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Foto del escritorTomás Morales y Durán

Anatta

Existe demasiada confusión con este término debido, como viene siendo habitual, a las pésimas traducciones a las que no conseguimos acostumbrarnos. Traducirlo como “no-yo” es un ejercicio de teosofismo descarado. Su tendencia de meter los balbuceos de la psicología a su abstruso sistema e inyectarlo al buddhismo a través de sus universales traducciones, da lugar a confusiones como ésta.

Anatta lo que indica simplemente es que algo no es por sí mismo, ni depende solo de sí mismo.

Es un simple corolario de la condicionalidad. Por tanto, todo lo condicionado es anatta. Solo eso. Vamos a analizarlo. Cualquier fenómeno tiene sujeto y predicado. Así, sin más, diríamos que un observador observa un objeto. Visto así daríamos por hecho que el observador es por sí mismo y lo observado también. Tú miras un árbol y das por hecho que antes de mirar o no mirar el árbol existes tú y el árbol está ahí para que lo mires tú o cualquiera. Eso parece evidente. Pues no lo es. Tanto tú como el árbol son objetos de namā, o sea, solo son conceptos mentales que solo existen mientras los piensas. ¿Dónde estás tú con un Alzheimer avanzado?. Y el árbol es solo una etiqueta, un meme, aprendido por imitación. Usas la etiqueta para casar la qualia con lo observado. Incluso si nos fuéramos a nivel sensorial, a nivel de rùpa, veríamos que no puede existir observador sin observación, y lo observado se crea en el momento de la observación y solo ahí. Por tanto, no hay observador por sí mismo ni observado por sí mismo. Eso es anatta. Lo del Yo, no-yo y absurdeces semejantes son elucubraciones budistoides. Lo más interesante es ANATTA respecto a Nibbana. Nibbana al no depender de nada no depende ni siquiera de sí mismo. Por lo que es Anatta también. Y¿qué sucede con la infraestructura? Toda condición estuvo condicionada en su origen, pero una vez producida no depende nada más que de sí misma. Y no depende de observadores ni de objetos ni de nada. Está ahí y permanece ahí. Por tanto, no es anatta en un sentido estricto. Por tanto, solo la ilusión, la película es anatta. La realidad, en su infraestructura, no lo es. Las cosas son evidentes cuando las ves y son cualquier traducción de moda cuando estás ciego de toda ceguera.

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