Bodhisatta es el nombre dado a un ser que aspira al Bodhi o Despertar. Originalmente solo en relación con la última vida de un Buddha, especialmente después de haber dejado el hogar, en contextos como «en los días previos a mi Despertar, cuando yo era solo un Bodhisatta».
Quien aspira a despertar no tiene más aspiraciones que ésta. El Despertar no es compatible ni con casa, ni con trabajo, ni con país, ni con amistades, ni con creencias, ni con apegos, ni con maestros ni con tradiciones, ni con pertenencias, ni con sectas.
Quien aspira a despertar debe despojarse de todo antes de empezar con el esfuerzo. Incluso de sus propias convicciones.
Si no entras desnudo, no entras.
El Buddha, antes de despertarse cuando era el Bodhisatta, se desprendió primero de su familia, de su trabajo y de su país. Se echó a vagar en busca de maestros. Cuando los encontró debió decidirse a vivir como ellos o el Despertar. Y siempre eligió despertar. Después, cuando aparentemente no tenía nada, se sometió a las penitencias más duras hasta que se dio cuenta que hasta de eso debía desprenderse: de sus propios puntos de vista y de su forma de vida.
Incluso se tuvo que desprender de la vida de penitencia y de sus amigos penitentes que, viéndole comer le rechazaron.
Y así logró el Despertar. El Despertar es una novia muy celosa que no aparece hasta que estás solo y desnudo. Desnudo hasta de ideas.
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