estés atento, el subconsciente sí lo está y no te sirve de nada enviarle señales contradictorias. Al cabo de esos 90 días te percatarás del “milagro” … ya no sufres. Si te quemas, o te hieres, no montas el drama y lo verás como una señal nada más y actuarás en consecuencia. Pero ya no necesitas estar atento a nada, lo haces solo. Llevas una conducta ética por ti mismo de modo natural, nada que ver con los virtuosos que lo simulan. Si haces las cosas no cegado por la dependencia a la serotonina mejorarás enormemente tu toma de decisiones y tu vida, además, mejorará enormemente. Dejarás de hacer irracionalidades y casi todos te lo agradecerán. Eso, sí, ese amigo tan callado, tan respetuoso, tan virtuoso no podrá soportar tu naturalidad porque le enfrenta a su propia hipocresía. Lo que te dije: no merecen la pena. En fin. Así se deja de sufrir, hasta que no hagas otra reprogramación de 90 días para ser de nuevo un sufridor estúpido. Ya sabes. Si sufres es porque quieres y ya dice el refrán que al que tiene cama y duerme en el suelo, no hay que tenerle consuelo.
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