Los textos dejan de obedecer a su propósito inicial para ir convirtiéndose en los libros sagrados de sucesivas creencias, ritos y religiones en el medio surasiático que lograron adaptarse a los continuos ciclos de desaparición y revival siendo la prueba la misma supervivencia de estos textos, llegándose en la actualidad al extremo de que no hay ni un solo término relevante que cuente con una traducción próxima. Una vez que desaparecen los últimos discípulos del Buddha ese conocimiento se extingue y la vía mística se clausura. Sin jhānas no hay enseñanza. A partir de ahí, los textos se irán quedando huérfanos de significado y vagarán por siglos, concilios, reinos e imperios, buscando siempre el calor del poder político a cambio de nuevas y más profundas desviaciones. El resultado es que a día de hoy las dos grandes divisiones del mundo buddhista correspondan, o bien al aniquilacionismo theravadin, o bien, al eternalismo mahāyāna, ambos en franca oposición ideológica con los postulados del Camino Medio que marcó el Buddha. De esta forma, negando el escape del sufrimiento, quedaron huérfanos.
El Gran Libro - Saṁyutta Nikāya
Saṁyutta Nikāya