AHOGÁNDOSE EN LAS AGUAS NEGRAS DE LA IGNORANCIA Partimos de que concepto (paññatti) es ignorancia. A primera vista el concepto puede aparecer como algo útil, inerte, muerto, aséptico, neutral, que no nos explica la realidad, pero ayuda. Pues no. De una forma superficial, un concepto puede parecer un vehículo para transmitir una idea. Lo cierto es que el concepto absorbe la idea y ésta deja de ser, para engordar al concepto, que así se enriquece. Si el concepto sirve para expresar uno o varios conceptos, como el concepto está vacío en sí mismo, una matriuska de conceptos es lo más inútil que puede haber. La cultura humana está llena de esas matiuskas. Un concepto que solo sirve para hacer más replicable otro. En ocasiones el concepto puede servir para expresar una experiencia, algo que no se puede trasmitir de otro modo. ¿Y por qué usamos conceptos? Pues porque son transmisibles, son replicables, se pueden copiar, pueden ir de mente en mente, de boca en boca, de escrito en escrito, de papel en papel, de red en red. Y se copian por imitación. Técnicamente, un concepto es un meme. Un meme es, en las teorías sobre la difusión cultural, la unidad teórica de información cultural transmisible de un individuo a otro, o de una mente a otra, o de una generación a la siguiente. El meme nace, crece, se replica y muere. El meme nace de otros memes. Los puede superar, los puede mejorar. Un meme es mejor que otro no porque contenga una verdad, o porque sea útil, o sea beneficioso, sino porque sea mejor replicante. EL meme es una forma de vida que ha logrado situarse en la cima evolutiva del planeta Tierra. Tiene a su disposición una ingente cantidad de recursos naturales, energéticos y, sobre todo, tiene a su servicio a la especie humana a la que tan exitosamente parasita. El meme ha logrado triunfar sobre los genes. Una buena parte de los humanos prefiere hacer muchas cosas, todas relacionadas con la cultura humana: leer, escribir, chatear, ir al cine, etc, antes de tener todos los hijos posibles, como era hasta hace bien poco. Y esto significa que no es algo neutral: es un parásito con vida propia que nos usa para su replicación y sin fines más allá que su replicación. Si no sabes dónde hay memes, mira AQUÍ. Todo esto son memes, todas las palabras son conceptos, por tanto, memes. Ninguna palabra es nuestra. ningún pensamiento es nuestro, nada de lo que pensamos o hablamos es nuestro. Como mucho, los memes se combinan en nuestra conciencia para dar como resultado una idea “original”, que no es más que un refrito de dos o más conceptos previos. Cuando queremos describir una experiencia, limpia de conceptos, usamos los conceptos para expresarla y replicarla, con lo que la experiencia se ensucia con las aguas negras de los conceptos. Mantenemos la conciencia nadando continuamente en las aguas negras de la ignorancia. Usando ignorancia para describir el mundo de la ignorancia. Los conceptos nos usan haciéndose necesarios para que los transmitamos, para que hablemos, para que nos hagamos imitar, para enseñar, para vencer a otros conceptos, para ayudarlos a replicarse. En definitiva, para seguir alimentando este inmundo río de los conceptos, en el que respiramos, nos nutrimos, nos ahogamos. Y los conceptos no son inocuos: permean la realidad y nos la muestran a su modo, se deshacen de casi toda la información en el mismo proceso de conceptualización. Es la ignorancia en acción. Por ejemplo. El bien y el mal. -¿Qué es el bien? ¿qué es el mal? -Conceptos. No son nada en sí mismos, solo etiquetas. Captan todos aquellas experiencias y otros conceptos para autoafirmarse, autodeterminarse. Nos hacen ver que el complejo autónomo del mal (o del bien) es algo en sí, estando constituido por todas las cosas malas (o buenas) que otro concepto por imitación se dedica a calificar. -Soy bueno, soy malo. -De nuevo conceptos. Esta vez tres. “Soy”, “bueno”, “malo”. ¿Quién es “soy”? ¿Ese bichito que tenemos dentro y es el que controla todo lo que es “yo”, “me”, “mío” y se cree que tiene “libre albedrío”? Ese bichito, es el “yo”, el “ego”, y es el meme más poderoso que nos tiene parasitados. Y aunque sea totalmente absurdo que exista ese bichito, una gran parte de los humanos funciona en función del bichito. Se comportan alimentando al bichito. Se relacionan en función al bichito, Aman, viven, mueren y matan sirviendo al bichito. Es el triunfo total del meme sobre la especie humana. Es el mono que jinetea al perro asiéndole de los pelos del cuello, mordiéndole la cabeza, riéndose de él por todas partes. . Tú eres el perro. La conciencia es un programa en ejecución contínua con millones de memes circulando a su santa voluntad. “Bueno” y “malo” son dos de ellos, dedicándose a captar, en este río inmundo, otros conceptos que vea similares para hacerse grandes, gordos, poderosos y así replicarse mucho mejor. Juzgando todo como ellos mismos, los atrapan y los devoran. En realidad, no soy bueno o malo. No soy. Es lo que hago, y sus consecuencias. En 2006 llegué a la conclusión de que no soy “nada”. Me dí cuenta de que “mi” cuerpo (que ni es “mío”) es una construcción de genes antiguos que me construyen para replicarse, y que “mi” mente (que tampoco es “mía”) no era más que un ecosistema de memes viviendo a su aire, pasando de todo, y haciéndome infeliz, porque eso les debía divertir. De ahí al concepto de anatta no hay nada. Luego vino lo demás. Y la pregunta del millón de dólares: ¿cómo rebelarse ante esta invasión? ¿Es posible eliminar los memes, o al menos su inmenso poder? La respuesta es SI. Pero el camino es bien rarito. Nada de lo que estudies, aprendas, leas, escuches, aprendas, sirve. Porque son memes. Lo más que puedes llegar a hacer así es cambiar unos memes por otros memes, una mierda por otra mierda. Así que por ahí, no hay salida.Cuando te pones a explorar las fronteras de la conciencia, alterándola con estados de samadhi, empiezas finalmente a hacer desaparecer todo meme. Dejan de poseerte. Ya no pintaban un futuro ni se inventaban un pasado. Ya dejas de pensar forzadamente. Solo piensas cuando quieres pensar. Los memes ya dejaron de circular a su voluntad. Ahora solo aparecen cuando se necesita a nivel del pensamiento ordinario. Luego, en estados aún más profundos apareció el conocimiento introspectivo. Sin palabras. Sin relación a meme alguno. Por sí mismo. Nada aprendido, nada estudiado, nada oído. Conocimiento puro, sin memes. Y a partir de ahí, es cuando se puede empezar a establecer el pivote de la rebelión. Esto es válido solo para uno mismo, porque para los demás, es imprescindible para verbalizar este conocimiento su conceptualización, con lo cual, volvemos a embarrarnos con más memes. Todo lo que escribo es un pálido reflejo de una realidad fuera de estas aguas negras de la ignorancia, a la que tú puedes acceder a partir de tu conciencia. Desde ahí. Es obvio. No dispones de ninguna otra herramienta. Pero hay salida.
top of page
bottom of page
Comments