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Foto del escritorTomás Morales y Durán

Amores de Mentira

El amor es una forma común de relación entre los seres que puede ser igualitario en el caso de que ambas partes mantienen una relación horizontal y las pruebas de ese amor se mantienen equilibradas, o cuando no es así y la relación es vertical: uno da y el otro recibe.

Cuando las partes son asimétricas, una parte desempeña el papel de activo y la otra de pasivo, como si de un baile de emparejamiento de aves se tratara. Las cuatro clases de amor asimétrico son las llamadas “Brahma-Viharas” o moradas de Brahma, en honor a los dioses ya que este tipo de actitudes son de las consideradas de mérito y, aunque te atan al Samsara, te hacen renacer en los planos de los devas bienaventurados.

La primera forma es “Mettā” o amor incondicional. En esta forma el elemento activo, o ave macho, va ofreciendo amor a todo aquel que se preste o no se preste. Para él todas son hembras y está dispuesto a entregar pruebas de amor a cualquiera. El macho no lo hace desinteresadamente, ni mucho menos, porque entregar pruebas de amor le produce una descarga de serotonina, o sea, de felicidad. Y como el tipo es un adicto, estará ofreciendo amor a mansalva para seguir drogándose. Es el amor ciego porque le da igual a quien da, solo piensa en su propia satisfacción. Quien recibe las pruebas de amor es totalmente ajeno a la felicidad del donante. Efectivamente, es el amor más bajo al estar fundamentado en la ignorancia.

La segunda forma es “Karuna” o compasión. Aquí el baile gana en belleza y complejidad de movimientos. Para empezar, se necesita una “hembra” en este baile, es decir, alguien que demanda amor. El que hace de macho, o elemento activo, ofrece y quien hace de hembra, o elemento pasivo, recibe. En este caso la hembra atrae al macho usando sus encantos, en este caso, dando mucha lástima, lo que provoca que el macho sienta una falta de felicidad que le hace llegar a sufrir por efecto de la compasión. En otras palabras, la hembra induce infelicidad al macho que, para reponerse se ve obligado a entregar sus pruebas de amor a la hembra, lo que le produce felicidad. Se trata de un complejo juego de manipulaciones en las que la hembra sabe que puede sacar beneficio del macho si se hace la víctima de forma convincente. Es obvio que la hembra no busca felicidad en el macho sino solo sus pruebas de amor. Este amor, aunque no es ignorante, se basa en la aversión.

La tercera forma es “Mudita”, o alegría por el éxito de los demás. Aquí quien da amor lo hace en base al apego que tiene sobre el receptor. Cualquier éxito del receptor provoca felicidad en el donante precisamente debido al apego que ha desarrollado. Al basarse en el apego, es otra forma de amor innoble.

Por último, “Upekkhā” o ecuanimidad. Aquí quien da pruebas de amor lo da sin que le provoque ningún tipo de reacción positiva, ni negativa. Lo hace porque le parece correcto lo que significa que no es un amor ignorante. Lo hace sin necesidad de la demanda del otro, por lo que no es un amor aversivo y no lo hace porque el receptor logre o consiga algo, porque no desarrolla apego sobre él.

Como habrás adivinado, amor, amor, solo es el cuarto. Los demás son formas malévolas de atarte al Samsara y hacerte sufrir.

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